La flexibilización laboral en un contexto de austeridad fiscal: una imprudencia peligrosa

DOIhttp://doi.org/10.1111/j.1564-9148.2013.00167.x
Published date01 March 2013
AuthorAlex IZURIETA,Jeronim CAPALDO
Date01 March 2013
Derechos reservados © Los autores, 2013
Compilación de la revista y traducción del artículo al español © Organización Internacional del Trabajo, 2013
Revista Internacional del Trabajo, vol. 132 (2013), núm. 1
La exibilización laboral
en un contexto de austeridad scal:
una imprudencia peligrosa
Jeronim CAPALDO* y Alex IZURIETA**
Resumen. Los autores analizan los efectos de combinar la austeridad scal con
políticas de exibilización laboral enriqueciendo así el debate actual al respecto.
Mediante un macromodelo analítico simplicado con una dinámica de distribu-
ción explícita y una perspectiva mundial plantean el problema de agregación y
demuestran que las políticas de exibilización que merman el componente salarial
provocan retroacciones mundiales que se traducen en una espiral descendente y
en una contracción, aun en las economías impulsadas por las exportaciones. En
conclusión, los benecios iniciales de las economías competitivas resultan efíme-
ros; a largo plazo, la economía mundial está impulsada por los salarios y responde
positivamente a estímulos keynesianos coordinados.
A
principios de 2012 las perspectivas de una recuperación mundial duradera
de la llamada «Gran Recesión» seguían siendo dudosas. Entretanto,
presionados por las circunstancias nacionales o por sus propias convicciones,
la mayoría de los dirigentes políticos asumieron el papel de guardianes de la
prudencia scal. Esto se puso muy claramente de maniesto en la zona del
euro, donde, dada la falta de medios institucionales centralizados para evitar la
insolvencia pública, se presentó la austeridad scal como la única alternativa
* Ocial Adjunto de Asuntos Económicos del Departamento de Asuntos Económicos y
Sociales de las Naciones Unidas; dirección electrónica: jerecapaldo@gmail.com. ** Ocial Su-
perior de Asuntos Económicos, Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarro-
llo; dirección electrónica: alex.izurieta@unctad.org. En un seminario de la División de Análisis
de Políticas de Desarrollo del Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de las Naciones
Unidas, celebrado el 16 de marzo de 2012 en Nueva York, se presentó una versión preliminar de
este artículo. Los autores expresan su profundo agradecimiento por las sugerencias y observa-
ciones formuladas en relación con los borradores anteriores por Jane D’Arista, Francis Cripps,
Alberto Gabriele, James K. Galbraith, Jayati Ghosh, George Irvin, Marc Lavoie, Malcolm Sawyer,
Servaas Storm, Lance Taylor y Matías Vernengo, así como por las revisiones editoriales de Laura
Dix. Los autores asumen la responsabilidad plena de toda deciencia que aún persista. Las opi-
niones expuestas en el presente artículo son exclusivamente las de los autores y no reejan nece-
sariamente las opiniones de la Secretaría de las Naciones Unidas.
La responsabilidad de las opinones expresadas en los artículos solo incumbe a sus autores,
y su publicación en la Revista Internacional del Trabajo no signica que la OIT las suscriba.
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posible. Según la opinión imperante, la reducción de los décits scales resta-
blecería la conanza de las empresas y los consumidores, y de este modo con-
duciría a una recuperación de la inversión y el consumo privados. En teoría, la
pérdida inicial de demanda agregada generada por las medidas de austeridad
se vería compensada por un incremento del gasto privado o las exportaciones.
Se han hecho varias críticas a este razonamiento. Por ejemplo, algu-
nos estudios indican que una restricción scal prematura puede provocar el
efecto contrario al que se busca con ella, ya que es probable que los décits
aumenten si se ralentiza el crecimiento de los ingresos y se disparan los costos
asociados al desempleo (Naciones Unidas, 2012). Otros estudios demuestran
que los problemas que habían exigido el estímulo scal, es decir, el endeu-
damiento del sector privado y el estancamiento de los mercados de crédito
y de trabajo, siguen sin resolver (Ball et al., 2011; Burke et al., 2011; Izurieta,
2011; King et al., 2012; Pollin, 2011; Papadimitriou et al., 2011; Sawyer, 2012;
UNCTAD, 2011a).
