El sector no estructurado: Cómo organizarlo.

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GINEBRA - El primer problema que se plantó en el coloquio fue definir el problema: ¿qué es exactamente el sector no estructurado? Si bien los delegados acordaron que incluye servicios en pequeña escala o actividades de producción -desde las que emplean a vendedores callejeros, a conductores de rickshaws o a mozos de estación- las opiniones no eran tan claras en lo que respecta, por ejemplo, a las personas empleadas en el teletrabajo o a los trabajadores que mantienen formas de empleo precarias dentro de la economía estructurada.

Finalmente, los participantes decidieron definir el sector no estructurado como una amplia gama de actividades que desarrollan los trabajadores en condiciones laborales de explotación y falta de seguridad, con ingresos que a menudo rozan o se quedan por debajo del umbral de pobreza, y escaso o nulo acceso a la protección social del Estado, la formación y los servicios sociales.

También acordaron que las actividades de los sindicatos en materia de contratación deben centrarse en dos grandes segmentos de la mano de obra del sector no estructurado: los trabajadores "por cuenta propia" (los autónomos "teóricos", los vendedores callejeros y los pequeños agricultores) y los empleados contratados a jornada completa u ocasionalmente (asalariados en microempresas en condiciones de trabajo regular, ocasional o contractual, trabajadores no remunerados, trabajadores a domicilio y empleados domésticos remunerados).

No obstante, a medida que los sindicatos se enfrentan al sector no estructurado, siguen pendientes muchas cuestiones, entre ellas, la exigencia de invertir mucho tiempo y dinero sin saber el resultado; los desafíos, ya de por sí suficientes, del "sector estructurado"; la legislación sindical y, en último término, plantearse por dónde empezar.

Frente a estos problemas se hallan otros más concretos, como la caída general de los niveles de afiliación sindical, fruto del desplazamiento sustancial de los trabajadores hacia el sector no estructurado, y la multiplicidad de trabas prácticas a la hora de alcanzar a los miembros potenciales del sector no estructurado, que divergen enormemente de su base tradicional.

Con la asistencia más de cincuenta representantes de organizaciones sindicales nacionales, representantes de los centros sindicales internacionales y las secretarías sindicales internacionales, la reunión mostró la dimensión internacional del tema.

Los participantes en el coloquio adoptaron una serie de recomendaciones en las que se pide a los sindicatos que desarrollen estrategias efectivas para organizar a los trabajadores del sector no estructurado y representar mejor sus intereses. Las recomendaciones se centran en los cambios institucionales, los enfoques operativos, los modelos de organización y las actividades prácticas que los sindicatos deberían poner en práctica para conseguir estos objetivos.

Algunas recomendaciones para el sector

Dado que la mayoría de estos trabajadores son mujeres y jóvenes, los participantes decidieron que estos grupos debían recibir especial atención, en su caso adoptándose medidas específicas para facilitar lo que los delegados denominaban su "integración" en las actividades y estructuras sindicales. Al igual que ocurre con el sector estructurado, satisfacer las necesidades de los trabajadores del no estructurado aparentemente sería el mejor modo de convencerles para afiliarse a los sindicatos.

Las mejores experiencias de países como India y Ghana mostraron que los sindicatos han coadyuvado a facilitar el acceso de los trabajadores del sector no estructurado a créditos ventajosos, clases de alfabetización o servicios de atención médica. Y ya que ponerse en contacto con todos los trabajadores del sector no estructurado puede resultar una tarea ímproba, los sindicatos podrían comenzar capitalizando los recursos humanos disponibles y emplear intensivamente mano de obra femenina, jóvenes y anteriores miembros y activistas sindicales que se han visto forzados a dirigirse hacia el sector no estructurado, con el fin de que lleven a cabo la tarea de organizar a sus compañeros.

Las recomendaciones también se refieren al trabajo con los medios de comunicación y a formar alianzas con organizaciones de la sociedad civil como ONG y grupos religiosos para ponerse en contacto con los trabajadores del sector no estructurado y ayudarlos, especialmente a los más difíciles de localizar, como los trabajadores domésticos o los trabajadores a domicilio. También se instó a los centros sindicales internacionales a que apoyaran a sus afiliados en su labor de contratación en el sector no estructurado, especialmente fomentando la aplicación de códigos de conducta, acuerdos marco y planes de clasificación destinados a extender la aplicación de las normas de trabajo al sector no estructurado.

Mejorar la calidad de vida de los trabajadores

del sector no estructurado

En el centro de la lucha de los sindicatos para mejorar la calidad del empleo y del nivel de vida en el sector informal se halla la disposición de los responsables decisorios, tanto a nivel nacional como internacional, para crear el entorno institucional y económico que favorezca este proceso de mejora. Las políticas nacionales y los programas ejecutados hasta la fecha en muchos países en su mayor parte han tenido los efectos opuestos.

En relación con esto, los participantes adoptaron un amplio conjunto de recomendaciones para los gobiernos y las organizaciones internacionales, incluida la OIT, que contienen una serie de propuestas sobre las políticas nacionales y las actividades de la organización en campos como la legislación y las normas laborales, la política económica y la protección social, que deben evolucionar para reflejar adecuadamente las necesidades de los trabajadores del sector no estructurado.

Las recomendaciones hacen hincapié en la necesidad de aplicar políticas económicas que conduzcan a la transformación de las actividades del sector no estructurado en empresas más productivas y socialmente responsables que respeten los derechos de los trabajadores y les proporcionen protección. Plantean soluciones concretas para que los gobiernos y la OIT puedan fomentar la aplicación de normas de trabajo para todos los trabajadores, independientemente de si están o no en el sector no estructurado. Los participantes también recomendaron que la ampliación de la protección social al sector no estructurado se convierta en un objetivo principal para la OIT, y formularon las propuestas correspondientes.

- Samuel Grumiau, Bruselas, e informes de la OIT

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