Los salarios bajos en cinco países europeos y en los Estados Unidos

Date01 December 2009
DOIhttp://doi.org/10.1111/j.1564-9148.2009.00067.x
Published date01 December 2009
Revista Internacional del Trabajo, vol. 128 (2009), núm. 4
Derechos reservados © El autor, 2009
Compilación de la revista y traducción del artículo al español © Organización Internacional del Trabajo, 2009
Los salarios bajos en cinco países
europeos y en los Estados Unidos
Gerhard BOSCH*
Resumen. Fundándose en varias investigaciones llevadas a cabo en Alemania, Dina-
marca, Estados Unidos, Francia, Países Bajos y Reino Unido, el autor demuestra que
la proporción de empleos con salarios bajos y las condiciones laborales de los mismos
vienen determinadas por las estructuras institucionales de cada país: el salario míni-
mo, las políticas laborales, los sistemas tributario y de seguridad social y la negocia-
ción colectiva. La relación inversa entre el nivel de remuneraciones y el de empleo no
es inevitable: unas políticas activas de potenciación del trabajador y unas instituciones
que fijen «limitaciones positivas» pueden impedir que la mejora de las condiciones la-
borales en la franja inferior de la escala salarial, aparte de reducir la desigualdad, se
traduzca en un aumento del desempleo.
resentamos en el presente artículo algunas conclusiones relevantes de una
Pserie de estudios, promovidos y costeados por la Fundación Russell Sage,
acerca del trabajo con salario bajo en los Estados Unidos y en cinco países euro-
peos: Alemania, Dinamarca, Francia, Países Bajos y Reino Unido. La investi-
gación original relativa a la situación en los Estados Unidos (Appelbaum,
Bernhardt y Murnane, 2003) arrojó información sobre las diversas respuestas de
las empresas a la globalización económica, la desreglamentación y el cambio
tecnológico, y reveló que sus actuaciones afectaban principalmente a los traba-
jadores menos remunerados. Una de las conclusiones era que los empleadores
gozaban de un amplio margen de maniobra en la organización de su personal
asalariado. La mayoría de las empresas estadounidenses reaccionaron a las pre-
siones económicas con medidas de reducción de costos que empeoraron los
niveles salariales y las condiciones de trabajo. Pero algunas adoptaron otra
estrategia distinta, que podríamos denominar «positiva» u «óptima»: mejorar la
* Profesor de Sociología de la Universidad de Duisburgo-Essen y director del Instituto de
Trabajo, Cualificaciones y Formación Profesional (Institut Arbeit und Qualifikation, IAQ) de Duis-
burgo; direcciones electrónicas: gerhard.bosch@uni-due.de y gerhard.bosch@cityweb.de.
La responsabilidad de las opiniones expresadas en los artículos sólo incumbe a sus autores, y
su publicación en la Revista Internacional del Trabajo no significa que la OIT las suscriba.
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productividad de su personal y, en consecuencia, su retribución, adoptando mo-
dalidades innovadoras de organización del trabajo e invirtiendo en formación
profesional y en nuevas tecnologías. Se concluía también en aquel estudio que
en la decisión de actuar o no de esa manera tenía mucho que ver el orden laboral
imperante. Sin embargo, debido a la escasa regulación de los mercados de pro-
ductos y de trabajo que caracteriza a este país, las empresas que optaron por es-
trategias «de segundo orden» no tuvieron muchas dificultades para llevarlas a la
práctica.
Aquella investigación se amplió después mediante una comparación in-
ternacional cuyo propósito consistía en comprobar si el hecho de que en los paí-
ses europeos los mercados estén, por lo general, mucho más reglamentados,
sumado al papel considerable que desempeñan en ellos el Estado social y la ne-
gociación colectiva, influía en las estrategias de las empresas reduciendo la inci-
dencia de los salarios bajos y mejorando la calidad del trabajo en esa franja de la
escala retributiva1. Tras compararse las estructuras institucionales de esos paí-
ses, se realizaron estudios monográficos sobre cinco subsectores concretos de
todos ellos: los centros de atención telefónica, la elaboración de alimentos, el co-
mercio al por menor, los hospitales y los hoteles. En dicha parte de la investiga-
ción se analizaron las repercusiones que tenían las diferencias de estructura
institucional en esas ocupaciones concretas que han tenido tradicionalmente
una remuneración baja en los Estados Unidos. Ello contribuyó, asimismo, a ca-
librar el carácter más o menos incluyente o excluyente del orden laboral de cada
país. En los sistemas «excluyentes», las mejoras salariales y de otras condiciones
de trabajo que conquistan quienes poseen mucha capacidad de negociación no
se trasladan o apenas lo hacen a quienes se hallan en una posición más débil des-
de ese punto de vista, y ello se comprueba tanto en el seno de la empresa y del
sector como en el análisis intersectorial. En los sistemas «incluyentes», en cam-
bio, los beneficios de esa buena capacidad de negociación sí alcanzan seguida-
mente a los trabajadores que no la tienen por sí mismos. Así pues, cuanto más
incluyente es el sistema institucional, tanto más protegidos están los que se ha-
llan en el estrato inferior del mercado laboral.
El resto de este artículo se divide en cinco partes. En la primera se presen-
tan las principales averiguaciones acerca del nivel y las tendencias del trabajo de
salario bajo y de las características más destacadas de los trabajadores afectados
de cada país. En la segunda se analizan las diversas instituciones que determinan
los niveles salariales en esas seis economías. La tercera versa sobre las diversas
formas en que las instituciones nacionales repercuten en la oferta de mano de
obra. En la cuarta se examina si existe una relación inversa entre empleo y sala-
rios bajos. Y en la quinta y última se extraen algunas conclusiones sobre el nivel
y la evolución de ese trabajo modestamente remunerado.
1Estos estudios comparados se presentaron en Bosch y Weinkopf (2008), Caroli y Gautié
(2008), Lloyd, Mason y Mayhew (2008), Salverda, Van Klaveren y Van der Meer (2008) y Wester-
gaard-Nielsen (2008). El presente artículo tiene su origen en otro volumen de estudios comparados
(Gautié y Schmitt, 2010), basado, a su vez, en el trabajo de veintiséis investigadores de seis países en
el que se resumen y comentan los cinco estudios europeos y el anterior de los Estados Unidos.

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