La politica exterior de los gobiernos Kirchner (2003-2009).

Authorde la Balze, Felipe
PositionOpini

La Argentina realizó un firme vuelco en su política exterior durante las primeras presidencias del ciclo democrático que se inició en 1983 (Alfonsín, Menem, de la Rúa). Se aproximó a Brasil, Chile y Estados Unidos, países que en el pasado había considerado como competidores y, en circunstancias puntuales, como potenciales adversarios. Además restableció la relación con Europa, dañada por las consecuencias de la guerra de las Malvinas y atrajo un enorme flujo de inversiones directas del Viejo Continente.

Los principales pilares de dicha política fueron la creación del Mercosur y el fin de la competencia militar (inclusive nuclear) con Brasil; la solución de los centenarios desacuerdos limítrofes con Chile y avances sustantivos en la integración bilateral; el logro de una relación cooperativa y amistosa con los Estados Unidos; la profundización de la relación económica y política con las principales naciones europeas y una mayor inserción en el comercio mundial (1).

El severo deterioro en los términos de intercambio de nuestro comercio exterior (a partir de 1997), la sorpresiva maxi devaluación del Real brasilero en 1999 y un creciente endeudamiento del sector público debilitaron la posición externa del país y socavaron los fundamentos del régimen de la convertibilidad (1 peso = 1 dólar), creado en 1991.

El atraso en el tipo de cambio, que se hizo notorio a partir de 1998, encareció los salarios en dólares, redujo la competitividad de las empresas locales, incrementó la tasa de desempleo y redujo la rentabilidad de numerosas pequeñas y medianas empresas, empleadoras de mano de obra.

La dirigencia argentina no pudo, o no supo, salir a tiempo y ordenadamente de la convertibilidad. La profunda depresión (el PBI per cápita cayó un 24% entre 1999 y 2003) y el virtual quiebre del sector bancario generaron una crisis sin precedentes en la historia del país.

La moratoria (el >) sobre la deuda externa (diciembre año 2001) y la conversión de todos los contratos en dólares a pesos (la pesificación) produjeron fuertes pérdidas entre los inversores extranjeros que habían participado de la bonanza de los años anteriores.

Los argentinos también sufrieron masivas pérdidas. Casi el 60% de la deuda externa pública corresponden a instituciones e inversores argentinos y aproximadamente el 80% de los depósitos bancarios en dólares (pesificados) estaban en manos de pequeños y medianos ahorristas locales (2).

Mientras que los bonistas extranjeros tardaron algún tiempo en organizar sus reclamos, las empresas extranjeras inversoras en los servicios públicos y en el sector energético ejercieron rápidamente presiones (inclusive a través de sus gobiernos) para proteger sus derechos. La mayoría de ellas terminaron presentando demandas de resarcimiento ante el Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a las Inversiones (CIADI), organismo multilateral de arbitraje en la esfera del Banco Mundial, en el marco de los derechos que les otorgaban los acuerdos bilaterales de inversión que la Argentina había firmado con numerosos países desde fines de la década de 1980.

La moratoria incluyó fundamentalmente a los tenedores de bonos y a las Agencias de Crédito a la Exportación. La deuda con los organismos multilaterales (FMI, Banco Mundial y BID) fueron pagadas en tiempo y forma. El crédito comercial de corto plazo, que sufrió retrasos durante el año 2002, se regularizó a fines del 2003.

La moratoria, el rompimiento de los contratos que fijaban en dólares las tarifas de los servicios públicos y los controles sobre los precios de la energía (instrumentados a través de retenciones a la exportación) forjaron una larga lista de conflictos irresueltos con inversores extranjeros, que fueron heredados por la administración de Néstor Kirchner.

LA POLÍTICA EXTERIOR (2003-2009)

El 25 de mayo de 2003 Néstor Kirchner asumió como presidente. Con una baja legitimidad de origen (cosechó solo el 22% de los votos) y un país gravemente dañado por la crisis, Kirchner apuntó a ganar una alta legitimidad de ejercicio, mostrando un gobierno resuelto a reconstruir al país, en sus frentes interno y externo.

Las consecuencias de la crisis de la política exterior del nuevo gobierno limitaron severamente los márgenes de maniobra. La gravedad de las circunstancias que vivió el país y la dificultad para encontrar explicaciones satisfactorias ante la población incentivaron la búsqueda de culpables.

El natural rencor que generaron en amplios segmentos de la población el desempleo, el congelamiento de los depósitos y las quiebras fue canalizado por el gobierno hacia un núcleo de chivos expiatorios: los >, el FMI, los banqueros > y las empresas extranjeras de servicios públicos.

Esta técnica de manipulación de la opinión pública tiene un neto sesgo autoritario y antidemocrático pues, al descalificar la legitimidad del oponente, imposibilita el debate con los que piensan diferente e inhibe el análisis objetivo y publico de lo ocurrido (3).

