El SIDA en el mundo del trabajo: En busca de una 'vacuna social'.

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WINDHOEK, Namibia - En una reciente reunión de representantes del Gobierno, los trabajadores y los empleadores de toda África para discutir la epidemia de VIH/SIDA (1), no tardó mucho en quedar claro el objetivo de la reunión: todos los delegados coincidieron en que el SIDA ya no constituye tan sólo un problema de salud, sino que "representa una crisis de desarrollo con potenciales consecuencias terribles para África y el mundo".

En este contexto, representantes de unos veinte países, así como la OIT, el programa conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/SIDA (ONUSIDA), las organizaciones no gubernamentales y diversos observadores (2) procedieron a realizar un urgente llamamiento a luchar contra la enfermedad, declarando el SIDA "el desafío social, laboral y humanitario más grave de nuestro tiempo."

"Sigue imperando una cultura del silencio, del miedo y de la negación que impide actuar", declaró unánimemente la plataforma. "El estigma del SIDA y el miedo que engendra favorecen la discriminación, la persecución y la ignorancia. Pese a ello, la expansión del SIDA puede prevenirse. A falta de cura, lo que se necesita es una "vacuna social" que integre elementos tales como la inclusión social, la seguridad del empleo y los ingresos, la seguridad social y la solidaridad."

La reunión, organizada en colaboración con ONUSIDA y fruto de los llamamientos a una acción urgente por parte de la Organización para la Unidad Africana (OUA) con motivo de una reunión celebrada en Windhoek a principios de este año, fue la primera conferencia tripartita como tal que reunió a una amplia gama de representantes de los gobiernos, los trabajadores y los empleadores de la región. Además, fue la primera de una serie de actividades que se llevarán a cabo a nivel nacional y regional, en colaboración con la OIT y otras organizaciones internacionales y de donantes que se ocupan del tema. Esto llevaría también a la creación una plataforma africana de acción que eventualmente podría aprobarse en la Conferencia del Trabajo regional para África de la OIT que se celebrará en diciembre, en Abidjan, Costa de Marfil.

El alcance del problema

La reunión dio comienzo con un informe sobre las consecuencias directas de la epidemia de VIH/SIDA, en el que se expone que la enfermedad está amenazando cada vez más a todos los sectores y niveles del mundo del trabajo. El informe indica que la epidemia "está afectando y, en última instancia, ocasionando la muerte de los miembros más productivos de la fuerza de trabajo" con una rapidez creciente en muchos países africanos.

La epidemia del SIDA (...) es el desafío social, laboral y humanitario más grave de nuestro tiempo. El SIDA y el virus se han cobrado un número de víctimas catastrófico en África, diezmando su población, desestructurando en su base del tejido social de sus sociedades y poniendo en peligro sus economías. Su impacto como enfermedad debilitadora, causante de una mortandad generalizada e indiscriminada, que deteriora la calidad y la esperanza de vida, pone en peligro los avances económicos y sociales tan duramente adquiridos en los países africanos...

- Plataforma de Acción de Windhoek

"El verdadero coste de esta pandemia es prácticamente incalculable y sus repercusiones en el descenso de la supervivencia infantil y de la esperanza de vida, la sobrecarga de los sistemas de asistencia sanitaria, el creciente número de huérfanos y las sustanciales pérdidas financieras en el mundo empresarial son enormes", según se indica en el informe.

En las dos últimas décadas, el VIH ha infectado a más de 50 millones de personas. A finales de 1998, ONUSIDA señaló que más de 33 millones de personas padecían el VIH/SIDA en todo el mundo. Unos 14 millones de personas han muerto de SIDA, y tan sólo en 1998 se registraron 2,5 millones de fallecimientos

ONUSIDA señaló también que, del total general, el 95% de todas las personas portadoras del virus viven en los países en desarrollo. En términos globales, las mujeres representan el 43% de toda la población de personas mayores de 15 años que son portadoras del virus o padecen SIDA. Las infecciones de VIH se suceden a un ritmo de 11 cada minuto del día. Cerca de dos tercios de la población mundial con VIH/SIDA (22,5 millones) viven en el África subsahariana. En Botswana, Namibia, Suazilandia y Zimbabwe, entre el 20 y el 25% de toda la población de edades comprendidas entre los 15 y los 49 es portadora del virus VIH o padece SIDA, e incluso en algunas zonas las tasas de infección superan el 50%.

