Conferencia del sr. Ministro de asuntos exteriores en la escuela diplomática (Miércoles, 13 junio 2001)

AuthorJ. Piqué
Pages638-652

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España en el mundo: la modernización del servicio exterior

SALUTACIÓN

Es para mi motivo de satisfacción el encontrarme en esta Escuela Diplomática, vivero de diplomáticos españoles que se han nutrido aquí de una tradición fecunda de servicio a España en el exterior. Saludo al Director de la Escuela, Embajador Velo de Antelo, y también a los alumnos de la misma y a los nuevos diplomáticos españoles a quienes, desde este momento, quiero animar a dar lo mejor de sí mismos en la hermosa tarea -en la que estamos todos en el Ministerio de Asuntos Exteriores- de situar a España en el lugar que le corresponde en el mundo.

Me voy a referir en esta ocasión precisamente al lugar y al papel que a España le corresponde jugar en el escenario internacional y haré algunas reflexiones, en este contexto, sobre la oportunidad -casi necesidad- de una modernización de la acción exterior del Estado y del Servicio Exterior para poder atender mejor a los nuevos desafíos. Así pues, comenzaré por aludir a los cambios acaecidos en el mundo en las últimas dos décadas y al papel del Servicio Exterior en un mundo en cambio y me referiré después a las particularidades del caso español. Concluiré con unos comentarios sobre la modernización del Servicio Exterior, que es el título de esta conferencia.

I. Los cambios en el mundo y el servicio exterior

- Bajo este epígrafe podríamos hablar durante horas. Pero me interesa sobre todo avanzar hacia el núcleo de mi mensaje, y por eso me referiré en este momento Page 640 a los cambios que más me interesa señalar y su incidencia en los países de nuestro entorno.

a) Globalización y revisión de la agenda exterior

- El mundo ha evolucionado de una manera extraordinaria en las últimas dos décadas. No se trata del final de la historia, sino de la desaparición de un esquema vigente desde el final de la segunda guerra mundial y de la transición hacia su sustitución por uno nuevo, todavía en formación. En fin de la bipolaridad en todo caso, ha obligado a los países a desarrollar nuevas agendas en política exterior y ha abierto condiciones más propicias para la gradual configuración de nuevas agrupaciones regionales y para la interacción entre ellas.

- Hoy los países deben trabajar por la seguridad y la estabilidad y esforzarse para mejorar la capacidad de las Organizaciones internacionales para hacer frente a las crisis, para prevenirlas y para mantener la paz y, en su caso, imponerla. Al mismo tiempo, deben trabajar conjuntamente para mejorar la calidad de vida de sus ciudadanos y para enfrentarse con los desafíos que nos son comunes del crimen organizado, las drogas, el terrorismo, el deterioro del medio ambiente y la inmigración ilegal... Por lo demás, la cambiante naturaleza de los riesgos y amenazas impone la adecuación a las nuevas circunstancias de estructuras internacionales de seguridad y cooperación, que para los países de nuestro entorno significan la reestructuración del Consejo de Seguridad de la ONU, la transformación y ampliación de la OTAN y de la Unión Europea, un mayor protagonismo de Europa en el mundo, la preservación del vínculo transatlántico, etc.

- En el plano económico, la creciente globalización de numerosos ámbitos de actividad y la coordinación y colaboración cada vez mayores entre las principales economías de mercado, coexisten con alarmantes índices de desigualdad y pobreza en el mundo. Si bien en el curso de la segunda mitad del siglo XX la renta mundial se ha multiplicado por 7 y la renta media por habitante por 3, en más de 70 países la renta per cápita es inferior a la de hace 20 años. La sociedad de la información y la difusión del conocimiento en tiempo real abren posibilidades incontables, pero agudizan al mismo tiempo la marginación de quienes no son capaces de adaptarse a los cambios.

En resumen, la superación de la bipolaridad ha supuesto el crecimiento del multilateralismo, la intensificación de la competencia económica y comercial, nuevos desafíos inherentes a la globalidad y la internacionalización de los problemas, lo que unido al progreso de las comunicaciones y a la rapidez de las transmisiones ha obligado a los Estados no sólo a revisar y ampliar su agenda exterior, sino también a reformar los medios de que disponen para poder atender a esa nueva agenda.