Los dirigentes políticos de los países de la OCDE no muestran inten-
ción alguna de renunciar a la austeridad scal, a pesar de que la situación del
mercado de trabajo es grave. Muchas economías han perdido ya los escasos
logros en materia de empleo que habían alcanzado con las políticas de inyec-
ción de efectivo y promoción del empleo adoptadas inicialmente contra la cri-
sis. Según la Ocina Estadística de las Comunidades Europeas (Eurostat), con
excepción de Alemania, Austria, Luxemburgo y Malta, la relación entre em-
pleo y población total en los países europeos es inferior a la que había antes
de la crisis1. En la llamada «periferia» de la zona del euro y en algunos otros
países la disminución de la tasa de empleo fue especialmente grave: 11 pun-
tos porcentuales en Irlanda; de 7 a 8 puntos en España, Grecia y Letonia, y
2,5 puntos en los Países Bajos y el Reino Unido. La disminución media en la
OCDE fue de 4 puntos, y Australia y Japón fueron los menos afectados, con
una caída de 1 punto aproximadamente. En los Estados Unidos, que comen-
zaron a retirar el estímulo en 2012 y prevén seguir esta tendencia en 2013, la
relación entre empleo y población total se situaba en torno al 58,5 por ciento
a principios de 2012, cifra que representó una mejora respecto del mínimo de
57,5 por ciento registrado el año anterior, pero que está considerablemente
por debajo del nivel máximo, del 63 por ciento, alcanzado en 20072.
Los escasos países que han tenido éxito en los intentos subsiguientes de
lograr el crecimiento del empleo, en particular Alemania, se han convertido
en modelos. No obstante, a este respecto suele subestimarse el papel de los
planes de protección del empleo que se adoptaron en dicho país y en algunas
1 Véase Ocina Nacional de Estadística del Reino Unido, 2012: Labour Market Statis-
tics (Table A10: International comparisons of employment and unemployment rates), disponible
en .uk/ons/publications/re-reference-tables.html?edition=tcm%3A77-222474>
[consultado el 9 de marzo de 2012].
2 Véase Ocina de Estadísticas Laborales de los Estados Unidos: Employment situation
(Table A-1. Employment status of the civilian population by sex and age), disponible en
www.bls.gov/news.release/empsit.t01.htm> [consultado el 12 de enero de 2012].
Flexibilización y austeridad: una imprudencia peligrosa 3
economías emergentes para mantener los puestos de trabajo (Naciones Uni-
das, 2010). El éxito se asocia más bien, por el contrario, a la exibilización del
mercado laboral. La lógica de esta política exibilizadora tiene muchos pun-
tos en común con las recomendaciones que formularon las instituciones de
Bretton Woods para los países en desarrollo durante la época del ajuste es-
tructural3, y es la siguiente: si el gasto público está limitado por la austeridad
scal y los hogares no están en condiciones de impulsar la demanda, el creci-
miento y el empleo solo podrán sostenerse a partir de las exportaciones netas
y las inversiones. Además, si el mercado interno se enfrenta a niveles escasos
de consumo, los sectores orientados a la exportación deberán soportar todo el
peso de la recuperación. Por consiguiente, deben eliminarse los obstáculos a
la competitividad, en particular las rigideces de la reglamentación laboral. De
ahí pues la importancia que se asigna a la exibilización. Se supone que esta
traerá aparejados benecios para el empleo, ya que las curvas de la oferta y la
demanda de trabajo tenderán a alcanzar un equilibrio natural único en torno
al punto del pleno empleo, como rezan los cánones de las teorías clásicas. Se
deende así que la demanda de trabajo aumentará y el desempleo disminuirá
si se limitan la negociación colectiva, las indemnizaciones elevadas por des-
pido a los trabajadores permanentes, las reivindicaciones salariales excesivas,
las prestaciones sociales, entre ellas las de desempleo, y las cuñas scales, que
incrementan articialmente los costos laborales unitarios (véase, por ejemplo,
Jaumotte, 2011).
