La transicion a la democracia en el sur de Europa. La historia como instrumento para su comparacion.

AuthorSoto Carmona,

Resumen

Las investigaciones históricas sobre los procesos de transición a la democracia iniciados en 1974 han puesto en evidencia las limitaciones de los trabajos de los científicos sociales. Es la hora de los historiadores, capaces de realizar comparaciones sin sacrificar las singularidades.

Se debe analizar lo > (el régimen político a sustituir), mostrando la convivencia en el tiempo de instituciones y actitudes autoritarias con otras democráticas, describiendo la forma en la que se procedió a desmontar el Estado con Derecho para poder así construir el Estado de Derecho, señalando el papel jugado por la sociedad civil y su influencia en la toma de decisiones. Es importante también estudiar cómo se hace frente a la autonomía de las fuerzas armadas y se afrontan las responsabilidades por las violaciones de los derechos humanos en el régimen autoritario. En suma se trata de investigar cómo se despejan en cada caso las incertidumbres que condicionan los procesos de transición a la democracia.

PALABRAS CLAVE: transición a la democracia, Portugal, Grecia, España, historia comparada.

Abstract

Historical research on processes of transition to democracy since 1974 has shown the limitations of studies carried out by social scientists. It is time to vindicate the role of historians, who are able to establish comparisons without sacrificing singularities.

In order to study the coexistence of authoritarian and democratic institutions and behaviour it is essential to examine the > --the political regime to be replaced; describing how the > was deconstructed so as to establish the >; and finally to appreciate the role played by civil society and its influence in the decision-making process. It is also crucial to investigate how to deal with the autonomy of the armed forces and the eventual liability for the violation of human rights by the authoritarian regimes. In short, the idea is to clear each case of the uncertainties that determine the process of transition to democracy.

KEY WORDS: transition to democracy, Portugal, Greece, Spain, comparative history.

Transition to democracy in the South of Europe. History as a means for comparison

INTRODUCCIÓN

Poco después de la medianoche del 25 de abril de 1974 se emitía a través de Rádio Renascença la canción prohibida Grândola, Vila Morena. Era la señal para que el Movimiento de las Fuerzas Armadas (MFA) ocupase los lugares estratégicos de Portugal con el objetivo de poner fin a la larga dictadura implantada en 1926. Lo que inicialmente se pensó que sería un golpe de Estado se convirtió, al poco tiempo, en un pronunciamiento militar dada la escasa resistencia de los partidarios del régimen autoritario.

Con ello comenzaba lo que Huntington denominó > que continuaría poco después, en julio de 1974, con el abandono del poder de la Junta Militar griega, y tras la muerte del general Francisco Franco, en noviembre de 1975, con el proceso de transición a la democracia en España.

Fue el fin de estas de estas tres dictaduras, situadas en el sur de Europa, lo que inició un largo proceso caracterizado por: 1) Un considerable incremento de las democracias en el mundo; 2) La utilización de la negociación entre los partidarios del viejo sistema autoritario y los demócratas como medio de lograr el cambio político, sin apenas utilizar la violencia; 3) El reducido número de rupturas; 4) Las escasas regresiones autoritarias. Por otra parte, hay que destacar que los regímenes recién nacidos evolucionaron de forma distinta: la democracia alcanzó a países con muy bajo nivel de desarrollo (1) y todas las regiones del mundo tendieron a la democratización, excepto el Oriente Medio, debido a la resistencia de los países árabes.

En 1973 había 43 democracias (el 27,3 por ciento de los países del mundo), en 1987 eran 71 (43,3 por ciento), y en 2002, 121 (el 62,7 por ciento) (Diamond, 1993: 11). El optimismo de dichos datos se interpretó como la victoria definitiva de la democracia sobre otras posibilidades de ordenar la vida política, apareciendo un concepto tan famoso, y a la vez tan irreal, como el > Al mismo tiempo quedaba gravemente herido el paradigma funcionalista, que en su momento estableció y desarrollo Seymour Martin Lipset, que reclamaba como necesarios ciertos prerrequisitos tales como la riqueza, la industrialización, la urbanización y el nivel de educación, para que se establecieran regímenes democráticos.

Estos avances de la democracia dieron lugar a la proliferación de publicaciones, sobre todo de politólogos, tratando de explicar el pasado. Nacía así la ciencia de la (Schmitter, 1994: 32-52), apoyada en un equilibrio inestable, con ciertas dosis de especulación e incapaz de predecir los resultados adelantándose a la realidad. Mientras tanto se producía el > para los denominados científicos sociales, lo sucedido en 1989 con la caída del Muro de Berlín y los profundos cambios que se desencadenaron en toda Europa Central y Oriental (2). Así, tanto sociólogos como politólogos iniciaron una larga carrera para explicar el pasado, sin utilizar el método histórico. Pero como tenían que defenderse de los denostados historiadores decidieron elaborar una larga serie de conceptos con el fin de tratar de limitar con el lenguaje lo que venía siendo una intensa orgía de acontecimientos y hechos históricos. Estos procesos incidían en la dirección de más democracias y mostraban a su vez cómo un número cada vez mayor de variables (3), sin una clara jerarquización de las mismas, era insuficiente para explicar lo sucedido. Tuvieron finalmente que reconocer el peso de los hechos singulares, porque > (Huntington, 1994:46 y 47).

