Gustavo Lagos: pionero de las ciencias sociales latinoamericanas.

Authorvan Klaveren, Alberto

Homenaje

Corría el año 1972 en Chile. El país estaba sumido en un clima de fuerte efervescencia política, que se sentía con todavía mayor intensidad en el mundo universitario. Fue en ese marco en el que conocí a Gustavo Lagos, titular de la cátedra de Relaciones Internacionales en la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile. Me inscribí en su curso. El programa estaba orientado hacia los problemas Norte-Sur y respondía al enorme interés que suscitaba en Chile la realización de la III Conferencia de Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD, según la sigla en inglés). Pese a la relevancia que asumía la coyuntura nacional e internacional, muy pronto los alumnos del curso descubrimos que nos estábamos asomando a un mundo que iba mucho más allá de la UNCTAD o del proceso político chileno. Nos introducíamos a una disciplina nueva y a problemáticas desconocidas. En una época en que todavía no se hablaba de globalización, nos dábamos cuenta de que Chile no era una isla dentro del mundo, de que el sistema internacional se regía por reglas que convenía conocer y asumir, de que el deber ser no coincidía necesariamente con el ser en un mundo marcado por intereses políticos y económicos muy poderosos y de que había temas globales que nos afectaban directamente. Aunque el propio Lagos no era ajeno al debate político en un país polarizado y convulsionado --después de todo, había sido militante de la Democracia Cristiana desde sus orígenes y había ocupado el Ministerio de Justicia durante el gobierno del presidente Frei Montalva--, tenía muy clara la responsabilidad y la trascendencia de la función académica y la necesidad de separarla muy claramente de la política contingente.

Al terminar el curso, el profesor Lagos me invitó a participar en un concurso para convertirme en Ayudante de la Cátedra. Obtuve la plaza y desde ese momento nunca me he alejado de las relaciones internacionales, sea desde la academia, sea desde la propia Cancillería. No represento una excepción. Son muchos los discípulos de Gustavo Lagos que han seguido caminos similares. A todos nos inculcó un profundo respeto por la labor académica, un fuerte compromiso con el servicio público y una insaciable curiosidad intelectual.

La vida de Gustavo Lagos refleja esos valores. Tan pronto como se recibió de abogado en el año 1948, partió a París para realizar estudios de posgrado en la Universidad de La Sorbona y en el Instituto de Estudios Políticos de esa ciudad. Regresó a...

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