Siguiendo esta teoría, muchos países han comenzado a limitar la protec-
ción concedida al empleo, así como la reglamentación del salario mínimo y
otras prestaciones, y al mismo tiempo están reduciendo puestos de trabajo en
el sector público en aras de la austeridad scal. Una reforma reciente en Es-
paña exibilizó las restricciones a los despidos. En Italia se están examinando
propuestas semejantes como parte de una «estrategia de crecimiento». Estas
reformas son una respuesta a las exigencias del Banco Central Europeo, que
sostiene que tales medidas (es decir, reducir la fuerza legal de los convenios
salariales, incrementar la exibilidad para la jación de los salarios y debilitar
la protección laboral, en particular el salario mínimo) ayudarán a restablecer
la conanza de los inversores y alentarán la adquisición de bonos públicos
(véase Draghi y Trichet, 2011; El País, 2011). En Grecia, el conjunto de políti-
cas aplicadas en vistas del segundo rescate de la Unión Europea incluyó una
reducción del salario mínimo del 20 por ciento. Estos acontecimientos refuer-
zan una tendencia que se manifestó ya antes de la crisis. Según los indicadores
de la OCDE, la protección de los trabajadores se ha debilitado en todos los
países de dicha organización en los últimos años. Aunque las medidas concre-
tas adoptadas bajo la etiqueta de la «exibilización del mercado de trabajo»
pueden variar de un país a otro, todas se traducen en un intento de incremen-
3 Por ejemplo, el desendeudamiento de los hogares durante la crisis actual equivaldría a las
medidas de mantenimiento del consumo a niveles no inacionistas en países en desarrollo que
son objeto de ajuste estructural.
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4
tar la productividad mediante recortes de puestos de trabajo y reducciones de
los costos unitarios laborales, a n de lograr mayor competitividad a nivel in-
ternacional. Para los países que se rigen por una moneda común, esto se con-
sidera la única forma de estimular las exportaciones netas.
El resto del presente artículo está organizado en siete apartados. En el pri-
mero se cuestionan la austeridad y la exibilización como medios de promover
el crecimiento. En el segundo, tercer y cuarto apartados se establece el marco
analítico de nuestro estudio a partir del examen de la dinámica del crecimiento
del empleo y de la producción, de la distribución, de la formación de los precios
y de la demanda agregada. Una vez establecido este marco, en el quinto apar-
tado se demuestra que los países que persiguen la exibilización laboral en un
marco de austeridad scal terminarán por perjudicarse a sí mismos, tras haber
perjudicado a sus interlocutores comerciales, aun cuando dichos interlocutores
tengan economías impulsadas por los salarios, y los efectos perjudiciales serán
aún mayores si muchos países introducen la exibilización al mismo tiempo.
Este quinto apartado concluye planteando varios argumentos que podrían opo-
nerse a nuestra conclusión, el más importante de los cuales es que el progreso
técnico puede permitir un crecimiento del empleo y de la producción durante
un período relativamente largo. Este argumento se refuta en el sexto apartado,
donde se demuestra que los progresos técnicos en realidad exacerban el pro-
blema: en una economía internacional abierta, las nuevas tecnologías se extien-
den rápidamente a otras economías competidoras, lo cual reducirá el margen
de utilidades que aportan, pero no su costo. En el último apartado se deende
que, para hacer aumentar la producción y el empleo, los países han de adoptar
una política scal y monetaria expansiva y bien coordinada.
Los problemas del crecimiento impulsado
por la competitividad y las exportaciones
Aunque los objetivos de productividad y optimización de los costos son in-
herentes al desarrollo económico y el crecimiento, no pueden tomarse como
panacea, ni siquiera como condición indispensable para estos últimos, por dis-
tintos motivos. En primer lugar, tanto la tradición keynesiana como la co-
rriente del «crecimiento endógeno» han demostrado hace mucho tiempo que
estos factores son el resultado y no la condición previa del crecimiento y el
desarrollo. Como han observado McCombie y Thirlwall (1994), las teorías del
crecimiento endógeno ponen de relieve que los aumentos de la inversión y la
mejora de la instrucción y de la investigación, entre otras cosas (M. FG. Scott),
son indispensables para lograr economías de escala (E. F. Denison). Estudios
de corte keynesiano como los de Young (1928), Verdoorn (1949), Kaldor (1984)
y Kaldor y Mirrlees (1962) subrayan la importancia del aprendizaje a través de
la práctica y de las economías de escala para el aumento de la rentabilidad4. En
4 Véase Naciones Unidas (2006) para una perspectiva de este enfoque desde el punto de
vista del desarrollo.
