El trabajo decente y las políticas de desarrollo

DOIhttp://doi.org/10.1111/j.1564-913X.2003.tb00175.x
Published date01 June 2003
Date01 June 2003
Revista Internacional del Trabajo,
vol. 122 (2003), núm. 2
Copyright © Organización Internacional del Trabajo 2003
El trabajo decente
y las políticas de desarrollo
Gary S. FIELDS
*
E
l principio rector de la Organización Internacional del Trabajo es
el fomento de la justicia social y de los derechos humanos y labo-
rales reconocidos internacionalmente. Desde el momento mismo en
que fue fundada, en 1919, la Organización ha procurado «mejorar la
situación de los seres humanos en el mundo del trabajo» (OIT, 1999,
pág. 4). Se esfuerza en ser «el punto de referencia mundial en materia
de conocimientos relativos al empleo y los asuntos laborales, así como
el centro de la acción normativa en el mundo del trabajo, una plata-
forma para el debate y la negociación sobre la política social y un pro-
veedor de servicios de movilización, información y adopción de
medidas políticas» (
ibíd.
, pág. 3).
En 1999, la OIT se fijó una meta nueva, el «trabajo decente para
todos», consistente en que todas las mujeres y todos los hombres tengan
un trabajo decente, esto es, en que no sólo se creen puestos de trabajo,
sino puestos de trabajo de calidad aceptable. Este propósito se ha plas-
mado en cuatro objetivos estratégicos: el pleno empleo, mejores niveles
de seguridad socioeconómica, el respeto universal a los principios y
derechos fundamentales en el trabajo y el reforzamiento del diálogo
social (
ibíd.
).
El trabajo decente es una manera nueva y muy oportuna de hacer
realidad la misión histórica de la OIT, ya que este concepto sitúa en pri-
mer plano los resultados: qué tipos de trabajos hace la gente, a cambio
de qué remuneración, en cuáles condiciones de estabilidad y seguridad
y de qué derechos laborales gozan los trabajadores. Esta reorientación
de las energías de la OIT plantea un nuevo conjunto de cuestiones, pro-
blemas y tareas.
* Departamento de Economía del Trabajo de la Facultad de Relaciones Laborales de la
Universidad de Cornell (Ithaca, Estado de Nueva York). El presente artículo es una versión revi-
sada de un estudio elaborado por el autor para el Grupo de Políticas Internacionales de la OIT en
marzo de 2001.
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Revista Internacional del Trabajo
La primera tarea consiste en dar un contenido más concreto a la
noción de trabajo decente y, por consiguiente, se inscribe en el contexto
de las normas fundamentales del trabajo, comprendido el pleno
empleo, aunque va más allá de él y también abarca el provecho que
depara el empleo.
La segunda tarea es elaborar un planteamiento integral de la polí-
tica económica y social en el contexto del trabajo decente, conforme
pidió el Grupo de Trabajo sobre la Dimensión Social de la Mundializa-
ción en noviembre de 2000 (OIT, 2000a). Hay autores para quienes la
política económica y la social son entidades diferentes; a mi parecer, en
cambio, se trata de una dicotomía falsa, pues tanto una como la otra son
políticas de desarrollo, al igual que el trabajo decente, ya que tienen una
misma finalidad: mejorar el bienestar económico y social de la población
gracias al desarrollo económico. No se pueden trazar políticas acertadas
mientras no se sepa qué quiere alcanzar el país de que se trate. El con-
cepto de trabajo decente ayuda a concretar el objetivo del desarrollo.
La tercera tarea consiste en formular una metodología empírica
para valorar las consecuencias del crecimiento económico sobre el tra-
bajo decente en el mundo actual de la globalización. Los observadores
sostienen pareceres diferentes: hay quienes afirman que el crecimiento
económico crea más puestos de trabajo y que mejora las condiciones de
los trabajadores ya ocupados; otros dicen justo lo contrario, que en la
época presente de mundialización es preciso mantener bajos los sala-
rios y demás costos del trabajo para no perder los mercados ya ganados
y penetrar en otros. Según los primeros, pues, el crecimiento econó-
mico mejora las condiciones laborales; en cuanto a los segundos, consi-
deran que el crecimiento económico y el trabajo decente son objetivos
contrapuestos. En este artículo analizaremos los tipos de datos que
cabe aducir para arbitrar entre estos pareceres y expondremos las con-
clusiones de estudios anteriores del tema.
La cuarta tarea consiste en esbozar la estructura de los análisis
consiguientes por países. La OIT tiene previstas evaluaciones país por
país de los progresos alcanzados en la generalización del trabajo
decente. En las páginas siguientes exponemos los asuntos que conven-
dría poner de manifiesto en los estudios de las experiencias y políticas
nacionales; proponemos una estructura compuesta por tres tipos de
datos fundamentales que necesitamos y por otros tantos ámbitos esen-
ciales de intervención política.
En cuanto a los datos, se trata de conocer las variaciones a lo largo
del tiempo de:
la ocupación y el desempleo;
la distribución de los puestos de trabajo por sector, ocupación,
etcétera; y
los niveles de remuneración.

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