Una mirada critica al sector empresarial coreano, con especial referencia a Argentina.

AuthorAlvarez, M. Pilar

A critical view of the Korean business sector, with special reference to Argentina

INTRODUCCIÓN

Las relaciones bilaterales entre Corea del Sur (1) y Argentina se remontan al decenio de los años sesenta. Signadas por la distancia geográfica, la ignorancia mutua y la falta de estrategia por parte del gobierno argentino, ellas adquirieron un ritmo irregular y asimétrico. En este sentido, la disyuntiva en que se inscribe la cooperación entre ambos países plantea una serie de interrogantes relacionados con los factores que han producido, por un lado, el reciente éxito empresarial de algunas multinacionales coreanas que operan en el país y, por otro, el crítico rol de las pequeñas y medianas empresas coreanas que intentan insertarse en el mercado local.

Un factor decisivo en este escenario ha sido el rol de la comunidad coreana en el país. La presencia de más de 40 mil coreanos en Argentina antes de la crisis del 2001 permitió desarrollar un lazo cultural mucho más sólido que en otros países de América Latina. Si bien en la actualidad el número de residentes ha descendido a unos 25 mil, el otro ha dejado de ser un mero desconocido para convertirse en parte integral de la cultura local. A este fenómeno se suma la llegada reciente del Hallyu (2) que a través de la música, el cine y las telenovelas ha logrado una expansión de lo > en diversos sectores sociales de la población local.

Sin embargo, a pesar de que la distancia geográfica se diluye en un proceso acelerado de acercamiento sociocultural, las relaciones comerciales parecieran no acompañar el ritmo de dicha integración. ¿Cuáles son las principales dificultades que encuentran los inversores coreanos? ¿Cuáles son los agentes económicos más afectados: medianas empresas (importadoras, exportadoras), multinacionales? ¿Las limitaciones para la inversión coreana en el país radican en discrepancias socioculturales, en ambivalencias de la política comercial local o en una combinación de ambas? Con el fin de poder responder a estos interrogantes, el presente artículo analizará en forma comparada el rol de las medianas empresas en el país con las nuevas estrategias de las multinacionales LG y Samsung.

Primero se reseñará brevemente la historia de las relaciones CoreaArgentina y a continuación se analizarán críticamente los avances, límites y desafíos de las firmas coreanas en el país. Debido a la falta de trabajos previos sobre esta temática decidimos crear un corpus conformado por datos estadísticos sobre los flujos comerciales y las principales importadoras y exportadoras coreanas en el país suministrados por la Korean International Trade Association (KITA), entrevistas a miembros de la Korea Trade-Investment Promotion Agency (KOTRA), empresarios coreanos en Argentina y expertos en integración regional Corea-América Latina. A partir del estudio de la información obtenida nos atrevemos a afirmar que quienes encuentran mayores dificultades son las empresas medianas debido a que la política comercial local no ofrece garantías reales a sus posibles inversiones. Sin embargo, para las multinacionales las ambivalencias políticas y económicas no parece ser un condicionamiento importante, en los últimos años -en el marco política nacional orientada al consumo- han logrado una inserción cada vez más exitosa.

  1. LA INTERNACIONALIZACIÓN EMPRESARIAL: UNA MIRADA CRÍTICA

    En el marco de la globalización, la internacionalización de las empresas ha sido clave no solo para su expansión y crecimiento sino también para la consolidación de las economías locales en el mundo.

    Si bien el actual escenario internacional provee a las empresas mayor acceso a mercados extranjeros y diferentes recursos, la internacionalización extranjera -definida como el proceso por el cual las firmas se mueven hacia fuera del país de origen (Barkema y Bell, 1996)--tiene varios riesgos y desafíos. Cada vez que una compañía decide penetrar en un nuevo mercado, debe afrontar ciertos niveles de incertidumbre y riesgo propios de aventurarse a cruzar la frontera nacional.

    La literatura sobre el tema plantea que existen varios factores que es importante tener en cuenta cuando una empresa decide internacionalizarse (Root, 1998). Estos factores pueden ser tanto externos como internos. Entre los más destacados encontramos: el mercado y la demanda potencial, la cultura nacional extranjera, la producción, la posibilidad de crecimiento y de generación de economías de escala, la distancia geográfica y el ambiente. Asimismo, existen otras variables relacionadas con la categoría de factores ambientales y con los elementos económicos, socioculturales, políticos e institucionales, que son relevantes al momento de elegir el país de destino en el proceso de internacionalización. Entre estos cabe destacar el sistema político, el sistema de partidos políticos, el grado de institucionalización de la democracia (que incluye el respeto por los derechos fundamentales y los derechos laborales), las instituciones y reglas de juego, el respeto por la propiedad privada y la estabilidad política e institucional del país de destino.

