Libros

DOIhttp://doi.org/10.1111/j.1564-913X.2000.tb00151.x
Date01 March 2000
Published date01 March 2000
Libros 99Revista Internacional del Trabajo, vol. 119 (200 0), núm. 1
LIBRO S
Reseñas críticas
Copyright © Or ganización Internacional del Trabajo 2000
Kaul, Inge; G runberg, Isabelle, y Ster n,
Marc (directores). Global public goods:
International cooperation in the
21st century. Nueva York, Oxford Uni-
versity Press, 1999. xxxviii + 546 págs.
Cuadros, gráficos, glosario, índice,
bibliografía. ISBN 0-19-513052-9.
Desde hace mucho tiempo se reconoce
y acepta que los bienes públicos naciona-
les – ya se definan en sentido lato o estric-
tamente – son decisivos para que las eco-
nomías y las sociedades funcionen con
provecho. Pero en un m undo en curso de
globalización, es más que probable que los
beneficios y perjuicios de las acciones
de un gobierno determ inado r epercutan,
quiérase o no, más allá de sus fronteras
nacionales. Por consiguiente, para que ese
mundo funcione equilibradamente, el con-
cepto de bienes públicos también deberá
ser mundial y pasar a ser objeto de la
cooperación internacional, porque buena
parte de los problemas y de las crisis mun-
diales actuales se deben al insuficiente
aprovisionamiento de esos bienes. Así cabe
resumir el a rgumento medular de la im-
presionante c olección de escritos agr upa-
dos en est e volumen.
La tarea de elaborar y exponer la noción
de bienes públicos mundiales ha sido confia-
da a Nancy Birdsall, Ravi Kanbur, Robert
Z. Lawrence, J. Mohan Rao, Jeffrey Sachs,
Amartya Sen, Ismail Serageldin y otr os
muchos autores distinguidos, y cada ca-
pítulo del libro aporta una perspectiva
propia. Por citar las palabras, nada exage-
radas, de James Gustave Speth, administra-
dor del Programa de las Naciones Unidas
para el Desarrollo (PNUD), que ha patro-
cinado su compilación, esta obra «transfor-
ma las dimensiones del debate y eleva la im-
portancia del concepto a un plano nuevo y
apremiante«. Desde la perspectiva que tie-
ne el PNUD del futuro de la cooperación
internacional, una teoría de los bienes pú-
blicos mundiales sería un elemento esen-
cial del nuevo marco general necesario para
abordar toda una serie de cuestiones de po-
lítica pública internacional, desde los dere-
chos humanos y la sanidad a la actividad
laboral y el medio ambiente.
Tras la introducción general de los di-
rectores, el libro está estructura do en tres
partes: un análisis de los conceptos, varios
estudios monográfic os y las enseñanzas
programáticas que de esa reflexión cabe
extraer. De los c onceptos tratan tres capí-
tulos que definen los bienes públicos mun-
diales y examinan los bienes públicos
intergeneracionales y la economía políti-
ca de la cooperación internacional. El pri-
mero, redactado por los directores de l a
obra, reca lca la importancia de esta blecer
una definició n clara y de la com prensión
del concepto, porque, expli can, que hoy
día el bienestar de la gente «depe nde de
que se llegue a un delicado equilibrio no
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sólo entre los bienes privados y los públi-
cos, sino además entre los bienes públicos
nacionales, regionales y mundiales«. Des-
pués de analizar los principales problemas
que plantea su definición – la no rivalidad
en el consumo, la inexcluibilidad, los fac-
tores externos, el problema del individua-
lista y el dilema del prisionero –, exponen
una tipología de l os bienes públicos mun-
diales que distingue entre los resultados,
que pueden ser tangibles (por ejemplo, un
medio ambiente sano) o intangibles (por
ejemplo, la paz o la estabilidad financie-
ra), y los bienes intermedios, como las or-
ganizaciones internacionales, los acuerdos
y los regímenes, que contribuyen al sumi-
nistro de los bienes finales.
Genéricamente, los bienes públicos
mundiale s son, pues, los «resultados (o
productos intermedi os) que tienden a l a
universalidad en el senti do de que benefi-
cian a todos los países, grupos de pobla-
ció n y ge neraci ones«. Co mo mínim o,
concluyen los autores, « un bien público
mundial debe ajustarse a los criterios si -
guientes: que sus beneficios alcancen a más
de un grupo de países y que no discrimi-
nen a ningún grupo de població n ni a nin-
gún conjunto de generaciones, actuales o
futuras«. Su investigación finaliza con un
examen del suministro de esos bienes:
«Los E stados actúan en el plano interna-
cional com o agentes privados, motivados
por el egoís mo nacional . Esta tendencia
plantea el problema de si en el plano mun-
dial existe alguien capaz de cortar el nudo
gordiano de la inacción colectiva, función
que en los países a sume con frecuencia,
aunque no siem pre, el Estado. Mundial-
mente, en cam bio, el riesgo de un fr acaso
‘estatal ’ es sistemático al no existir una
soberanía mundial, lo cual hace que sea
sumamente importa nte examinar el papel
que en el aprovisionamiento de los bienes
públicos mundiales desempeñan, además
de los Est ados, otros agentes«.
De esta manera se lleva al lector, aun-
que sea con m ucho tacto, a la conclusión,
virtualmente inexpresada mas i nsoslaya-
ble, de que lo mejor es la cooperación in-
ternacional negociada, a pesar de sus in-
convenientes intrínsecos. En c uanto a la
forma y las modalidades concretas de esa
colabora ción, e n cam bio, los autores se
muestran renuentes a presentar soluciones,
aunque sin pecar por omisión, lo cual es
perfectamente comprensible, habida cuen-
ta del enf oque de su aportación y de la
novedad de su mensa je, per o su actitud
puede r esultar algo frustrante para quien
espere hallar e n este libro una respuesta
previsible o sencilla al interrogante radi-
cal que plantean. Del capítulo siguiente se
desprenden poco a poco los contornos de
posibles soluciones. Su punto de partida
evidente es que la cooperac ión «interna-
cional« debe s er negociada y extenders e
en su sentido más genera l. Pues bien, este
problema institucional esencial arroja una
sombra fugaz sobre las perspectivas de
poner en práctica lo que, de no ser por ello,
es un concepto plenamente viable y de irre-
sistible atractivo. Ajustándose al tono no
prescriptivo que han adoptado, los autores
dejan que sea el propio lector quien pon-
dere dos inter rogantes subsi diarias, pero
asimismo cruciales: quién define el pro-
grama político (y por consiguiente las prio-
ridades de la asignación de recursos) y
quién dete rmina si los bienes públicos
mundiales son realmente accesibles a to-
dos los grupos de población.
Los quince c apítulos de que consta la
parte del libro consagrada a estudios
monográficos han si do ordenados confor-
me a seis encabezamientos generales: la
equidad y la justicia; la eficiencia del mer-
cado; el medio ambie nte y el patrimonio
cultural; la sanidad; el sa ber y la informa-
ción; y la paz y la seguridad. Aunque cual-
quiera de estas secciones sería mere cedora
de un análisis a fondo – no sólo por repre-
sentar un tema capita l de lo que está por
hacer en el mundo, sino tam bién por su
calidad y hondura analític a –, la primera
guarda relación muy concreta con el man-

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