Internacionalizacion y politica economica en America Latina.

AuthorEdwards, Sebasti
PositionEconom
  1. INTRODUCCIÓN

    Durante los últimos cuarenta años el panorama económico latinoamericano ha cambiado en forma notable. Para alguien instalado en Santiago de Chile a mediados de la década de los años sesenta --época en que fue fundado el Instituto de Estudios Internacionales--, hubiera sido extremadamente difícil predecir que en tan solo cuatro décadas prácticamente en toda la región dominaría el sistema de mercado. Más difícil hubiera sido imaginar que empresas públicas de la importancia y simbolismo de YPF en la Argentina y CAP en Chile, entre muchas otras, estarían en manos de accionistas privados.

    Los debates económicos de hace cuarenta años se centraban en temas que hoy parecen irrelevantes o simplemente exóticos. Recuerdo mi propia experiencia como estudiante primerizo en la Escuela de Economía de la Universidad de Chile --que entonces se encontraba en la vieja casona de la calle República--, dónde nos pasábamos horas estudiando los aspectos teóricos y prácticos del > a la sazón imperante en la Yugoslavia del Mariscal Tito. Ninguno de nosotros se imaginaba que al llegar a la cincuentena no existirían ni el sistema comunitario ni el país que lo había hecho famoso. Vuelvo a mis días en la calle República --los primeros años de la década de los años setenta-- y no sé si reírme o avergonzarme al recordar el fervor con que leíamos y analizábamos, o mejor dicho tratábamos de analizar, unos pésimos textos marxistas en peores traducciones. Los más sabihondos repetían de memoria largos pasajes de El 18 de Brumario de Luis Bonaparte, y de La Sagrada Familia, y los más tecnificados estudiábamos obtusas técnicas de planificación, las que nuestros profesores nos aseguraban ayudarían a resolver los problemas económicos de la región y del mundo entero. Y cuando algún estudiante preguntaba por los precios y su rol en la asignación de recursos, el profesor lo miraba como si fuera un tarado o algo peor. Después explicaba, con marcado aire de impaciencia, que los precios no eran otra cosa que la solución dual del programa de optimización que se llevaba a cabo en la oficina de planificación. Así de simple: todo lo que había que hacer era multiplicar dos matrices --claro, eran (o debían ser), unas matrices gigantes-- y luego invertir la matriz resultante. Y ¡presto! En una oficina cualquiera se solucionaba el problema de la asignación de recursos de un país de una enorme complejidad. Luego, se calculaba el dual y se obtenían los > precios. Por verdaderos se entendía los > o >, precios que en teoría reflejaban la verdadera escasez de bienes. Precios muy distintos de los precios capitalistas que, según nos aseguraba el profesor, usaban las empresas para explotar a los pobres, desprevenidos e ingenuos consumidores.

    Lo que resulta particularmente curioso mirado desde la perspectiva actual, es que aun los economistas que creían que al mercado le correspondía un rol importante, tenían una visión más bien tímida de lo que debía o podía hacerse en materia de política económica. Quizás la forma más clara de ilustrar este punto es releyendo el programa económico que un grupo de economistas de oposición --conocido como los Chicago Boys-- prepararon en Chile en 1973, durante el gobierno del doctor Salvador Allende. Las propuestas de apertura externa hablan de aranceles diferenciados, a niveles de hasta 35% (1). Ni pensar en aranceles parejos al 6% como los que Chile tiene actualmente.

    Sin embargo, hay un tema que, al menos entre algunas mentes visionarias, ha estado presente en el debate desde esos años. Recuerdo que fue en 1969, cuando siendo aún estudiante de secundaria, asistí por primera vez a una reunión académica sobre política económica. Se trataba de un seminario organizado por el Instituto de Estudios Internacionales que se desarrolló en Viña del Mar, y que exploraba los beneficios que le traería a Chile una política que mirara hacia el Pacífico, incluyendo especialmente los países de Oceanía y Asia. La verdad es que no entendí mayormente lo que los expositores dijeron en esa oportunidad, pero tuve dos intuiciones. Pensé que sería interesante ser un economista profesional, y también pensé que la idea de orientamos hacia el Pacífico, ampliamente entendido, hacía mucho sentido; mucho más, de hecho, que concentramos en los países del Pacto Andino (una especie de Pacífico restringido y limitado), tema que en esa época empezaba a ponerse de moda.

    A pesar de los cambios en la visión y las políticas económicas en los últimos cuarenta años, alcanzar una tasa de crecimiento sosteniblemente elevada continúa siendo una meta elusiva en América Latina. Los primeros 12 años de las reformas modernizadoras del llamado Consenso de Washington dieron escasos resultados en términos de crecimiento. Es cierto que las tasas de inflación se redujeron en forma importante en todos los países de la región, pero también es cieno que las condiciones sociales --incluyendo los niveles de pobreza-- continúan siendo deplorables en la gran mayoría de ellos. En 1997-1998, años de las crisis financieras en Asia y Rusia, la mayor parte de América Latina entró en un período de bajísimo crecimiento. Solo en los últimos dos años --a partir de 2004-- ha habido una recuperación económica importante, recuperación que se ha producido a partir de la enorme mejoría de los precios de exportación de la región y del crecimiento sin precedentes de la economía mundial. De hecho, en su conjunto, los años 2004 y 2005 corresponden al mejor bienio, en términos de desempeño económico, registrado por la región desde los años sesenta. Más aun, todo indica que el trienio 2004-2006 será el de mayor crecimiento económico en un período igualmente largo. Lo que hace que esto sea particularmente importante es...

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