Flexibilización y austeridad: una imprudencia peligrosa 5
esta misma línea, Galbraith (2012) reexamina el éxito de los países escandina-
vos que utilizaron el modelo de Meidner-Rehn para lograr una buena tasa de
empleo con salarios y productividad elevados. La aplicación de políticas acti-
vas de la demanda y de la inversión unidas a la protección de los trabajadores
se traduce en salarios elevados y distribuidos equitativamente, lo cual puede
dar lugar a una rápida expansión de las empresas innovadoras y de este modo
impulsar el desarrollo tecnológico. Más aún, sobre esta base las políticas de
promoción de las exportaciones pueden abrir el acceso a mercados más am-
plios y convertirse en fuentes duraderas de demanda e innovación. Conrma
la validez de este razonamiento el análisis empírico exhaustivo de Galbraith
sobre salarios y exibilidad laboral en Europa, que naliza planteando serias
dudas respecto de la idea de que el desempleo en los países europeos pueda
explicarse por la imposibilidad de hacer bajar los salarios o pueda remediarse
mediante políticas destinadas a reducir los salarios relativos. «Si esto fuera
así, concluye el autor, se encontrarían ejemplos de ello. Y lo cierto es que no
hemos encontrado verdaderamente ninguno» (2012, pág. 213).
En segundo lugar, si la demanda de trabajadores se deriva de los ingre-
sos y las condiciones de esta demanda dependen del mercado de productos,
como muchos análisis sugieren, no cabe duda de que las políticas en materia
de ingresos son una condición previa para el logro de mejoras sostenidas de
la productividad (Davidson, 1983 y 1998; Dutt, 2006). Weeks (2012) dedica
los primeros 11 capítulos de su libro a refutar el postulado de que el mercado
libre tiende al empleo pleno cuando se permite la caída de los salarios reales.
Su argumento básico es que el desempleo no es necesariamente, ni siquiera en
general, el resultado de «transacciones articiales» en los mercados de trabajo
que implican salarios mayores al del punto de equilibrio, sino de «transaccio-
nes articiales» en otros mercados, como los de capitales. De hecho, Keynes
se centró en su Teoría General (1936) en este tipo de transacciones dentro de
los mercados de capitales, prestando atención al papel de la incertidumbre y
las expectativas
5
. Cuando se produce un desequilibrio en cualquier mercado se
altera el nivel de la demanda efectiva; las políticas que aumentan los ingresos
del trabajo, en lugar de disminuirlos, pueden contribuir a corregir las decien-
cias de la demanda. Si ha de alcanzarse el pleno empleo, será pues a través de
los mercados de bienes y servicios y no a través del propio mercado de trabajo.
Storm y Naastepad (2012) ponen de relieve una serie de mecanismos
mediante los cuales unos salarios más altos contribuyen a la rentabilidad, al
consumo y a la inversión. Estimulan la demanda ejerciendo así una presión al
alza en lo que respecta a la utilización de la capacidad productiva, y posible-
mente produzcan nuevos incrementos salariales si existe un efecto acelerador
de las inversiones. La productividad aumenta entonces, a medida que los nue-
vos equipos fruto de los últimos adelantos tecnológicos impulsan la división
del trabajo en toda la economía y aceleran el aprendizaje a través de la prác-
5
Como señala Weeks (2012), en la obra de Leijonhufvud publicada en 1968, On Keynesian
economics and the economics of Keynes, se destaca claramente este aspecto.