ONUSIDA señaló asimismo que, en 1998, el 90% de todas las infecciones de VIH recientemente diagnosticadas se produjeron en África, pese al hecho de que el continente sólo representa el 10% de la población mundial. Cerca del 95% de todos los huérfanos a causa del SIDA en el mundo -niños que han perdido a su madre o a ambos progenitores antes de cumplir 15 años- viven en África. Los datos de la OIT y ONUSIDA indican que el SIDA se ha convertido en la causa principal de morbilidad y mortalidad en África, por encima de la malaria.

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LA PLATAFORMA DE ACCIÓN DE WINDHOEK

Además de extender la cooperación a otras organizaciones sobre los problemas del SIDA y considerando el patrocinio conjunto del programa de ONUSIDA, los delegados instaron a la OIT a tomar las siguientes medidas:

• aplicar "los conceptos, métodos y herramientas que ha desarrollado sobre cuestiones laborales y sociales para responder a la concepción de la investigación y los programas sobre el VIH/SIDA;

• ampliar su capacidad de lucha contra el VIH/SIDA, especialmente en sus equipos multidisciplinarios a través de la formación, la movilización de recursos y la asesoría de expertos de ONUSIDA;

• llevar a cabo investigaciones y encuestas para determinar las consecuencias del VIH/SIDA en el mundo del trabajo, incluidos los esfuerzos por incrementar la mano de obra y las tasas de participación, y en el campo de la mujer, el trabajo infantil, la afiliación a sindicatos, la productividad, el sector no estructurado y el desarrollo de la pequeña empresa;

• documentar y divulgar información utilizando todos los medios adecuados sobre las experiencias nacionales y las buenas prácticas;

• comprometerse con las campañas activas y la formación en cuestiones relacionadas con el VIH/SIDA y el mundo del trabajo, orientadas a los líderes políticos, las organizaciones de empleadores y trabajadores y la sociedad civil;

• incluir el problema del VIH/SIDA en sus reuniones regionales y plantearse la organización de una reunión extraordinaria sobre el tema en la Conferencia Internacional del Trabajo;

• integrar las cuestiones y problemas relacionados con el VIH/SIDA y los componentes de género en todos los programas de la OIT y los proyectos de cooperación técnica en la región;

• desarrollar una política, programa y estructura para luchar contra el problema del VIH/SIDA en el mundo del trabajo; y

• reforzar la capacidad de sus interlocutores sociales para formular y aplicar con eficacia programas y actividades a escala nacional y empresarial.

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Estudio: Rwanda, Tanzania, Uganda y Zambia

Un estudio de la OIT sobre la población activa realizado en Rwanda, Tanzania, Uganda y Zambia señaló que el 80% de las personas infectadas en aquellos países tienen edades comprendidas entre los 20 y los 49 años. "En otras palabras, el SIDA está afectando y, en última instancia, ocasionando la muerte de la fuerza de trabajo más productiva dentro del sector estructurado. Muchos eran trabajadores experimentados y capacitados empleados en trabajos manuales o administrativos.(3)"

En Zambia, según el informe, el 96,8% de todas las muertes relacionadas con el SIDA en 18 empresas se produjo entre trabajadores de edades comprendidas entre los 15 y los 40 años. Entre 1984 y 1992, la mortalidad aumentó cinco veces, debido a enfermedades relacionadas con el SIDA que representaban el 56% de los fallecimientos entre los trabajadores del sector general, el 71% entre los trabajadores de nivel inferior, el 57% entre los trabajadores de clase media y el 62% entre los trabajadores de niveles directivos.

La pandemia se ha manifestado en el mundo del trabajo -ámbito de competencia de la OIT- del siguiente modo: discriminación en el empleo, exclusión social de personas que padecen VIH/SIDA, agudización de las desigualdades entre los géneros, creciente número de huérfanos a causa del SIDA y mayor incidencia del trabajo infantil. También ha perturbado el rendimiento del sector no estructurado y de las pequeñas y medianas empresas (PYME). Otras manifestaciones son la escasa productividad, la reducción de capital humano, la presión sobre los sistemas de seguridad social y las amenazas a la salud y seguridad en el trabajo, especialmente entre determinados grupos de riesgo, como los trabajadores migrantes y sus comunidades y los trabajadores de los sectores sanitario y de transportes.

- Plataforma de Acción de Windhoek

"Los empleadores, por naturaleza, tienden a preocuparse por lo que constituye la médula espinal de sus empresas: sus trabajadores, y por el efecto que podría tener la epidemia en su actividad empresarial", señala el estudio de la OIT. "El VIH/SIDA encarece el coste de los negocios, al mismo tiempo rebaja la productividad de los trabajadores y disminuye la demanda global de mercancías y servicios".

