Chile-Peru: las raices de una difícil relación.

AuthorMilet, Paz Ver

En este artículo se abordan las relaciones entre Chile y Perú a partir de la persistencia de una serie de percepciones cruzadas, conformadas a partir de tres imágenes: la de país ganador frente a un país vencido, la de invasor e invadido y, por último, la de un país exitoso y estable frente a la imagen de un país políticamente inestable y con altos niveles de pobreza.

El análisis considera la existencia de factores esenciales, que cruzan transversalmente la vinculación entre estos dos países, como son la desconfianza histórica y la presencia de diferencias culturales vitales entre ambas naciones.

En su conjunto, estos factores petvniten entender las limitantes que existen para alcanzar una vinculación mas profunda; para dar un salto cualitativo que supere la herencia del pasado.

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Las relaciones entre Chile y Perú tienen un desarrollo zigzagueante, caracterizado por etapas de tensión o distensión. A pesar de la voluntad política y de las iniciativas generadas en ambos países, no se ha podido alcanzar un nivel de vinculación acorde a dos naciones vecinas, que comparten una compleja red de interrelaciones.

Analizar el por qué de esta situación implica necesariamente remontarse al pasado. Al proceso de conquista de ambos territorios, a la conformación de los Estados nacionales y esencialmente a las consecuencias de la Guerra del Pacífico, el conflicto bélico en el que se vieron involucrados hace más de un siglo ambos países y que aún tiene amplias repercusiones en la relación bilateral (1).

Al analizar la vinculación entre Chile y Perú en el post conflicto, se comprueba que la consecuencia fundamental de esta guerra, en cuanto a su capacidad de afectar la actual relación bilateral, es la generación de imágenes que han ayudado a construir una percepción negativa del otro. Entendemos como percepción la idea o impresión que se evidencia respecto de un determinado hecho, persona o cosa, como producto del conocimiento o adquisición de ciertas nociones o imágenes históricas, socioculturales y políticas (2).

Tres son las principales imágenes que abordamos en este trabajo, que creemos son fundamentales en la percepción que existe del otro (3). La de ganador frente al vencido; la de invasor e invadido y la de país exitoso y estable ante la imagen de un país políticamente inestable y con altos niveles de pobreza.

Sin embargo, el análisis de estas percepciones debe considerar dos factores esenciales, presentes transversalmente en los vínculos bilaterales a lo largo de la historia. El primero es la desconfianza histórica y el segunda factor, la presencia de diferencias culturales vitales entre ambos países. En este trabajo nos parece importante rescatar tres de estas diferencias: la composición étnico social, la estabilidad institucional y el desarrollo del sistema económico y productivo nacional.

La desconfianza no se genera a partir de la Guerra del Pacífico. Distintos autores señalan que ya desde la etapa del descubrimiento y conquista aparecen las primeras discrepancias. En este sentido, por ejemplo, Víctor Andrés García Belaúnde, en su artículo "Tan cerca de Chile y tan lejos de Dios", publicado en el diario El Comercio el 15 de mayo de 2005, señala que "en este sentido, podría sostenerse que el establecimiento de las primeras instituciones civiles en el Perú tuvo como antecedente una guerra civil entre los pizarristas de Lima y Cusco y 'los de Chile', como eran llamados los almagristas, que derivó en el asesinato de Pizarro".

Es decir, a partir del conflicto armado lo que se desarrolla es un proceso de profundización de estas desconfianzas.

DIFERENCIAS ESENCIALES

La composición étnico-social

Desde esta perspectiva, existen claras diferencias entre ambas naciones. Mientras Chile es un país que se caracteriza por su homogeneidad, Pení tiene una composición étnica bastante diversa. Del total de su población, 45% es indígena, 37% mestizo, 15% de origen europeo y 3% son descendientes de africanos, chinos, japoneses y otros4.

Esta diferenciación étnica se expresa también en el ámbito socioeconómico, pues es fundamentalmente el 15% de la población de origen europeo el que concentra el poder político y económico. Esto constituye un caldo de cultivo para el surgimiento de movimientos reivindicacionistas e incluso terroristas, como Sendero Luminoso y Tupac Amaru.

La estabilidad institucional

En Chile el sistema democrático ha tenido mayor persistencia y presenta un mayor nivel de validación que en Perú. En los últimos años se han agudizado estas diferencias a partir de la crisis experimentada por el gobierno peruano durante y después del mandato de Fujimori y con la actual administración de Toledo. En esencia, este mandatario ha gobernado la mayor parte de su gestión con un nivel de aprobación del 15%. A esto se agrega un desprestigio general de las instituciones del Estado. En la última encuesta publicada por Apoyo, el gobierno tiene solo un 10% de aprobación, el Congreso un 9% y el Poder Judicial un 9% (5).

Similar es la evaluación de los partidos políticos, lo que ha posibilitado el surgimiento de movimientos foráneos al sistema tradicional, que finalmente han accedido al poder. Este es el caso, por ejemplo, del movimiento que llevó a Alberto Fujimori al gobierno.

El desarrollo del sistema económico y productivo nacional

En Perú existe una fuerza con amplia repercusión en el sistema económico, que es el sector informal. Esto no se da en similar forma en Chile, cuyo sistema económico es más estructurado y desarrollado.

Algo parecido ocurre con el sistema productivo nacional. La industria nacional peruana presenta un menor nivel de desarrollo y un alto nivel de dependencia de los productos importados de menor precio. Esto facilita la incursión de empresarios chilenos en este mercado y consecuentemente, es factor de conflicto cuando esta adquiere un nivel que lleva a determinados sectores a hablar de una "nueva invasión chilena".

PERCEPCIONES CRUZADAS

En este marco, con la persistencia de estos factores, se han ido desarrollando una serie de imágenes mutuas que son la base de las percepciones que analizamos en este trabajo.

Centraremos nuestro estudio en el período post Guerra del Pacífico, pues el análisis de los discursos y de los textos de ambos países coincide en definida como un hito en la historia nacional, bilateral y regional.

Gran parte de la sociedad peruana coincide en que "la guerra del Pacífico es el acontecimiento más importante de nuestra historia militar. Muchas de nuestras acciones y política militar aún se ven a través del prisma de este trauma que vivió el Perú hace más de un siglo. Muchas veces ese prisma no nos deja ver con claridad la realidad y nos hace tomar decisiones equivocadas" (6). Para parte importante de los peruanos aún existe la noción del orgullo nacional herido por la derrota y por la invasión chilena. Esta última, en especial, es un factor que tiende a desconocerse en los análisis posteriores y es un hecho sustantivo. La invasión de territorio peruano -incluyendo a Lima- y la ocupación prolongada por partes de las fuerzas chilenas, ha repercutido posteriormente en la generación de una compleja red de relaciones entre ambos países y, además, ha agudizado la idea de un orgullo nacional herido.

La persistencia de esta noción es particularmente evidente en el caso de las Fuerzas Armadas y especialmente en el Ejército, que tuvo un rol menos destacado que la Marina en este conflicto. Así lo plantea Víctor Villanueva (7), quien señala que la frustración que sufrió el Ejército en esta ocasión es, tal vez, una de las más graves de su historia, tanto que aún no ha logrado reponerse del todo.

Después del conflicto, las fuerzas armadas se vieron...

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