La Espana de Franco y el Chile de Frei Montalva: relaciones hispano-chilenas 1964-1970 *.

AuthorHenr

El presente artículo se presenta como una expresión más de la interrelación que desde 1936 han tenido la historia chilena y la hispana, tanto en su dimensión internacional como en el plano interno. El impacto de la Guerra Civil, a la vez en Europa y en América, fue de enorme magnitud, especialmente en Chile, y marcó la influencia de la evolución española en el devenir político nacional desde entonces hasta la actualidad.

INTRODUCCIÓN

Desde 1945 --concluida la Segunda Guerra Mundial-- el eje central de la política exterior española estuvo enfocado a lograr apoyos imprescindibles, capaces de neutralizar y superar el aislamiento internacional sufrido por el régimen debido a su naturaleza y a sus vinculaciones con los fascismos de entreguerras. Si bien con el desencadenamiento de la Guerra Fría la España franquista se hizo funcional a los objetivos de Washington --y por extensión al bloque occidental-- nunca se superó del todo el estigma de su origen. A pesar de sus logros --Pacto con Estados Unidos y Concordato con el Vaticano, ambos en 1953-- la dictadura hubo de abocarse a la búsqueda de espacios de actuación internacional, en lo que algunos autores han denominado "políticas de sustitución" (1).

En esta dinámica, tanto los países árabes como los latinoamericanos representaron esa opción, por lo demás tradicional y espacio natural, de la acción internacional hispana. Desde esta óptica, las relaciones con Hispanoamérica se enmarcaron en el concepto de hispanidad, es decir, de "una comunidad espiritual indestructible, vínculo de espíritu y sangre entre los pueblos de ambas orillas atlánticas" (2), y el Instituto de Cultura Hispánica, fundado en diciembre de 1945, se convertía en uno de sus principales medios de penetración en la región. Posteriormente, el proyecto de crear una Comunidad Hispánica de Naciones pretendió idénticos objetivos.

Así contextualizadas las relaciones hispanochilenas, luego de un período de "tensa formalidad" bajo el gobierno de Gabriel González Videla, se irán desideologizando y despolitizando. Los virulentos ataques al régimen español serán progresivamente sustituidos por el principio de no injerencia en los asuntos internos de los Estados, y las relaciones se desarrollarán sobre la base de criterios pragmáticos, privilegiando los aspectos culturales y comerciales. En un principio, las relaciones comerciales serán especialmente ventajosas para Chile al encontrar en España un mercado seguro para la venta de su deprimido salitre, y la constante dificultad de pagos por parte de la península inclinará la balanza en favor del país andino.

Sin embargo, a fines de la década de 1950, el despegue económico español traerá no sólo un vuelco en la balanza comercial hispano-chilena, sino que también en la aproximación hacia la región. El inicio de la década de los sesenta en Iberoamerica generó gran inquietud en la diplomacia española: ante la progresiva desaparición de los "regímenes de autoridad" --bastiones anticomunistas--, se percibió la necesidad de desideologizar, en lo posible, las relaciones con los países iberoamericanos. Por eso, aunque el valor de la política cultural siguió en alza, se empezó a poner énfasis en la cooperación técnica y los contactos comerciales (3).

El triunfo en Chile de la Democracia Cristiana implicará el retorno al discurso de denuncia del régimen franquista, que en los hechos se demostrará más simbólico que real, y a un enfriamiento de las relaciones, visible en el impacto de la exclusión de España en la gira europea del Presidente Frei. Pero ante el progresivo distanciamiento de Estados Unidos y los escasos dividendos en la aproximación hacia los países de las Comunidades Europeas, se hacía cada vez más evidente lo mucho que España podía ofrecer al proyecto de modernización democratacristiano, independientemente de la naturaleza de su régimen.

LA CAMPAÑA PRESIDENCIAL

Uno de los aspectos de la vida política chilena que en mayor medida llamaba la atención de la representación española en Chile era la premura con que se daba inicio a las campañas electorales y, evidentemente, sus implicaciones: agitación, propaganda profusa y enorme gasto (4). La campaña para las elecciones de 1964 no escapaba a esta regla y a mediados de 1963, la competencia por el sillón de La Moneda ya contaba con cuatro candidatos proclamados. El abanderado del Frente Democrático (5), Julio Duran, el independiente de derecha Jorge Prat y dos viejos conocidos para la Embajada española acreditada en Santiago: Eduardo Frei y Salvador Allende. Dos hombres que en la campaña de 1958 --y por distintos motivos-- supusieron un notable deterioro e incluso un quiebre en las relaciones en caso de ser electos (6). Esta vez las cosas eran distintas; la derecha se quedaría sin candidato.