Impacto general sobre el trabajo

El informe de la OIT afirma que el VIH/SIDA ha causado estragos tanto en el sector estructurado como en el no estructurado, entre las mujeres en el trabajo y en el hogar, entre las personas mayores y los niños. En el caso del sector estructurado, el VIH/SIDA ha provocado que se disparen las tasas de enfermedad y mortandad entre los empleados de todos los niveles; las ausencias por enfermedad y la necesidad de atender a los miembros de la familia enfermos o de asistir a funerales; los crecientes costes del seguro de enfermedad, la formación y la discapacidad.

"El SIDA no discrimina según la categoría de los trabajadores", señala el informe de la OIT. "Diezma la fuerza de trabajo cualificada y directiva. Muchas veces resulta extremadamente difícil encontrar trabajadores altamente cualificados y con competencias para sustituir a los trabajadores que fallecen o que ya no pueden trabajar. Así pues, la productividad se resiente; lleva tiempo sustituir a los trabajadores, en particular a los trabajadores cualificados o con mucha antigüedad".

En el caso de los empleadores, señala el informe, "muchos temen que luchar contra el SIDA en el lugar de trabajo sea demasiado costoso, mientras que otros que tienen interés en abordar el problema no saben cuál es la mejor manera de hacerlo. Las encuestas ponen de relieve que pocas empresas han establecido medidas de prevención global, de atención e intervenciones de apoyo en el lugar de trabajo".

El SIDA también ha tenido un impacto considerable en el sector no estructurado, donde salen a la superficie muchos aspirantes sin éxito o trabajadores despedidos junto a aquellos que carecen de la adecuada formación y competencias. Muchos trabajadores que padecen VIH/SIDA y que trabajan en este sector, o bien pierden su medio de subsistencia o asisten a la quiebra de su negocio debido a su incapacidad para trabajar. Incluso aunque entren en un periodo de remisión de la enfermedad o de recuperación, a menudo es difícil reanudar el trabajo porque los recursos personales se han agotado.

Las mujeres también se ven seriamente afectadas, debido a su gran vulnerabilidad a la transmisión, así como a su escasa autonomía en el lugar de trabajo y en su vida personal. Algunas mujeres pueden verse incapacitadas para atender a sus familias, y a las que reconocen ser portadoras del virus a menudo se les deniega la posibilidad de hacerlo. En algunos casos, las mujeres portadoras del virus son maltratadas y expulsadas de su casa por sus maridos, incluso cuando ha sido el hombre quien ha causado la infección. La muerte de uno de los cónyuges suele causar un deterioro de los ingresos o el agotamiento de los ahorros, pero la muerte de la mujer invariablemente produce graves consecuencias para los niños, así como para las personas mayores que viven en el hogar.

En cuanto a los niños, muchos se quedan huérfanos a una edad temprana o se ven forzados a dejar la escuela para atender a las familias en caso de que la madre fallezca. Los niños a menudo se ven obligados a asumir la función de cabeza de familia por la muerte de ambos progenitores y son incapaces de hacer frente a esta exigencia. Muchos niños encuestados han dicho que la imposibilidad de cubrir las necesidades familiares les conduciría irremisiblemente a la delincuencia, a la calle o a la prostitución. Los niños huérfanos se embarcan a veces en actividades paramilitares como medio de protección y de subsistencia.

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El SIDA Y LA EMANCIPACIÓN DE LA MUJER:

LA NECESIDAD DE TENER "VOZ Y VOTO"

WINDHOEK: ¿Es la emancipación de las mujeres una de las claves para prevenir la creciente expansión del VIH/SIDA? "La emancipación económica de las mujeres es absolutamente vital para reducir el alcance del SIDA o detener su avance", señala la Directora Ejecutiva de la OIT, Mary Chinery-Hesse. "Las mujeres necesitan tener voz y necesitan tener voto. Es la única esperanza de detener el SIDA."

En un debate sobre los problemas de género en la actualidad, los delegados tomaron nota de que las mujeres de todo el mundo, y las africanas en particular, con mucha frecuencia dependen de los hombres en su vida profesional y personal, lo cual incrementa drásticamente su vulnerabilidad a la infección del VIH y a otras enfermedades de transmisión sexual.

Entre la información proporcionada por ONUSIDA y otros organismos cabe citar:

Las niñas presentan tasas de infección mucho mayores que los niños de su misma edad. En algunos países, las niñas seropositivas de edades entre 15 y 19 años superan en número, entre seis y ocho veces, a los niños del mismo grupo de edad;

Los hombres adultos cada vez transmiten más el virus a niñas y jóvenes. La edad de iniciación sexual de las jóvenes se adelanta cada vez más, en parte debido a la creencia de que no tienen SIDA o por el mito de que el sexo con vírgenes puede curar el SIDA;

un número creciente de hogares está encabezado por mujeres, niñas y huérfanas, debido al fallecimiento de cónyuges y adultos causado por el SIDA; y

la creciente transmisión maternofilial ha ocasionado una mayor mortalidad materna y un mayor número de huérfanos.