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6
tica. Además, debido a que estos efectos tienden a incrementar los costos la-
borales, inducen a las empresas a concebir y a adoptar técnicas de ahorro de
mano de obra6. En los apartados siguientes analizaremos las implicaciones de
este razonamiento en un marco coherente a escala mundial.
En tercer lugar, cualquier intento de un país por incrementar su actividad
económica reduciendo los costos laborales unitarios tendrá repercusiones en
el ingreso mundial. Los benecios obtenidos en los mercados de exportación
mediante la disminución de los precios frenan la producción y los ingresos
de los interlocutores comerciales, lo que ha llevado a Joan Robinson a criti-
car estas prácticas, que describe como formas de un «nuevo mercantilismo»
(Blecker, 2005). Patnaik (2007) continúa con este argumento al observar que
el progreso tecnológico se propaga de forma rápida y bastante uniforme a las
economías en desarrollo debido a las orientaciones relativamente homogéneas
de estos países en materia de política macroeconómica. Esto crea una dinámica
en la que el crecimiento del PIB depende enormemente de la competitividad
de las exportaciones, en tanto que las mejoras en la productividad laboral se
obtienen mediante la deslocalización de las tecnologías existentes a países con
salarios más bajos, de forma que el grado de compresión salarial se convierte
en el rasgo más importante de diferenciación entre países.
Cripps, Izurieta y Singh (2011) proponen un marco que permite el se-
guimiento de los efectos que entraña rebajar los ingresos salariales en al-
gunas regiones de la economía mundial, considerada esta como un sistema
cerrado. Ya que la balanza por cuenta corriente de todo el mundo es igual a
cero, el gasto y su contraparte, el ahorro (o acumulación de activos nancie-
ros), están vinculados a los ingresos previstos y a las metas de riqueza me-
diante relaciones estables entre los ujos y los fondos. En vista de que los
ingresos alcanzados y el valor real de la riqueza no se conocen por adelan-
tado, el ingreso mundial tal vez exceda o no alcance el nivel esperado, lo cual
deja a algunos países con desequilibrios externos mayores de lo previsto. Si
un país aumenta su proporción del mercado de exportaciones bajando los
precios (gracias a una mejora de la productividad), el ingreso mundial úni-
camente podrá seguir creciendo al ritmo previsto si las economías menos
competitivas pueden soportar los décits correspondientes. Esto signica
que, para mantener los niveles de gasto e inversión, las instituciones públicas
o privadas en los países menos competitivos deben incrementar su endeu-
damiento o vender activos. No obstante, estas opciones no son sostenibles a
largo plazo. En última instancia, ya sea en forma repentina o por la desace-
leración constante del gasto interno en estos países, el crecimiento mundial
de los ingresos se ralentizará o contraerá, reduciendo así la expectativa de
superávits de exportación en los países más competitivos. Estas observacio-
nes hacen muy bien pensar en la historia económica reciente.
En cuarto lugar, si bien las interacciones mundiales que se señalan supra
son coherentes a nivel agregado, otros estudios se han propuesto evaluar el
6 Galbraith (20 08) brinda ejemplos de estos mecanismos en Europa occidental.
Flexibilización y austeridad: una imprudencia peligrosa 7
posible éxito de los países que tratan de reproducir el modelo de crecimiento
impulsado por las exportaciones. Estos estudios profundizan en un error de
generalización denominado también paralogismo o falacia de composición. En
lugar de examinar el caso típico de los países exportadores de productos bási-
cos que compiten rebajando los precios en un entorno mundial de demanda re-
lativamente rígida, se centran en las industrias intensivas en trabajo que hacen
frente a una oferta y demanda mundiales más elásticas (véase, por ejemplo,
UNCTAD, 1993, págs. 93-111). Más concretamente, estos estudios plantean si
es ecaz competir en el sector manufacturero sobre la base de los costos la-
borales y la productividad a pesar de la presión a la baja que ello ejerce en el
ingreso y en el empleo mundiales. Akyüz (2003) y Mayer (2002) revisan esta
bibliografía, así como los modelos elaborados en este mismo sentido. Tras con-
siderar toda una serie de factores, que van desde los perles de competencias
hasta los aranceles y otras políticas, Akyüz llega a la conclusión de que, aunque
el panorama es «complejo y muy matizado [...], hay sucientes pruebas de que
podría existir un riesgo de competencia excesiva entre los países en desarrollo
en los mercados mundiales de productos intensivos en mano de obra [...], lo
cual causaría un deterioro importante de la relación de intercambio y crearía
fricciones en el sistema de comercio mundial» (2003, pág. 113).
