Globalizacion financiera y desarrollo nacional.

AuthorFfrench-Davis, Ricardo
PositionEconom

La globalización entraña beneficios y costos, con distintas proporciones, en diversas dimensiones y circunstancias. La relación entre beneficios y costos depende del nivel de desarrollo de cada país, de las normas internacionales que regulan la globalización y, bastante, de la calidad de las políticas nacionales. Por lo tanto, hay que distinguir entre los diversos componentes, con diferentes implicancias, para identificar aquéllos que puedan ser más funcionales para el desarrollo nacional, con el fin de potenciarlos, y aquellos que crean obstáculos, para minimizarlos.

Entre los obstáculos sobresalen las crisis financieras, asociadas a un fenómeno de globalización de la volatilidad financiera. Este rasgo, en sí, representa un grave obstáculo para el crecimiento y para la equidad.

Pero, entre otras dimensiones de este fenómeno variado y en mutación, también hay globalización de los mercados de exportación, con muchos atributos positivos, pues ellos permiten aprovechar las potencialidades de un país pequeño. En un mercado reducido como es el de Chile, no es posible aprovechar la capacidad productiva potencial en muchos productos. La ampliación de los mercados, vía la exportación, permite beneficiarse de las economías de escala y de especialización, y explotar mejor la rica dotación de recursos naturales con que contamos.

En suma, la globalización involucra beneficios y costos, que no están en un paquete cerrado, inmutable. Podemos elegir el contenido y proporciones del paquete para mejorar la calidad de nuestra inserción.

INTEGRACIÓN NACIONAL Y GLOBALIZACIÓN

En el actual contexto de globalización se ha instalado la percepción de que >. Sin embargo, todavía la nacionalidad es el canal de articulación de los ciudadanos de cada zona geográfica.

¿Nos integramos solo los que podamos, y el resto queda excluido? Tenemos que lograr integramos al mundo, integrándonos entre nosotros al interior de nuestra nación. Por lo tanto, incorporando a los distintos segmentos sociales marginados. Es rol del Estado, de la sociedad, la búsqueda de fórmulas para que los grupos rezagados desarrollen una mayor capacidad productiva para aumentar su capacidad de insertarse. Y ahí está el papel clave de las pequeñas y medianas empresas y de los trabajadores con menor calificación. Es preciso buscar cómo ir reduciendo las brechas de calidad, de productividad, de calificación entre los distintos sectores de la sociedad. Necesitamos hacer crecimiento con equidad, fortaleciendo la identidad nacional y regional.

En algún momento, el surgimiento de los Estados nacionales borró ciertas fronteras de las comunidades locales, y reemplazándolas por una función del Estado, con el mandato de acoger a sus distintos ciudadanos. El ejemplo más significativo de ello es el grado de avance social y económico que alcanzaron las economías desarrolladas, que son sociedades más integradas y equitativas.

Todas las economías desarrolladas tienen un Estado potente. La decena de países más desarrollados del mundo tiene un Estado fuerte, organizado, con capacidad de decisión y acción, y, además, mayor equidad que cualquiera de nuestros países latinoamericanos. El desarrollo marcha junto con la equidad. En el siglo XX los procesos fueron paralelos. Del mismo modo, hay que estimular la creación de instituciones a nivel mundial para impulsar el desarrollo, la equidad y la solidaridad, y corregir a fondo el enfoque de instituciones tales como el FMI. Es notable que esto lo haya destacado un autor como Fukuyama en una obra reciente (2004).

En este contexto, es valioso que un país pequeño como Chile participe activamente en el escenario internacional, para tratar de mejorar la globalización desde el punto de vista de las normas y de las instituciones mundiales. Lo ilustra la iniciativa de los Presidentes Lagos, Lula, y Chirac en pro de una acción internacional para combatir el hambre y la pobreza en el mundo, procurando humanizar la globalización, a la que luego adhirieron Alemania, España y Argelia. La iniciativa se orienta a mejorar el entorno global a fin de que irradie más efectos positivos hacia el mundo en desarrollo. Se trata de globalizar la solidaridad y el desarrollo.

FUERZAS QUE IMPULSAN LA GLOBALIZACIÓN

Hemos observado en los últimos decenios que se han eliminado diversas barreras al comercio y a las finanzas, incluso algunas que obstaculizaban la migración. Por lo tanto, se ha permitido que fluyan más productos, bienes y servicios, capital y personas entre distintas regiones.

La forma en que se ha hecho la apertura influye en el crecimiento de la > de bienes y servicios que producimos y también en que ella se distribuye entre los distintos habitantes del planeta, entre los distintos países del mundo.

Las reglas siempre son necesarias para vivir en un mundo civilizado. Hay que establecer normas, derechos y deberes de unos y otros, pero ellas no son neutras.

Una tónica de las reglamentaciones introducidas en los últimos dos decenios --con grandes diferencias entre las de los años cincuenta y sesenta, después del término de la Segunda Guerra Mundial-- ha sido la tendencia a plantear que >. Eso es aparentemente equitativo, siempre que los que juegan en la cancha sean más o menos comparables. No si juega un bebé con un muchacho de veinte años o con un adulto mayor. Para lograr equidad, necesitamos nivelar la cancha de tal manera que se emparejen las oportunidades.

Y lo que se observa en parte de las regulaciones de la última ronda de la OMC, denominada Ronda Uruguay es, con escasas excepciones una tendencia, orientada a imponer...

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