La Sra. Chinery-Hesse señaló que, así como los programas de promoción de la igualdad de género auspiciados por la OIT deberían tener más componentes relacionados con el VIH/SIDA, cualquier estrategia nueva para combatir el VIH/SIDA debe incluir elementos que aborden el género como problema fundamental.

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Los interlocutores sociales coinciden:

es preciso detener el SIDA

El mensaje claro de todos los asistentes a la reunión fue la necesidad y la perentoriedad de encontrar un modo de combatir el SIDA. Según Mary Chinery-Hesse, Directora Ejecutiva de Protección Social de la OIT y miembro de mayor antigüedad de la Conferencia de Windhoek, "mientras que todo el mundo está esperando una vacuna en el campo de la medicina para prevenir el VIH/SIDA, aprovechemos los medios de la OIT y los valores como la consulta tripartita, la igualdad y la justicia social para desarrollar con eficacia una vacuna "social".

Este llamamiento encontró eco tanto en los trabajadores como en los empleadores. Señalando que el seminario tenía que haberse realizado mucho antes, el Sr. Besha, de la Organización para la Unidad Sindical Africana (OUSA), en representación de los trabajadores, afirmó que el impacto del VIH/SIDA en el lugar de trabajo es alarmante. Al igual que la OUSA ha organizado ya programas de lucha contra el VIH/SIDA, el Sr. Besha manifestó su esperanza de que la OIT prepare estrategias efectivas que incluyan a los trabajadores y sus representantes.

La OIT debe reforzar sus actividades de lucha contra el VIH/SIDA en la región gracias a la mejora de los conocimientos, las campañas activas y los servicios ampliados. La estructura tripartita de la OIT proporciona un mecanismo ideal para intensificar la respuesta al VIH/SIDA.

- Plataforma de Windhoek

El Sr. Iacona, de la Federación Etíope de Empresarios, en representación de los empleadores, añadió que éstos no podrían luchar solos contra el VIH/SIDA en el mundo de trabajo y que era necesaria también la colaboración de todos los interlocutores sociales.

Otros delegados plantearon temas como la confidencialidad y la necesidad de que los empleadores apoyen a los trabajadores infectados que normalmente mantienen a un gran número de personas a su cargo; la necesidad de afrontar los tabúes en torno a las enfermedades de transmisión sexual, la preocupación de que las mujeres soporten una parte mayor de la carga al afrontar la enfermedad; las consecuencias para la formación de los empleados afectados por la infección y la dificultad de asesorar a las empresas debido a la obligación de confidencialidad.

No obstante, aunque no se cuente con una vacuna o cura, se puede prevenir la transmisión del SIDA: los delegados apoyaron el concepto de "respuesta multidimensional" que incluya la denominada "vacuna social", con elementos tales como prevención de la exclusión social, protección de los ingresos y los planes de seguridad social y fomento de la solidaridad con las personas que padecen SIDA.

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(1) VIH son las siglas de "virus de inmunodeficiencia humana", que causa el SIDA. SIDA es el acrónimo de "síndrome de inmunodeficiencia adquirida".

(2) Además de la OIT y ONUSIDA, tomaron parte los asistentes del "seminario regional tripartito sobre las estrategias para abordar las consecuencias sociales y económicas del VIH/SIDA" con inclusión de representantes de los gobiernos, trabajadores y empleadores invitados de Botswana, Burundi, Camerún, República de África Central, República Democrática del Congo, Costa de Marfil, Djibouti, Etiopía, Ghana, Kenya, Namibia, Nigeria, Rwanda, Senegal, Sudáfrica, Suazilandia, Tanzania, Uganda, Zambia y Zimbabwe. Asimismo, entre los asistentes se encontraban también la Organización para la Unidad Sindical Africana (OUSA), los organismos y oficinas de las Naciones Unidas, incluido el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), el Banco Africano de Desarrollo (BAD) y otras organizaciones gubernamentales y no gubernamentales que se ocupan del impacto del VIH/SIDA en el mundo del trabajo.

(3) Datos recogidos por la OIT para la Conferencia conjunta de la CEPA de ministros de Finanzas y ministros de Planificación y Desarrollo Económico y Social, en Addis Abeba, mayo de 1999.

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