Las migraciones internacionales desde una perspectiva historica

AuthorLuis Palacios Bañuelos
ProfessionCatedrático de Historia Contemporánea. Universidad Rey Juan Carlos
Pages27-48

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Ver nota 1

Introducción

El inmigrante es hoy un protagonista destacado en la sociedad y, por ende, la inmigración es un tema importante del mundo actual. Sus consecuencias son muchas en las sociedades donde este fenómeno se da. Estas sociedades evidencian una mezcla de tipo cultural y de tipo étnico -hablamos de multiculturalismo2- y no son ajenas a problemas -xenofobia y racismo-. El fenómeno migratorio transforma las sociedades en duales y pluriculturales; es decir, estas sociedades son internamente duales, al dividirse entre nacionales e inmigrantes, y globalmente son sociedades étnica y culturalmente plurales.

La inmigración no es un tema nuevo, no es algo exclusivo de nuestro tiempo; bien al contrario tiene una larga historia. Hoy aparece con características diferenciadas y en otros tiempos y en otros contextos sus notas propias son, obviamente, otras. Este fenómeno va unido al crecimiento de la pobla-

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ción humana o, mejor, a los desequilibrios que producen los balances demo-gráficos. Por una parte tenemos a los países del mundo desarrollado donde las bajas tasas de población son de un 0,6 % anual y por otra al Tercer Mundo con un crecimiento acelerado de más del 2 % anual; allí encontramos una población que numéricamente decrece y es cada vez más vieja y aquí con otra que es dinámica y cada vez más joven. Si a esto unimos los desequilibrios profundos en la riqueza y los tremendos contrastes de los niveles de renta entre los países desarrollados y los subdesarrollados tendremos las coordenadas de los fenómenos migratorios. Aunque también podremos añadir otros factores que la favorecen: el atractivo del Way of life occidental, mostrado en todo el mundo a través de la televisión, las persecuciones políticas que provocan movimientos de refugiados, incluso las catástrofes naturales...

En resumen, las migraciones internacionales están marcadas, de mane-ra muy particular, por los factores laborales y culturales. Los inmigrantes lo son porque buscan trabajo para sobrevivir, aunque su impacto en las sociedades que las reciben es fuerte desde puntos de vista diversos: cultural, étnico, ideológico y económico. Este último factor, el económico, es importante y se hace sentir tanto en el país que recibe emigrantes, por su aportación al desarrollo económico y social del país, como en el país que envía emigrantes, que recibe las remesas de dinero que enriquecen al país de origen.

Hoy se habla ya del derecho humano a emigrar y parece necesario regular jurídicamente las migraciones desde una perspectiva internacional3.

Las emigraciones a lo largo de la historia

Podríamos afirmar que la historia de la humanidad es también la historia de la inmigración y que si el homo sapiens apareció en África se concluye que el resto de la población mundial es descendiente de emigrantes.

En efecto, puestos a buscar, encontramos emigración desde la prehistoria cuando el homo erectus, el homo sapiens, ... emigraban de un territorio a otro buscando solucionar sus problemas de abastecimiento, de hábitat, etc. El homo erectus emigró al sur de Europa hacia el año 700.000 aC y hacia el 80.000 aC existían poblamientos humanos de Francia a Crimea y de Gibraltar a Bélgica. Recordemos la emigración que hace unos 30.000 años pobló por primera vez de hombres el continente americano a través del Es-

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trecho de Bering o la de hititas, celtas, íberos...; o la de germanos, árabes, mongoles o turcos.

En el mundo clásico la idea de la partida también está presente. Desde el poema épico de la Odisea hasta la novela de aventuras bizantina, la migración es retratada como una travesía fuera de la patria en donde, tras diversas situaciones adversas, se construye un sujeto simbólico que atraviesa circunstancias culturales y geográficas nuevas. Pero esas circunstancias que construyen el sujeto no sólo son externas, sino también internas: en la tragedia de Sófocles Edipo rey, para evitar que se cumplieran las profecías del oráculo de Delfos, Edipo se convierte en un caminante pobre y se exilia, huyendo de sus propios tormentos4.

También Cartago, Grecia o Roma organizaron flujos migratorios para exportar el excedente de población. Teodosio, que impuso el cristianismo como religión del imperio en el 380, introdujo el control de los inmigrantes y alistó en el ejército a los hunos y a los godos. Curiosamente, sería un inmigrante, un general romano de origen godo llamado Alarico, el que dirigiría el saqueo de Roma en el 410. Conocemos cómo vivían los godos en el imperio romano de Oriente: "En casa de los inmigrantes admitidos la situación se deterioraba sobre todo a causa de las insuficiencias de las estructuras de acogida. Los campos de refugiados estaban superpoblados, las condiciones higiénicas eran desastrosas y las raciones distribuidas por el ejército sólo eran suficientes para no morir de hambre"5.