A principios de 1964, el embajador español, Tomás Suñer y Ferrer, destacaba en sus despachos el ambiente de creciente violencia en el que se desarrollaba la campaña electoral. La actividad política había empezado a polarizarse a raíz de la elección extraordinaria de Curicó (7) que, si bien no podía estimarse como representativa del electorado nacional, al ser la única elección previa a la presidencial podría influir en el desarrollo de la campaña por La Moneda (8).

Para el embajador, el triunfo debía pertenecer al candidato del Frente Democrático, no obstante al "FRAP (9) se le presenta la gran oportunidad de demostrar su crecimiento electoral" (10). A su juicio, sólo el Frente Democrático presentaba una propaganda constructiva, con tan sólo un matiz hostil: el anticomunismo. No obstante, aun dentro de esa línea se mantenía el respeto por las personas, y también por las ideas, salvo aquellas cuya finalidad subversiva era patente (11). "Pero ni la democracia cristiana ni mucho menos los partidos marxistas han puesto la menor contención en su agresivo sectarismo" (12). A un mes de las elecciones complementarias de Curicó y a siete meses de la elección presidencial, consideraba que de seguir la espiral de violencia, los comicios serían los más duros que el pueblo chileno hubiera presenciado.

En el análisis de la Embajada, después del "naranjazo", la campaña electoral estaba definitivamente planteada: no surgirían nuevos abanderados en la visión hispana, con la disolución del Frente Democrático y la crisis dentro del radicalismo, la democracia cristiana se ubicaba --progresivamente-- a la delantera de las fuerzas de centroderecha, con evidentes posibilidades de éxito (13). Poco después, el panorama electoral se despejaba aún más con la renuncia de Jorge Prat a su candidatura. En un ambiente cada vez más polarizado entre el FRAP y la Democracia Cristiana, el alejamiento de Prat favorecería al candidato demócratacristiano, ya que la inmensa mayoría de sus adeptos se volcarían en su favor (14). En este sentido, sin obviar su sinsabor ante la renuncia de Prat, el embajador manifestaba su buena disposición hacia Eduardo Frei "... si el azar político lo hubiera querido, Chile habría tenido en el Señor Prat un gran presidente. Esto no quiere decir que no lo sea también el Señor Frei, si logra derrotar al candidato marxista" (15).

Después de Curicó, fue evidentemente Eduardo Frei quien empezó a concentrar las simpatías hispanas. No obstante, los análisis del embajador destacarán por su moderación y la ausencia de juicios de valor exceptuando posiblemente este último; en cambio, la animadversión y la fuente de inquietud serán claras respecto del frapismo.

En opinión del embajador, la opción representada por el FRAP no debía ser subestimada, y en este sentido será motivo de preocupación el acercamiento entre "algunos elementos radicales y los dirigentes del FRAP" (16). Suñer consideraba que una de las claves de las elecciones estaba en el partido radical y en el democratacristiano. "Si el radicalismo negocia con el FRAP un compromiso electoral con garantías de participación substancial en el futuro Gobierno, creo que las posibilidades de llegar a un acuerdo no son despreciables" (17), con lo cual para la democracia cristiana la contienda se baña notoriamente más difícil.

La potencial alianza no llegaría a materializarse, ya que en la Asamblea Nacional del Partido Radical triunfaría la postura contraria a un entendimiento con el frapismo, junto con la decisión de mantener la candidatura de Durán hasta el término de la campaña. "Quedan aún más de tres meses antes de las elecciones y pueden aún producirse muchas sorpresas. Pero lo importante es que la coalición radical-frapista, por el momento al menos, no ha marchado" (18).

Es en este contexto cuando tuvo lugar la primera alusión directa del candidato democratacristiano a la España franquista. Durante una entrevista televisada fue preguntado --junto a otros temas-- en tomo al origen de su formación política y, más concretamente, sobre si había nacido bajo la inspiración del ideario de la Falange española. Frei negó rotundamente esa vinculación, recordando que antes de que surgiera la Falange española ya había iniciado su actividad la Falange Chilena para enfrentar actitudes totalitarias como la que fue entonces asumida por el socialismo criollo. Para marcar distancias, precisó que la Falange Española era un partido totalitario, mientras que la chilena se opuso siempre a toda clase de autoritarismos y, en consecuencia, "la actitud de la democracia cristiana es contraria al actual Régimen español ... se trata de una simple coincidencia de nombres, de una desgraciada coincidencia" (19). Para subrayar ese diferencia, Frei, finalmente, destacó las relaciones de buena amistad y coincidencia mantenidas con algunos de los prohombres de la oposición franquista liberal, en especial José María Gil Robles, principal figura de la democracia cristiana española y consejero de Don Juan. Ante estas manifestaciones, era presumible esperar una reacción enérgica. No obstante, el embajador decidió rebajar el perfil y no atribuir especial relevancia al asunto, aunque "si un valor indiciario de la...

To continue reading

Request your trial

VLEX uses login cookies to provide you with a better browsing experience. If you click on 'Accept' or continue browsing this site we consider that you accept our cookie policy. ACCEPT