    De los aspectos mencionados, al momento de invertir en el extranjero suelen tener un peso decisivo las políticas comerciales, así como las regulaciones y normas que afectan los negocios internacionales. Mientras que las compañías buscan marcos políticoeconómicos adecuados para conciliar sus intereses productivos, como bien sostiene Alicia Bárcena de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), los Estados buscan inversión extranjera que contribuya >. (3) En este sentido, la Argentina presenta tensiones negativas (desde la perspectiva de la empresa usualmente centrada en la rentabilidad) y positivas (desde la mirada oficial de reforzar la industrialización local). Como el presente trabajo se centra en las dificultades y logros de las empresas coreanas en el país, este segundo aspecto no será analizado desde el punto de vista de su impacto en la economía argentina sino desde el de la inversión coreana.

    De acuerdo con las cifras preliminares de la Unctad para 2011, ese año la región de América Latina y el Caribe recibió inversiones por un monto total de 216.400 millones de dólares, es decir, 34,6% más que durante 2010, lo que la posicionó como la región de mayor crecimiento, seguida por Europa del Este. En cambio, ese año las economías desarrolladas en su conjunto recibieron 18,5% más IED que en 2010. Entre 2010 y 2011 las principales economías latinoamericanas registraron un incremento de los flujos de IED, salvo la Argentina y México, donde esta tuvo una caída de 8,8%. Adicionalmente, según los datos de la Unctad, en 2011 la IED que ingresó en la Argentina sumó 6300 millones de dólares, mientras que las corrientes de inversión recibidas por economías más pequeñas, como Colombia o Chile, fueron de 14.400 y 17.600 millones, respectivamente. (4)

    De acuerdo con lo que plantea la teoría sobre la internacionalización previamente aludida, el marco institucional político-económico argentino presenta diversas complejidades que contradicen y limitan la inversión extranjera. Siguiendo esta línea de estudio, la Teoría del Costo Transaccional, paradigma dominante para explicar la decisión del modo de entrada a mercados extranjeros (Lin, 2000), una empresa selecciona el modo de ingresar a un país extranjero considerando la forma más eficiente de gobernanza. Parmigiani (2007) sostiene que los factores ambientales son los que representan mayores desafíos para una empresa que intenta internacionalizarse dado que están directamente relacionados con los altos niveles de incertidumbre producidos por un potencial cambio en el ambiente.

    Frente a este escenario, ¿cuáles son los principales obstáculos que deben sortear las empresas coreanas? ¿Cómo han impactado los recientes cambios en la estrategia comercial argentina? Antes de responder a estos interrogantes (en la sección 3), consideramos fundamental historiar brevemente las relaciones Corea-Argentina que le han dado forma a las actuales dinámicas comerciales entre ambos países.

  2. LAS RELACIONES BILATERALES COREA DEL SUR-ARGENTINA

    Los años sesenta marcan el comienzo de las relaciones oficiales entre Corea y Argentina. En febrero de 1962, culminadas las conversaciones entre representantes de ambos países en Buenos Aires, Washington y Tokio, el Embajador Extraordinario y Plenipotenciario de Argentina en Japón, Alejandro Orfila, y el representante del gobierno coreano, Embajador Pai Ei Whan, fueron los encargados de establecer relaciones diplomáticas. El primer embajador coreano en la Argentina fue Chung Il Kwon, Embajador en los Estados Unidos y concurrente en nuestro país; la embajada se abrió en diciembre de 1963 con Bae Ui Hwan como primer embajador en Buenos Aires, quien finalizó su mandato en 1967. Por su parte, la Argentina abrió su embajada en Seúl en marzo de 1966 a cargo del Encargado de Negocios y Ministro Plenipotenciario Alejandro Galarce, apertura enmarcada en el fortalecimiento de los lazos entre ambos países dentro de las llamadas > (5). Sin embargo, dos años más tarde la Embajada se cerró, quedando desde el 6 de octubre de 1969 el Embajador Argentino en Japón como concurrente en Corea.

    A pesar de ciertas irregularidades iniciales (6), en los años setenta cuestiones ideológicas -afinidad anticomunista entre Park Chung Hee y Videla--, culturales (7), sociales -migración (8)- y comerciales dinamizaron la incipiente relación existente entre ambos países.

    Durante la llamada > en América Latina, las relaciones comerciales entre Corea y Argentina no experimentó grandes avances (véase el Apéndice 4). Sin embargo, por aquellos años...

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