El programa nuclear iraní en el ojo del huracán

AuthorCesáreo Gutiérrez Espada/Romualdo Bermejo García
PositionCatedráticos de Derecho Internacional Público y Relaciones Internacionales
Pages105-119

Page 105

I Sobre el TNP
  1. La evolución sufrida por el Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares (TNP) de 1 de julio de 1968, en vigor desde el 5 de marzo de 1970 e instrumento jurídico clave del Derecho Internacional del desarme, nos ha permitido contemplar un inquietante oscurecimiento de la situación. Y es que si ya se formularon a lo largo de los tres años que duraron sus negociaciones, en los años sucesivos se han realizado críticas muy amargas por parte de los Estados no nucleares que acusan al Tratado de establecer una discriminación institucionalizada. Acusaciones por lo demás, si bien se mira, un poco ingenuas pues no hacen sino reflejar una obviedad dado que, como se sabe, el TNP buscó precisamente el establecimiento de dos regímenes distintos según se trate de Estados nucleares o no: Los primeros se comprometen o no traspasar armas nucleares a nadie, ni directa ni indirectamente, así como a «no ayudar, alentar o inducir en forma alguna a ningún Estado no poseedor de armas nucleares a fabricar o adquirir dichas armas (art. I); a los segundos, sin embargo, se les impone una prohibición absoluta de fabricar, adquirir, recibir y almacenar armas u otros dispositivosPage 106 nucleares (art. II). Un sistema de verificación se ha, además, previsto para estos Estados por parte del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), quien puede controlar sus actividades civiles nucleares con el fin de evitar que materiales fisionables puedan desviarse de una finalidad pacífica (permitida) a otra militar (prohibida) tal y como reza el artículo III 1.

    Dicho esto, lo cierto es que el TNP ha tenido un éxito sin precedentes, ya que a 12 de mayo de 2005, 188-189 Estados eran partes en dicho Tratado 2, aunque este éxito no ha servido para contener la aparición de nuevos Estados nucleares, uno de sus objetivos más esenciales. Así, la India, Israel y Pakistán, no partes en el TNP, se han dotado de la capacidad precisa para poder fabricar armas nucleares, subiéndose así al carro de los cinco Miembros permanentes del Consejo de Seguridad, reconocidos por el TNP. Es decir que hoy en día contamos con Estados nucleares "reconocidos" (los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad), los "no reconocidos" (India, Israel y Pakistán) y Estados a los que el OIEA denomina «States of Immediate Proliferation Concern» que tienen programas nucleares con serias sospechas de que pueden ser armamentistas 3.

    El caso de Corea del Norte está ahí aunque su capacidad sigue siendo analizada y, todavía, cuestionada 4. Sin embargo, la República Sudafricana, que llevó a cabo como ya es conocido un ensayo atómico en 1979, decidió abandonar la carrera nuclear y adherirse al TNP, constituyendo así un éxito no se sabe si esperado o inesperado. Otro elemento a favor del Tratado es haber evitado que países como Alemania, Australia, Canadá y Japón se convirtieran en potencias nucleares.

  2. Una fecha importante en la evolución del TNP y para la no proliferación nuclear 5 es la firma del Protocolo Adicional a los Acuerdos de Salvaguardias, de 15Page 107 de mayo de 1997, que refuerza considerablemente los poderes del OIEA en materia de verificación al abarcar todo el conjunto del ciclo de producción nuclear (minas de uranio, materiales, residuos e instalaciones) 6.

    El Protocolo permite controlar no sólo las instalaciones nucleares propiamente dichas, sino también los centros de investigación o las fábricas destinadas a producir elementos relacionados con un programa nuclear determinado, así como obtener cualquier información sobre cualquier material sensible tanto a nivel de la exportación como de la importación; a 23 de mayo de 2005, 94 Estados habían firmado su texto y 67, más la Comunidad Europea de la Energía Atómica (EURATOM), lo habían ratificado 7; Irán, que lo firmó el 18 de diciembre de 2003, todavía no lo ha ratificado, aunque (como la Jamahiriya Arabe Libia hizo antes) se ha comprometido a aplicarlo desde la fecha de su firma.

  3. Hechos estos comentarios, no conviene minusvalorar la preocupación que han suscitado algunos Estados que como Corea del Norte, Irán o Libia han llevado o están llevando a cabo programas nucleares de difícil justificación y con poco o nulo control. Aunque el tema libio parece haberse resuelto satisfactoriamente 8, Corea del Norte e Irán están planteando serios quebraderos de cabeza, a pesar de que cada uno de ellos tiene sus peculiaridades 9, lo que ha llevado a que algunos se pregunten «¿Sera Irán el próximo Iraq?» 10.

