RFID y vigilancia en el lugar de trabajo

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GINEBRA - En la logística, la RFID permite la localización y el seguimiento individualizado de los envíos. En la agricultura, los chips de RFID se utilizan en las etiquetas que se insertan en las orejas del ganado (y, tras el sacrificio de los animales, para efectuar un seguimiento de su carne). En el transporte público, las tarjetas de prepago con mecanismos de RFID, como la Octopus de Hong Kong, son cada vez más habituales, y se les da también usos adicionales como "monederos" electrónicos para sustituir las transacciones en efectivo de pequeña cuantía. En el comercio minorista, se prevé que el etiquetado RFID de los productos sustituirá en breve a los códigos de barras. En la actividad empresarial en general, los chips de RFID ofrecen una vía extremadamente eficaz para abordar el seguimiento de los activos y el control de inventario1.

Parece que la RFID desempeña funciones, literalmente, desde la cuna hasta la tumba. Algunos hospitales de maternidad han optado, por razones de seguridad, por colocar en los recién nacidos brazaletes con este tipo de sistema, y varias residencias de ancianos, por motivos similares, colocan tales dispositivos en los residentes con demencia senil. Y, al menos, una empresa utiliza actualmente etiquetas RFID para su colocación en cadáveres en cementerios.

¿En qué consiste esta tecnología aparentemente ubicua? Una etiqueta RFID consiste en un microchip diminuto, en algunos casos no más grande que un grano de arroz, que contiene datos acerca del objeto etiquetado. A las etiquetas se les añade una pequeña antena, utilizada para transmitir los datos al lector RFID. Normalmente, la RFID funciona en distancias cortas (por ejemplo, como cuando los portadores de tarjetas Octopus acceden a la red ferroviaria pública de Hong Kong), aunque algunas etiquetas RFID pueden leerse a varios kilómetros de distancia. Las etiquetas suelen ser pasivas, y reaccionan únicamente cuando son "estimu-Page 17ladas" por el lector, aunque también se dispone de etiquetas activas dotadas de microbaterías.

La polémica respecto a la aplicación de este tipo de tecnología comienza cuando la RFID se utiliza en el lugar de trabajo. El principal reparo se plantea sobre la posibilidad de que los empleadores puedan utilizar la RFID para vigilar, abierta o encubiertamente, los movimientos y las actividades de los trabajadores. Esta inquietud ha sido manifestada por varios sindicatos nacionales, así como por Philip Jennings, Secretario Genera de la Union Network International (UNI) cuya organización ha llamado recientemente la atención respecto a la expansión de la vigilancia electrónica en el trabajo. "La RFID puede dar lugar a que los empleados no se sientan nunca verdaderamente fuera de servicio, incluso durante sus descansos y su tiempo libre", señala el Sr. Jennings.

En otras palabras, los sindicatos perciben la RFID de un modo muy similar al de aplicaciones tecnológicas más consolidadas como la vigilancia por vídeo o el control del correo electrónico, en concreto, como factores que ponen en peligro el derecho a la intimidad de los empleados en los lugares de trabajo.

¿En qué medida está justificada la preocupación de los sindicatos en este sentido? El uso de la RFID que da lugar a grandes titulares corresponde a la idea de que los chips se inserten bajo la piel de las personas, de modo que éstas puedan ser detectadas por los lectores allí donde vayan. Lo que podría parecer un supuesto de ciencia ficción es objeto ya, de hecho, de un uso limitado. Por ejemplo, un club nocturno invita a sus miembros a implantarse chips RFID como una manera cómoda de acceder al local y abonar las consumiciones. Los chips implantados se promueven también como método estimable para disponer del historial médico del sujeto en cuestión, lo que permite a los médicos recuperar la información en casos de urgencia. Sin embargo, actualmente y en el contexto del lugar de trabajo, este tipo de utilización de chips en los trabajadores es muy poco habitual. El ejemplo más citado procede de México, donde dieciocho funcionarios que trabajan para la oficina del Fiscal General del país recibieron voluntariamente implantes que les permiten acceder de manera automática a áreas restringidas.

