Razón de ser de esta obra

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Razón de ser de esta obra
Una introducción a este libro, antes de presentar resumidamente su estruc-
tura y capitulado, aconseja realizar un breve análisis previo de las razones que lo
hacen necesario, particularmente en España.
I. EXISTE UN CÚMULO DE CONTRADICCIONES EN TORNO
A LOS DERECHOS HUMANOS
Es bien cierto que la efectiva aplicación universal de los derechos huma-
nos (DD HH) está lejana. Y esta lejanía da pie para numerosas desviaciones.
Por un lado se da la manipulación retórica de los derechos humanos. Mu-
chos Estados ratifican tratados de DD HH que nunca han pensado en cumplir.
Otras veces se practica una utilización interesada a la carta») de los DD HH,
que pervierte su sentido principal. Llegan incluso a ser usados como armas de un
Estado contra otro, que a veces responde con la misma moneda, sirviéndose cada
uno como munición de «sus propios derechos humanos», por mucho que éstos
sean indivisibles. Se heredan todavía los vicios de la guerra fría, cuando parecía
que los derechos civiles y políticos (DCP) eran los derechos humanos de las dere-
chas, y los económicos, sociales y culturales (DESC) los de las izquierdas. Cuando
resulta ser todo al revés, dado que los DD HH están por encima de esas divisiones:
son aquellos en cuyo cumplimiento deberán afanarse derechas e izquierdas, y ya
no se reducen a las dos familias dichas, basadas respectivamente en la libertad y
la igualdad, sino que se les añaden otros derechos colectivos, medioambientales,
de minorías, etc.
Hay numerosos casos, en tercer lugar, de interpretaciones inconsecuentes
de los DD HH, muchas veces inconscientes, que generan dudas sobre su sentido
y utilidad. Así se piensa con una errónea «lógica» de «suma cero», aplicando tópi-
cos como que la mayor seguridad exige la suspensión de ciertos derechos, sin
querer aceptar que el reconocimiento universal de todos los DD HH es la única
garantía de la seguridad del mundo. O que el reconocimiento de todos los dere-
chos del niño puede coartar los de su profesor, etc.
La hipocresía alienta otras inconsecuencias, cuando se piensa que los euro-
peos (se entiende occidentales) ya tenemos en orden la casa, somos maestros de
los DD HH, que actualmente son más bien «para los otros», son sus problemas.
Nuestras generosas políticas de cooperación son a veces aspirinas contra la mala
conciencia de lo ricos que somos, sin que nos preocupemos de mucho más que de
prestarles servicios de asistencia descuidando la garantía de sus derechos.
Por último, se dan graves faltas de responsabilidad en el ejercicio de las liber-
tades que los DD HH reconocen y garantizan, como si estas libertades fueran
singulares derechos propios, sin deberes, sin derechos ajenos.
Derecho_Internacional.pmd 18/09/2009, 13:289

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