En las grandes religiones, la idea de migrar queda fijada en los libros sagrados. Así, en la cultura judeo-cristiana el exilio marca buena parte de los textos bíblicos. El salmista canta en el salmo 137 de la Biblia: "Junto a los ríos de Babilonia los que nos tenían cautivos nos sentábamos y llorábamos acordándonos de Sión... Allí los que nos tenían cautivos nos pedían canciones; los que nos habían llevado atados, alegría: cantadnos algunos de los cantos de Sión. ¿Cómo habíamos de cantar las canciones de Yahvé en tierra extranjera?". Del mismo modo, en el Corán se trata de la relación entre la migración y la experiencia divina, afirmándose: "Quien emigre por la causa de Dios encontrará en la tierra muchos refugios y abundancia. Y quien salga

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de su casa hacia Dios y su mensajero y le sea alcanzada la muerte, su rescate implicará a Dios". En el Budismo, este fenómeno se materializa en su espiritualidad y, puesto que la vida de un monje budista se caracteriza por la peregrinación, toda ella se convertirá en un exilio centrado en la búsqueda espiritual. Son muchos los proverbios orientales que se refieren al hecho de emigrar, como aquel que dice: "El secreto más profundo de los secretos: el país que no se queda en ninguna parte es la patria verdadera".

Entre las migraciones más importantes están las de españoles y portugueses que se realizaron con ocasión del descubrimiento y colonización de América. Las consecuencias están presentes en un continente fruto del mestizaje. Aquella emigración del siglo XV y XVI fue, si no masiva, si extraordinariamente importante, "voluntaria" para los colonizadores europeos y realizada de manera forzada para los africanos, originando el actual mestizaje de América. Es un hecho que el mapa étnico y cultural del mundo ha sido fruto de emigraciones, conquistas y transterraciones diversas6.

Emigrantes, refugiados .. tipos de emigración

Las migraciones se han convertido en un fenómeno común en el proceso de construcción identitaria. Pero, aunque formen parte de las circunstancias históricas de distintos pueblos, esto no quiere decir que se trate de una condición intrínseca a la naturaleza del hombre o que forme parte de la genética del individuo sino que está asociada a otras coyunturas socioculturales de la historia.

Hay tipos diversos de migraciones. Los expertos, como Dollot, hablan de migraciones temporales y definitivas. Se diferencian también las voluntarias y las forzadas y aquellas que son fruto de un lento proceso y las que, por el contrario, son repentinas, migraciones que se llevan a cabo en masa. También las hay organizadas o estimuladas por los Estados o, por el contrario, espontáneas.

Desde un punto de vista conceptual, la categoría de "migrante" no se define hasta el siglo XIX, mediante un decreto francés que se refería al inmigrante como "viajero de última clase que no come sus ingestas en la mesa de los oficiales y del capitán"7. Pero será en el siglo XX cuando la mayoría de

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los países empieza a configurar el ámbito normativo de los movimientos migratorios. Así, en 1925, en el Congreso Internacional del Trabajo de Roma, se define de modo más preciso al trabajador inmigrante como "toda la persona que deja su país en búsqueda de trabajo, con la intención de tener una función permanente"8.

Fue el capitalismo agrario del siglo XIX el responsable de la salida de grandes masas de campesinos que abandonaron las zonas rurales para vivir en las principales ciudades del continente europeo o en los países ubicados en el continente americano. Para Hobsbawn fueron las difíciles condiciones de vida en el campo las que provocaron no sólo un importante éxodo a la ciudad sino también grandes flujos migratorios a nivel internacional.

En su análisis histórico-coyuntural, Massey9observa que desde 1920 hasta el final de la década de los 60 las migraciones estuvieron sometidas a un amplio control. Algunos autores entienden que tanto la Primera Guerra Mun-dial, como los procesos de inmigración en Europa y América y la Revolución rusa, llevaron a la mayoría de los países afectados a establecer rigurosos controles, que se vieron reflejados en la aprobación de una serie de decretos restrictivos en este aspecto, hasta tal punto que, en algunos países autoritarios, las regulaciones eran incluso aplicadas sobre la salida de sus propios ciudadanos. A esto hay que añadir hechos como la crisis bursátil de 1929 que originó fuertes tensiones internacionales, acompañadas de cierres de fronteras.

Al derrumbarse los imperios coloniales, en el proceso que conocemos como descolonización, los conflictos religiosos, raciales y étnicos aumentaron lo que dio origen a importantes flujos migratorios de personas que huían de dichos conflictos. Por ello, tras la Segunda Guerra Mundial, los países...

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