Menos llamativa para los medios de comunicación, pero mucho más generalizada es la tendencia creciente a colocar chips RFID en los uniformes de los empleados. Fuentes empresariales señalan que una sola compañía ha vendido veinte millones de unidades de ese tipo de etiquetas, diseñadas para soportar planchados y lavados frecuentes a altas temperaturas sin que se dañe el microchip. Los proveedores creen que, con el tiempo, será posible utilizar hilos tejidos en la tela de las prendas que se utilizarán como antenas RFID.

En un ejemplo de Las Vegas, un director de casino, al parecer, supervisaba las actividades de su personal mediante los chips RFID instalados en sus uniformes, y llegó a imponer medidas disciplinarias a un trabajador por perder el tiempo. Con todo, existen otros ejemplos del mismo sector en que la implantación de etiquetas en los uniformes se ha llevado a cabo satisfactoriamente. En el gran complejo de casinos de Star City en Sydney, inicialmente el personal recibió con inquietud la inserción de etiquetas RFID en sus uniformes, pero la preocupación se superó rápidamente. Su sindicato, el Liquor, Hospitality and Miscellaneous Union (LHMU), dice que puesto que los uniformes no se utilizan fuera de las instalaciones de la empresa, no se corre el riesgo de que el personal sea vigilado cuando se encuentra fuera de servicio. El LHMU añade que, en cualquier caso, el casino ya era un entorno intensamente vigilado, dada la utilización de varios cientos de cámaras en sus instalaciones.

En general, en los casos en que los empleadores optan por colocar etiquetas RFID en los uniformes, la razón tiene que ver habitualmente con la gestión de lavandería. Las prendas objeto de procesos de lavandería comercial se han marcado tradicionalmente con etiquetas alfanuméricas o de código de barras, y cada año se venden cientos de millones de etiquetas de identificación de este tipo. La RFID constituye, en cierto sentido, un mero desarrollo de esta modalidad de uso.

En cualquier caso, las etiquetas RFID introducidas con fines no polémicos pueden utilizarse posteriormente de otro modo, en especial para el seguimiento de empleados. Los distintivos con el nombre de los trabajadores y los pases de acceso constituyen con mucho el uso más generalizado de la RFID en el lugar de trabajo. Los datos recogidos por los chips RFID incorporados en los pases del personal pueden ser objeto de un uso mucho más amplio. Por ejemplo, una empresa de TI publicita un software que integra los datos del sistema en una variedad de informes como los que se efectúan sobre asistencia del personal, horas extraordinarias trabajadas, ausencias y abandono temprano del puesto de trabajo. Los datos se encajan fácilmente con los registros del empleado en el departamento de RRHH, así como con los informes de salarios y nóminas.

Una pequeña encuesta llevada a cabo en Estados Page 18 Unidos por la RAND Corporation parece sugerir que este tipo de capacidad es aprovechada por los empleadores. RAND consultó con seis organizaciones y en todos los casos se observó que los datos del sistema de entrada se vinculan a otras bases de datos. Lo que inquietó especialmente a los investigadores de RAND fue la falta de transparencia respecto al modo en que se utilizan estos datos. El informe señala que "en general, no existen políticas escritas y explícitas relativas al modo en que se utilizan las tarjetas [tarjetas de acceso de personal], y a los empleados no se les comunica el tipo de políticas que se aplican". El informe continúa con una afirmación de mayor importancia: "La utilización de tales sistemas ha modificado el tradicional equilibrio entre comodidad personal, seguridad en el lugar de trabajo y derecho a la intimidad individual, dando lugar a la pérdida de 'oscuridad práctica'. Estos sistemas plantean dificultades también en lo que respecta al significado y la ejecución de prácticas de información equitativas".

Los investigadores de RAND se vieron indudablemente sorprendidos por sus resultados. Su estudio sugiere que todo empleado con una tarjeta de acceso basada en la RFID debería sentirse "inquieto" al leer el informe.