II El programa nuclear iraní: planteamiento (...)
  1. En efecto, desde hace ya algunos años, la crisis nuclear iraní plantea serios problemas a la comunidad internacional sin que ésta haya encontrado por el momento los medios diplomáticos o políticos adecuados para solventarla. Hay que reconocer que la guerra de Iraq no parece haber agravado el problema, lo que no deja de ser una paradoja, a pesar de que Irán sí que figuraba entre los países que formaban el denominado «eje del mal»; y es que Irán también ha sacado provecho del derrocamiento del dictador iraquí al quedar liberada la población chií del país mesopotámico, que fue perseguida por Sadam Hussein tras la «Guerra del Golfo» (1990-1991). Es más, hay quien sostiene que Irán tuvo incluso una actitud «cooperativa con las fuerzas de la coalición que invadieron Iraq, al activar algunas organizaciones chiíes iraquíes para que apoyaran el proyecto bélico de la coalición» 11.

    Page 108

    Conviene recordar también que el problema nuclear iraní no es nuevo, por mucho que la actual crisis se inicie el 14 de agosto de 2002, al denunciar públicamente el grupo opositor iraní «Consejo Nacional de la Resistencia de Irán» (NCRI, siglas inglesas) que el Gobierno iraní estaba construyendo dos plantas secretas nucleares en Arak y Natanz, esta última cerca de Ispahán. La noticia lejos de ser desmentida por las autoridades iraníes fue plenamente ratificada por Irán que, en septiembre de 2002, notifica al OIEA que está construyendo «new facilities as part of its program to develop a nuclear fuel cycle» 12; nada, por lo demás, que no se conociera ya probablemente, pues según el Director General del OIEA, Mohamed El Baradei, el programa nuclear iraní ha estado desarrollándose de forma clandestina durante casi veinte años 13. En estas circunstancias no es extraño que el Instituto para la Ciencia y para la Seguridad Internacional de Washington declarara, en un informe de 12 de diciembre de 2002, que las imágenes captadas por satélite confirmaban sus informaciones según las cuales Irán estaba construyendo efectivamente una planta de uranio enriquecido en Natanz y una planta de agua pesada en Arak, noticias que a su vez confirmó el portavoz del Departamento de Estado, Richard Boucher; y que tuvieron como consecuencia que la visita programada del Director del Organismo se aplazara por segunda vez hasta el mes de febrero de 2003. Pero antes de su visita, que tendría lugar el 21-22 de febrero de 2003, el Presidente iraní, M. Khatami, anunció el 9 del mismo mes que Irán había comenzado a explotar cerca de la ciudad de Yazd minas de uranio y que estaba desarrollando:

    the facilities necessary for a complete nuclear fuel cycle, including a uranium conversion facility, a uranium-enrichment facility, a fuel fabrication plant, and a facility to produce uranium oxide

    14.

  2. Lo primero que conviene apuntar es que la visita que llevó a cabo M. El Baradei los días 21 y 22 de febrero de 2003 a la planta que facilitaba el uranio enriquecido en Natanz dejó sumido al visitante en un estado de shock totalmente inesperado: El estado del programa se encontraba muy avanzado, ya que se utilizaba en ese momento gas centrifugado para enriquecer el uranio.

    Esta constatación haría saltar las alarmas de algunos países, de forma que el por aquel entonces Secretario de Estado, Colin Powell, tuvo que reconocer el 9 de marzo que Irán tenía un programa de armas nucleares mucho más sólido de lo que hasta ese momento se conocía. Una liebre que salta, inopinadamente para algunos, de un matorral sobre el que los servicios secretos israelíes venían filtrando dosificada y discretamente información que pocos al parecer estudiaron; ¿el interés israelí...?: ¿Habrá todavía quien ignore cuál habría de ser el primer blanco de un eventual uso por Irán de esas armas nucleares? 15.

    Page 109

III Nudo (...)
  1. Así las cosas, tanto el OIEA como los Estados Unidos y los países europeos más importantes empezaron a desconfiar de las buenas intenciones que las autoridades iraníes proclamaban. Y es que el caso de Corea del Norte está presente en la mente de todos, por mucho que otros Estados, como Rusia, señalen insistentemente que el programa nuclear iraní tiene sólo objetivos pacíficos; el 18 de febrero de 2005, durante una visita a Moscú del Secretario del Consejo Supremo Iraní de Seguridad Nacional, Asan Rouhani, el Presidente Putin respondía a su huésped en los siguientes términos:

    You know our position on the nuclear problem. We are firmly convinced that proliferation of nuclear weapons will not help security, and will not strengthen security either in the region or in the world in general. The recent actions by Iran have convinced us that Iran truly does not intend to manufacture nuclear weapons, and this means that we will continue cooperation in all spheres, including in the sphere of nuclear energy

    16.

    ¿Puede sin embargo Rusia ofrecer garantías del uso pacífico y no militar del programa nuclear iraní? Si la respuesta fuese negativa, como parecen creer tanto Estados Unidos como los países europeos, sin olvidar por supuesto el principal interesado, Israel, sus recelos no podrían calificarse, creemos, de infundados.

  2. Y es que las declaraciones que Irán ha venido llevando a cabo en...

To continue reading

Request your trial

VLEX uses login cookies to provide you with a better browsing experience. If you click on 'Accept' or continue browsing this site we consider that you accept our cookie policy. ACCEPT