- Porque es un hecho que los medios e instituciones de los países desarrollados que han funcionado tan admirablemente a lo largo del siglo XX como instrumento del Estado en el exterior, ya no están equipados ni diseñados para hacer frente a los desafíos del siglo XXI. Han quedado en parte obsoletos y deben ser objeto de una rápida Page 641 modernización para adaptarlos a las nuevas circunstancias. Se ha producido un distanciamiento evidente entre los objetivos, metas y necesidades de los Estados y los medios y herramientas de que disponían para llevarlos a cabo.

- Este distanciamiento, esta inadecuación entre medios y fines ha sido percibida por todos los países en mayor o menor grado según la importancia de su proyección exterior. En los países con mayor proyección, los cambios en el escenario mundial han dado lugar a un importante e interesante debate sobre el Servicio Exterior del Estado. Me quiero referir ahora brevemente a ese debate en los Estados Unidos y algunos países de la Unión Europea.

b) El papel del Servicio Exterior en un mundo en cambio

Hacia un diagnóstico:

  1. Los Estados Unidos.-Durante la época Clinton, la Secretaria de Estado Sra. M. Albright promovió la elaboración de estudios e informes sobre la reforma del Servicio Exterior norteamericano, el más conocido de los cuales es el presentado en noviembre de 1999 por el denominado Overseas Presence Advisory Panel titulado La presencia de América en el exterior en el siglo XXI.

    El diagnóstico del Panel fue que la acción exterior de los Estados Unidos se encontraba próxima a un estado de crisis, con oficinas decrépitas e inseguras, con tecnología de la información obsoleta, prácticas anacrónicas de gestión de personal y reclutamiento, ineficiente empleo de recursos, etc. (...) Muy recientemente, el propio Secretario de Estado, Colin Powell, en su comparecencia ante el Congreso para presentar el presupuesto del Departamento de Estado para el año fiscal 2002 -en el que se propone un notable incremento de la asignación- ha pedido la introducción de serias y drásticas reformas en el dispositivo del Departamento de Estado y del Servicio Exterior.

  2. Francia.-También en Francia se ha producido un debate sobre la adaptación de la acción exterior de Francia a los nuevos desafíos y la modernización del Servicio Exterior, debate que todavía continua, como lo demuestran los recientes artículos de 25, 26 y 27 de abril pasado en Le Monde bajo el título ¿Para que sirve el Quai d' Orsay?

    Con todos los matices del caso, que en el rico universo intelectual francés son siempre numerosos e interesantes, el diagnóstico francés es en varios puntos similar al norteamericano: falta de adaptación del Ministerio de Exteriores y de los mecanismos de la diplomacia clásica a las realidades de las relaciones internacionales en el mundo de hoy, falta de aprovechamiento suficiente de la evolución tecnológica, dispersión y falta de coherencia en la acción exterior por la proliferación de centros de decisión política y administrativa, insuficiente debate interno, análisis y previsión mejorables, etc.

  3. Reino Unido.-La Gran Bretaña inició hace 20 años una paulatina y profunda modernización de su Servicio Exterior y de su Ministerio de Exteriores (Foreign and Commonwealth Office, FCO) para adaptarlo a las nuevas circunstancias del mundo, buscando una mayor interrelación con el sector privado, con el Parlamento y con la Page 642 sociedad civil en su conjunto, y, al mismo tiempo, una mejor cualificación y profesionalidad del personal del Servicio Exterior. Al FCO le importa sobremanera la optimización de los medios y de los recursos humanos disponibles. El Servicio Exterior goza de gran prestigio y en las Universidades británicas, la opción preferente al término de los estudios es la de ingresar en el Servicio Diplomático del país (se presentaron 5.500 candidatos en el 2000). El FCO ha conseguido unificar su sede en Londres, reestructurar el Ministerio, ha desarrollado la informatización y el uso de Internet, ha mejorado los sistemas de reclutamiento de personal y la formación continuada de los diplomáticos en el extranjero y se ha empeñado también en mejorar sustancialmente el entorno familiar y de seguridad del personal exterior y las condiciones de trabajo del personal. Como ha dicho el anterior Secretario del Foreign Office, Robin Cook, la política exterior consiste también en enfrentarse con los problemas de todos los días.

  4. Alemania.-También está procediendo a una reforma del Servicio Exterior, como anunció el Ministro Joschka Fischer en septiembre del pasado año. Esta reforma tiene por objeto el...

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