Lo que podría denominarse como "abuso de las bases de datos" parece ser en muchos casos resultado de una acción no premeditada, más que de una planificación deliberada por parte de los empleadores, que se limitarían a hacer uso de las funcionalidades proporcionadas automáticamente en el software que han adquirido. En cualquier caso, Philip Jennings, de UNI, considera éste un terreno en el que es necesaria la atención de los sindicatos. "Para muchos trabajadores, la sensación de que su empleador pueda estar vigilándoles a escondidas les deja un mal sabor de boca", señala. "En ocasiones, más que para ayudar a liberar el potencial humano y construir una sociedad del conocimiento, parece que la tecnología de la información se utiliza para reducir la posibilidad de un pensamiento y una acción independientes en el lugar de trabajo". En 2006, UNI elaboró un Repertorio de Recomendaciones Prácticas sobre la RFID en el lugar de trabajo (véase el recuadro).

La industria de la RFID cree que la preocupación de la población respecto a este tipo de tecnología está fuera de lugar y que, como ocurrió con los códigos de barras, se disipará cuando la RFID sea mejor conocida. AIM Global, principal órgano mundial en el comercio de RFID, ha elaborado una política sobre privacidad (aunque elaborada fundamentalmente teniendo en cuenta los productos de consumo) en la que se afirma el derecho "a conocer cuándo, dónde y por qué se leen etiquetas".

Vigilancia electrónica en el trabajo

Al igual que muchas aplicaciones tecnológicas, la RFID puede ser positiva o negativa para los trabajadores, dependiendo del modo en que se utilice.

· Una mina en Suecia lleva utilizando la RFID desde 2003 con el fin de mejorar la seguridad de los mineros. En los puntos estratégicos de acceso de la mina se han instalado registros de lectura. Las etiquetas RFID que llevan los mineros se activan cuando se encuentran en la cobertura de un punto de acceso. Cuando se produce un accidente, el registro muestra el número y la última ubicación de los mineros, y emite alarmas para advertir a los situados en las proximidades del área del accidente. El sistema precisa la localización de los mineros atrapados y facilita las operaciones de rescate. En lugares de trabajo como las minas, la RFID puede salvar vidas.

· Por otra parte, la tecnología ha sido utilizada por algunas empresas japonesas con el fin de supervisar la eficacia de sus empleados. Los trabajadores portan etiquetas RFID obligatorias, cuyos datos se analizan para determinar en qué medida contribuye cada trabajador a la producción. El sistema ha generado inquietud en lo que respecta a la confianza entre empleador y trabajadores; en cualquier caso, la cuestión sobre la protección de datos es si los empleadores pueden aducir o no razones legítimas para tal seguimiento, y si este uso de datos personales es proporcional o no a los intereses a los que sirve.

El Repertorio de recomendaciones prácticas de la OIT sobre Protección de los datos personales de los trabajadores incluye el siguiente apartado sobre vigilancia: 6.14 (1) Si los trabajadores son objeto de medidas de vigilancia, deberán ser informados de antemano de las razones que las motivan, de las horas en que se aplican, de los métodos y técnicas utilizados y de los datos que serán recopilados, y el empleador deberá reducir al mínimo su injerencia en su vida privada.

(2) La vigilancia secreta sólo debería permitirse cuando:

(a) se realice de conformidad con la legislación nacional; o

(b) existan sospechas suficientes de actividad delictiva u otras infracciones graves.

(3) La vigilancia continua debería permitirse solamente si lo requieren la salud, la seguridad y la protección de los bienes.

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¿Legislación o autorregulación?

Aunque la legislación sobre protección de datos se encuentra vigente en numerosos países, su aplicación al creciente uso de la RFID no siempre es inequívoca, y hay muchos que preferirían que se emplearan códigos de conducta y otras normas con el fin de supervisar y autorregular el uso de la tecnología.

