Mejoras en la protección de las inversiones Bilaterales Hispano-Marroquíes con un nuevo APPRI

AuthorIsabel García Rodríguez
Pages1161-1166

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  1. En el mes de septiembre de 1989 España firma su primer Acuerdo Bilateral para la Promoción y Protección Recíproca de Inversiones (APPRI) con un país con el que las relaciones económicas no eran suficientemente sólidas, pero que, tras nuestra adhesión a las Comunidades Europeas en 1986, hacían prever un incremento de los intercambios comerciales. Ade-Page 1162más, las revueltas sociales que se produjeron en Marruecos en 1981 y 1984, repetidas en 1990, no aseguraban tranquilidad física y económica a los entonces pocos inversores españoles en dicho país, por lo que hubo que esperar a que en 1992 se aprobara por referéndum la Constitución marroquí, que sustituía a la de 1972, para que entrara en vigor, el 15 de enero de dicho año, el primer acuerdo bilateral para proteger las inversiones recíprocas.

  2. También encontramos en 1989 otra circunstancia que, aunque no influye directamente en la celebración del APPRI hispano-marroquí, es significativa del interés de Marruecos por incorporarse a los cambios que se producían en la economía mundial. Por entonces se procuraba la creación de un mercado común magrebí. La Unión del Magreb Árabe (UMA), que se gestaba entre Mauritania, Argelia, Túnez, Libia y Marruecos, se pone como objetivos desarrollar el comercio intramagrebí y potenciar la presencia de sus Estados miembros en el comercio exterior, de los que serían sus máximos beneficiarios -por no decir los únicos- Túnez y Marruecos. Y aunque en la actualidad la UMA sigue sin cumplir sus objetivos y convertirse en una realidad económica ha conseguido que Marruecos sea una plataforma inmejorable para los terceros Estados que quieren acceder al mercado de los demás países de la UMA.

  3. Por otro lado, la economía de Marruecos, limitada y dependiente de la climatología, ha mejorado gracias a la política de estabilización y reformas estructurales llevadas a cabo a partir de la década de los 80, auspiciadas tanto por el Fondo Monetario Internacional (FMI) como por el Banco Mundial (BM). Con estas actuaciones y la creación de la UMA, a finales de los 90, Marruecos consiguió aumentar su estabilidad económica y, por ello, el volumen de inversiones extranjeras en el país. También en esta década, en concreto en 1996, se firma el Acuerdo de Asociación entre la Comunidad Europea y sus Estados miembros con el Reino de Marruecos, que supuso un gran reto para la economía marroquí tras su entrada en vigor el 1 de marzo de 2000. Junto a esto, la entrada de Marruecos en la Organización Mundial del Comercio (OMC) condujo al país hacia la liberalización de los mercados, con una política arancelaria abierta al exterior y a la modernización de la economía del país. Y, en el orden interno, se establece un Programa de Modernización (Mise à Niveau-MN) en el que se busca la actualización de las empresas y se favorece la creación de grandes empresas y la fusión entre las pequeñas y medianas empresas. Además de iniciarse un cambio legislativo importante con modificación o elaboración de leyes en sectores tales como sociedades, contratos e inversiones. En este último sector, por ejemplo, se deroga la ley de «marroquinización» y se crea una Carta de Inversiones, al tiempo que se procuran importantes reformas fiscales para favorecer la inversión extranjera.

  4. En una perspectiva histórica las inversiones española en Marruecos no han variado significativamente durante mucho tiempo y han mantenido un honroso tercer puesto tras Francia y los Estados Unidos. En cambio, desde la entrada en vigor del Acuerdo de Asociación con la Unión Europea y el mayor conocimiento del comercio marroquí en el exterior, junto a la existencia de un APPRI, la situación mejora algo, y encontramos que la inversión española en el Reino alahuí subió del puesto 22 del ranking en el año 2002 al segundo lugar en 2003 (Sobre esta materia puede verse García Rodríguez, I. La protección de las inversiones exteriores, Ed. Tirant lo Blanc, Valencia, 2005, pp. 58 y ss. y anexos). Pero no podemos olvidar que, a esta situación, también ha contribuido la «condonación» de la deuda que en el marco del Club de París produjo la firma de un acuerdo entre España y Marruecos, por el que éste se comprometía a convertir la deuda en inversión por un importe de algo más de diez mil millones de pesetas de finales de los 90. Sin olvidarnos de que, desde 1993, la convertibilidad del dirham es efectiva para las operaciones corrientes.

  5. Pues...

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