La política exterior de los Kirchner también estuvo condicionada por sus orígenes políticos, en particular su afiliación ideológica a un peronismo de izquierda con rémoras aislacionistas e intervencionistas. La fragilidad política interna y la grave situación social (con recurrentes conflictos callejeros) han llevado en varias ocasiones a utilizar la política externa como variable de ajuste en un denodado esfuerzo por acumular capital político interno.

Su estilo ha estado marcado por su experiencia y trayectoria política previa en Santa Cruz, una provincia petrolera despoblada y remota, donde el ejercicio de poder depende fundamentalmente de una relación > con el poder central de Buenos Aires y con un puñado de empresas petroleras. Estas circunstancias marcaron un estilo negociador duro y poco afecto a la cortesía, que los Kirchner transmitieron a su política exterior (para sorpresa de las Cancillerías de otros países).

La primacía de la política interna sobre la externa dejó secuelas negativas en la posición internacional de nuestro país. A veces, por acción, como en el caso de la retórica anti-imperialista con los Estados Unidos: seguramente la diplomacia norteamericana no ha olvidado el escándalo internacional que ocurrió en la reunión de Mar del Plata (noviembre de 2005), cuando el presidente Néstor Kirchner trató duramente al presidente Bush delante de una treintena de presidentes en la reunión hemisferica en que se discutió el futuro del ALCA; otras veces, por inacción, cuando para congraciarse con actores políticos provinciales, el gobierno permitió que vecinos encrespados por potenciales riesgos ambientales bloquearan indefinidamente el principal puente internacional entre la Argentina y el Uruguay.

Finalmente, en otros casos, por temor, por ejemplo, cuando los suministros de gas natural boliviano comenzaron a escasear y el frío redujo los excedentes de gas local disponible. Un gobierno, aprensivo de las consecuencias políticas que tendrían los cortes domiciliarios, anunció intempestivamente recortes a las exportaciones de gas a Chile y suscitó un problema internacional que produjo conmoción en la opinión pública del país vecino.

La política exterior de los gobiernos Kirchner es difícil de encasillar. La variedad y complejidad de los temas que entraron y salieron de la agenda, la primacía de la Casa Rosada sobre la diplomacia profesional en la toma de decisiones y un estilo de conducción marcado por la experiencia política previa en la provincia de Santa Cruz dificultan la observación.

A continuación, presentamos un análisis de los principales temas de la politica internacional durante los años 2003-2009. Hemos concentrado nuestros comentarios en solo nueve temas: siete bilaterales, incluyendo los Estados Unidos, Europa, Brasil, Venezuela, Chile, Bolivia y Uruguay y dos sectoriales: las políticas de comercio internacional y las relaciones con los organismos financieros internacionales.

Las relaciones con otros países importantes para nuestro país, como México, Paraguay, Perú, Sudáfrica y Rusia así como otros temas, estrechamente relacionados entre sí, como la política de defensa, el conflicto de las Malvinas, las políticas respecto al Atlántico Sur y a la Antártica, no han sido incorporadas a este análisis, pero tampoco afectan las conclusiones generales de este trabajo.

A pesar de la retórica gubernamental, en muchos temas (quizás más por inercia que por diseño) los lineamientos esenciales de la política exterior del período anterior (1983-2001) se mantuvieron indemnes.

No fue así, desafortunadamente, en el manejo de las formas. Y es sabido que en el mundo de las relaciones internacionales las formas son generalmente tan importantes como el fondo.

Dejar al presidente de otro país esperando en un aeropuerto por horas, aceptar una invitación a comer de una casa real europea y no aparecer en el convite, maltratar en público a un dignatario extranjero, bloquear el tráfico aéreo con una nación amiga sin realizar previamente una consulta, invitar a un presidente africano al país y luego dejar de recibirlo (por sus antecedentes en materia de derechos humanos), fueron motivo de escándalo, generaron desconfianza y menoscabaron el prestigio internacional del país.

Infelizmente, en demasiadas ocasiones las urgencias políticas internas impusieron su primacía sobre cualquier otra consideración de largo plazo. En dichas circunstancias, la política exterior adquirió un sesgo aislacionista e introspectivo e incurrió en costos que el gobierno actual, o el que le suceda, a fines del 2011, deberá amortizar.

Además, a la política exterior de los Kirchner le costó interpretar y valorar las nuevas tendencias económicas y políticas internacionales y no supo aprovechar las oportunidades que ofrecía el escenario para mejorar el posicionamiento de nuestro país en el mundo. Otros países, principalmente asiáticos, pero también de nuestra región, como Brasil, Chile y Uruguay, se posicionaron mejor.

  1. LOS ESTADOS UNIDOS

La relación...

To continue reading

Request your trial

VLEX uses login cookies to provide you with a better browsing experience. If you click on 'Accept' or continue browsing this site we consider that you accept our cookie policy. ACCEPT