Códigos de buen gobierno

AuthorEutimio Mejía Soto; Carlos Alberto Montes Salazar; Omar De Jesús Montilla Galvis
ProfessionProfesor Universidad del Quindío; Profesor Universidad del Quindío; Profesor Titular Universidad del Valle
Pages241-255

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Los Principios de Gobierno Corporativo de la OCDE hacen parte de la Nueva arquitectura financiera internacional NAFI, que busca mediante un conjunto de prácticas informativas estandarizadas, garantizar a los actores del mercado que los procedimientos utilizados en la dinámica propia de la actividad económica, protegen los intereses de los diversos grupos de interés que en él confluyen. Es principalmente un instrumento desarrollado para la estructura del capitalismo financiero (separación propiedad-control) donde se requiere una comunicación de alta calidad entre los propietarios y terceros interesados en la información, principalmente los proveedores de capital de riesgo.

La estructura económica de Estados Unidos y de la Unión Europea han asumido que las prácticas de buen gobierno constituyen un valor agregado para su desarrollo mercantil, además de constituirse en un fundamento de la estabilidad del mercado al garantizar la transparencia de la información, generando confianza en los diversos grupos de interés, lo que permite el funcionamiento equilibrado de la economía de intercambio, que requiere como premisa fundamental que sus transactores participen en la economía con la confianza en el respeto de unas reglas mínimas de libre competencia.

Los escándalos desatados en Estados Unidos, pero también en Europa, diagnostican una preocupante situación en prospectiva para el funcionamiento expansivo del mercado, una vez que la desconfianza se generaliza, llevando consigo un desestímulo a la inversión y a la libre negociación. En respuesta a esta amenaza contra los rendimientos y beneficios del capitalismo, los gobiernos han reaccionado mediante la implementación de mecanismos que garanticen una mayor información y de más alta calidad.

Estados Unidos en respuesta a los escándalos financieros emitió la ley Sarbanes-Oxley (promulgada en los EEUU en junio del 2002), que limitaría las facultades discrecionales en las políticas de presentación de información; de igual forma en Europa se ha presentado una reacción favorable hacia la implementación de buenas prácticas empresariales como lo muestra lo expresado por la presidencia del Consejo Europeo de Barcelona en el año 2002:

"El buen gobierno de las empresas es fundamental para la eficiencia de la economía. Sus repercusiones sobre la gestión empresarial, la confianza, la inversión y los flujos de capital son bien conocidas. El Consejo alienta a los Estados miembros a que tomen medidas para garantizar la transparencia de la gestión y la contabilidad y a que protejan a los accionistas y a otros interesados".108

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El capitalismo para la maximización de su beneficio requiere de mayores instrumentos de confianza y transparencia, la ética para el capitalismo es un factor necesario e incuestionable. En la política de inversión participan diversos actores tales como inversionistas expertos, pensionados, empleados y el público en general, el nivel de participación en el mercado de inversiones y el monto de las mismas depende de la confianza109 que éstos depositen en la estabilidad jurídica y moral de las instituciones, lo que indica que a mayor confianza mayor nivel de inversión y rendimientos para una economía.

El buen gobierno de las empresas busca un respeto por los intereses diversos que confluyen en la entidad, incluyendo los intereses de tipo social y ambiental que constituyen de igual forma un factor de competitividad empresarial, una vez que representa un factor de aceptación social, en una sociedad día a día más conciente de la importancia de un desarrollo sustentable (sostenible).

Es de anotar que la dinámica de la transparencia informativa es pensada en principio para las empresas de significativa importancia, que en el lenguaje internacional se han venido a denominar entidades de "interés público", entendiendo el concepto en referencia a las empresas que participan en los mercados públicos de valores y que en tal sentido los tenedores de intereses exigen altos niveles de rigurosidad en las políticas de administración. Entendiendo que en el capitalismo financiero, los propietarios que pasan a ser tenedores de intereses delegan los derechos sobre la propiedad en los administradores de la misma; al perder el control sobre la propiedad los inversionistas asumen un alto riesgo que necesitan mitigar mediante una información que cumpla características de confiabilidad, comparabilidad, comprensibilidad y relevante.110

La confianza es esencial a la economía de mercado, de manera tal que es una responsabilidad y propósito de las autoridades políticas y económicas velar no sólo por conservarla, sino por acrecentarla. Para lograr tal cometido la información económico-financiera que ofrecen las empresas debe ser cada día de mayor calidad y pertinencia, enmarcada dentro del "paradigma de utilidad", es decir una información útil para la toma de decisiones por parte de los usuarios de la misma.