· El Repertorio de Recomendaciones Prácticas de la OIT sobre Protección de los datos personales de los trabajadores fue adoptado por una Reunión de Expertos sobre la Protección de la Vida Privada de los Trabajadores, y aprobado por el Consejo de Administración de la OIT en 1996. Los expertos fueron designados mediante consultas realizadas con gobiernos y organizaciones de empleadores y de trabajadores, con arreglo al sistema tripartito de la Organización. Aunque la RFID no se menciona de manera específica, en el Repertorio se incluye un apartado sobre vigilancia (véase el recuadro sobre "Vigilancia electrónica en el trabajo").

· En la Unión Europea, las implicaciones de la RFIS fueron examinadas por el grupo de expertos de la UE sobre cuestiones relacionadas con la protección de datos en un documento de trabajo publicado en enero de 2005 ( Documento de trabajo sobre protección de datos de carácter personal en relación con la tecnología RFID, artículo 29, Grupo de Trabajo sobre Protección de Datos). El grupo recomendaba los siguientes principios: visibilidad de las etiquetas y los lectores RFID; derecho de los trabajadores a acceder y a corregir sus datos contenidos en las etiquetas RFID; uso de tecnologías que fomenten la privacidad, por ejemplo, mediante claves de desactivación; visibilidad de los datos de consulta de alto nivel: quién es el controlador de los datos, por qué se recaban éstos; retirada del consentimiento; y confidencialidad de los datos personales. El grupo de trabajo expresó su preocupación respecto al hecho de que algunas aplicaciones RFID pudieran violar la dignidad humana, así como los derechos de protección de los datos. El documento concluye que los datos personales recabados a través de la tecnología RFID deben ser objeto en general de las obligaciones contenidas en la Directiva sobre protección de datos (95/46/CE).

· En el Reino Unido, la Information Commissioner's Office (ICO) ha publicado una Directriz técnica en la que figura un breve resumen de la tecnología RFID y examina el modo en que se aplica la Ley de protección de datos de 1998 en su utilización. La Ley será de aplicación "cuando se recaben, generen o divulguen datos personales utilizando la RFID, ya sea directa o indirectamente", y los usuarios de la RFID deberán considerar los siguientes principios de la protección de datos: procesamiento justo, limitación de su utilización, calidad de los datos, retención de datos, y seguridad. "En un mundo caracterizado por la "ubicuidad de la informática", señala la ICO, "las salvaguardas de la seguridad y la privacidad deben integrarse en la arquitectura de los sistemas RFID, y no añadirse a posteriori".

· RFID in the workplace: UNI Code of Good Practice (RFID en el lugar de trabajo: Repertorio de Recomendaciones Prácticas de UNI) fue elaborado por la Union Network International en 2006. Su objetivo es "garantizar que la tecnología RFID se adopte en el lugar de trabajo de conformidad con las normas fundamentales del trabajo de la OIT, con los principios relativos a la protección de datos, y con el derecho humano fundamental a la intimidad de la persona. Se trata de procurar que la RFID se utilice en los lugares de trabajo en beneficio tanto de las empresas, como de sus empleados, mediante la mejora del entorno de trabajo".

El uso creciente de etiquetas RFID llega en una época en la que otros cambios tecnológicos generan igualmente inquietud acerca del derecho a la intimidad de los trabajadores. En particular, la navegación por satélites GPS, la telefonía móvil y la comunicación informática a través de wi-fi hacen que, potencialmente, resulte mucho más fácil seguir y vigilar movimientos de una persona. Bien utilizadas (por ejemplo, en el seguimiento de los desplazamientos del personal sanitario que realiza visitas a domicilio), estas tecnologías pueden redundar en beneficio de la seguridad de los empleados. Si se utilizan de manera irreflexiva, pueden agravar el estrés de los trabajadores. En palabras de un conductor de camión de Estados Unidos objeto de seguimiento mediante GPS, "es un poco como si el Gran Hermano te estuviera vigilando...Cuando me toca esperar en una cola para comprar un café me pongo nervioso porque piensas, bueno, me están observando, tengo que marcharme".

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[1] Social and labour implications of the increased use of advanced retail technologies, OIT, Ginebra 2006.

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