Juan José Linz describía, desde su posición de científico social, los diferentes papeles que correspondían a cada uno:

Para el historiador, la transición es un hecho singular, único, con aspectos sin paralelo en otros lugares y tiempos, a contar como realmente sucedió, vie es eigentlich geschehen, para utilizar la expresión de Leopold von Ranke, y todo intento de comparación puede parecer simplificador, puede ignorar aspectos fundamentales y destacar otros en el afán de descubrir similitudes y diferencias. El científico social, al contrario, tiene que abstraer de la realidad --histórica-- y su complejidad los elementos centrales que faciliten un análisis comparativo (Linz, 1996: 22).

Era este un consejo conciliador tanto para los historiadores como para los científicos sociales, ya que el > (Linz, 1996: 23). Puede tener razón, pero lo cierto es que a lo largo de los últimos años han ido apareciendo investigaciones históricas sobre las transiciones a la democracia acaecidas desde 1974, que ponen de manifiesto las limitaciones del aparato conceptual elaborado por los científicos sociales y abren posibilidades reales de realizar comparaciones sin sacrificar las singularidades. No se trata de explicar la transición como algo obvio: nuestro punto de partida es un régimen no democrático y el de llegada es un régimen democrático (4), sino de mostrar el desarrollo del proceso, siendo la Historia quien mejor puede realizar esta labor (5).

Lo realmente importante para los investigadores es describir y analizar cómo durante las transiciones, y debido a su naturaleza política, convivieron al mismo tiempo actitudes e instituciones autoritarias con otras democráticas; cómo se procedió a desmontar el Estado con Derecho para poder así construir el Estado de Derecho (6); cómo se fueron despejando las incertidumbres (7) que suponían una amenaza de regresión autoritaria; cómo la sociedad civil (8) adquiría un papel protagonista, en numerosas ocasiones por encima de las propias elites y dirigentes políticos, condicionando el proceso político a través de la movilización y/o el voto (Tarrow, 1995: 208-209); cómo se desarrolló la cultura cívica (9); cómo las fuerzas armadas fueron perdiendo su autonomía y en ocasiones impulsaron la transición; o cómo se hizo frente a las responsabilidades habidas por las violaciones de los derechos humanos.

LA AGONÍA DE LO VIEJO

Existe la opinión de que los problemas de las transiciones son comunes > (Przeworski, 1995: XIV). Creemos que el conocimiento del origen de la dictadura (10) y su desarrollo explica, en parte, el proceso de transición y más si este es fruto de la negociación. No debemos olvidar que parte de la transición se produce en un marco político donde el peso de la > autoritaria es elevado.

Mientras que los orígenes de la dictadura portuguesa y española presentan ciertos rasgos comunes, el caso de Grecia es bien distinto ya que tiene que ver con las circunstancias derivadas de la Guerra Fría (Contogeorgis, 2003: 17). En los países ibéricos las dictaduras se establecieron en un mismo espacio temporal, el período de entreguerras, marcado por la > y el auge de los totalitarismos. La crisis implicó una profunda des confianza en el sistema democrático debido a su dificultad para integrar a las > y a la ineficacia de la acción de gobierno. El problema central no fue la amenaza inminente de una revolución obrera sino la incapacidad de integrar a los sectores populares deseosos de institucionalizar su participación política, faltaron canales legítimos y reconocidos de mediación, rompiéndose los patrones tradicionales de cohesión social. Todo ello provocó una reacción de naturaleza autoritaria (11), con fuertes componentes corporativos, que trató de sustituir a las débiles democracias.

Frente a ellas aparecían como alternativas el comunismo y el fascismo, ambos capaces de integrar a las masas, presentándose como gestores eficaces y gobiernos fuertes, pero carentes de cualquier atisbo de cultura democrática.

Los regímenes autoritarios de Portugal y España pusieron fin a una experiencia democrática que, en ambos casos, trató de forzar el ritmo modernizador introduciendo tales tensiones en la sociedad (inestabilidad política y conflicto social) que propiciaron la reacción autoritaria. En el caso de España no bastó, como en Portugal, con un golpe de Estado...

To continue reading

Request your trial

VLEX uses login cookies to provide you with a better browsing experience. If you click on 'Accept' or continue browsing this site we consider that you accept our cookie policy. ACCEPT