En el tema del buen gobierno confluyen dos factores no antagónicos pero si distintos: de un lado es una extensión de la concepción ética en un marco menos abstracto y tangible en la concreción de pautas específicas de prescripción; de otro lado es un instrumento de control y garantía para los diferentes grupos de interés, quienesPage 243 encuentran en los códigos una herramienta de salvaguarda, frente al poder concentrado en el manager. De lo anterior se deduce que el buen gobierno es un esquema que ha surgido fruto de la separación de la propiedad y el control, principalmente como se representa en la sociedad anónima y otras formas similares de prácticas corporativas.

Tua (1983: p. 657) define como característica fundamental del capitalismo financiero la separación entre propiedad y control, situación dada a partir de la delegación de los derechos de asignación de recursos en la estructura productiva por parte de los inversores a los agentes (manager-estamento gerencial). Tal transferencia de poder requiere unas condiciones de garantía que permitan que los inversores tengan la confianza en los administradores, los cuales deben tener unos medios de control para que su actuación de protección de los recursos de otros encomendados para su correcta utilización, cumplan con el objetivo de los principales (inversor-propietario).

De tal forma el gobierno corporativo desarrolla una estrategia de administración a partir de la cual las entidades funcionan y se relacionan con los diferentes grupos de interés que confluyen en la entidad. El gobierno corporativo sin colisionar con la Teoría de la agencia y de la firma, contribuye a la determinación de marcos de remuneración de los directivos de una entidad, entendiendo la necesidad de mitigar el riesgo que tiene la inversión al ser ejecutada por individuos distintos a sus propietarios.

Los procesos programados y planeados de atomización o democratización del capital (propiedad accionaria) a llevado a que en un escenario de inversión dispersa no sólo se pierda el control de la entidad por parte de los inversionistas-propietarios, sino que además estos pierden todo interés en ejercerlo, limitándose a ser unos tenedores de intereses en la entidad, que esperan a que al final del ejercicio la misma decrete unos dividendos satisfactorios y que el valor de la participación en la entidad mantenga e incremente su valor (mantenimiento del capital: el que puede ser financiero y operativo).

En un principio el gobierno corporativo tenía como máximo y aún como prioritario objetivo, la protección de los intereses de los inversores (modelo adscrito al paradigma de beneficio verdadero - patrimonialista), con la evolución del concepto de entidad (evolución de las Teorías de la Entidad a las Teorías del Propietario - (Tua, 1983: p. 691), (Montesinos, 1978) y (Hendriksen, 1974: p. 574), la responsabilidad de informar por parte de la administración se diversificó a un número mayor de usuarios de la misma, que van desde los inversores, hasta el público en general, que exige o puede llegar a hacerlo, el cumplimiento de fines sociales por parte del ente-empresa.

El buen gobierno presupone que en la relación entidad-grupos de interés se presenta una asimetría de la información, definida como la diferencia en la cantidad y calidad de información económico-financiera a la que pueden tener acceso los grupos de interés internos y los externos de la entidad; de tal forma que los inversores ubicados externamente tendrían una desventaja, frente a la discrecionalidad del manager (estamento gerencial) para ofrecer información.

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El gobierno corporativo se puede entender como una herramienta que permite construir valor agregado a la entidad, generando confianza y buen nombre institucional y social, lo que redundaría en mayores niveles de bursatilidad, interés en financiación por parte de los inversores actuales y potenciales y con ello garantizar la estabilidad, crecimiento y rentabilidad corporativa.

a) Principios emitidos por la OCDE
Orígenes

La Organization for Economic Cooperation and Development OCDE111, tiene sus inicios en la Organización para la Cooperación Económica Europea que tuvo el objetivo de administrar el Plan Marshall para la reconstrucción de Europa. Luego del cumplimiento de los propósitos del plan en 1960, los miembros de tal organismos acordaron invitar a Estados Unidos y Canadá para la conformación de una organización que impulsara en desarrollo de los países de occidente de forma conjunta, tal...

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