Más recientemente, Razmi y Blecker (2006) examinaron la experiencia
de 18 economías emergentes especializadas en exportaciones en relación con
los 10 principales países desarrollados importadores. Pusieron a prueba la hi-
pótesis del paralogismo de composición mediante regresiones lineales en dos
y tres etapas con series temporales y datos de panel, tomando en cuenta las
diversas características de los países exportadores e importadores. Estos au-
tores encontraron una importante diferencia en el grado en que el error de
generalización, o paralogismo de composición, condiciona los resultados en
materia de exportación: la competencia afecta a los pocos países que expor-
tan productos de alta tecnología menos negativamente que a los que exportan
productos de (más) baja gama. En particular, Razmi y Blecker sugieren que
«si los mercados de países industrializados no crecen con la suciente rapidez
como para satisfacer los objetivos de crecimiento de la exportación de manu-
facturas de los países en desarrollo [...] entonces [...] será imposible que todos
estos logren dichos objetivos. En otras palabras [...] el éxito de algunos en ma-
teria de promoción de las exportaciones se logrará forzosamente a expensas
del fracaso de otros» (pág. 2).
En suma, pruebas fehacientes sugieren que las políticas que rebajan los
costos laborales tienen efectos contradictorios. Pese al éxito tal vez efímero de
unos pocos países exportadores, la economía mundial tiene mucho que perder
si persigue la reducción sistemática y a priori de los ingresos del trabajo. Sin
embargo, para explorar a fondo esta hipótesis es necesario analizar la diná-
mica de la distribución de los ingresos en un marco macroeconómico mediante
modelos que incluyan explícitamente el crecimiento de la productividad y de
la producción, y que tengan en cuenta el problema adicional de las contrac-
ciones scales relativamente sincronizadas.
Revista Internacional del Trabajo
8
La búsqueda del crecimiento del empleo
en términos analíticos
Para comenzar, el análisis se basa en gran medida en la obra de Taylor y Vos
(2002, págs. 47-53). Una economía, y por extensión la economía mundial, puede
descomponerse en sectores que dieren en función de su tecnología, sus ne-
cesidades de mano de obra y su productividad, entre otras cosas. Siendo N la
población total y L el empleo, la primera variable de interés que deniremos
será la relación entre empleo y población total, 7:
(1a)
Además, siendo X la producción y Xi la producción del sector i, deniremos
la producción sectorial per cápita (xi), la relación entre trabajo y producción
(bi) y la productividad laboral ( ) del siguiente modo:
(1b)
(1c)
(1d)
Estas ecuaciones permiten obtener directamente la relación empleo-población
en función de la producción per cápita y la productividad:
(2)
Por derivación obtenemos la tasa de variación de la relación empleo-pobla-
ción ( ):
(3)
Por consiguiente, para determinar la tasa de crecimiento de la relación em-
pleo-población de un país (o del mundo), tomamos el promedio ponderado
en función del trabajo (Li /L) de las diferencias sectoriales (o nacionales)
entre las tasas de crecimiento de la producción per cápita ( ) y de la pro-
ductividad laboral ( ). Para que siga aumentando el empleo a nivel mundial,
la producción per cápita debe crecer a un ritmo mayor que la productivi-
dad laboral, por lo menos en algunos países, y la expansión de las econo-
mías de crecimiento rápido debe compensar las pérdidas de las economías
de crecimiento más lento. Únicamente en estas condiciones se evitará el
antagonismo entre el crecimiento del empleo y el crecimiento de la pro-
7 Los estudios especializados tienden a utilizar la tasa de empleo (denida como la rela-
ción entre el empleo y la población en edad de trabajar). No obstante, en vista de que la edad
de trabajar varía en función de los países, parece más pertinente utilizar aquí la relación entre el
empleo y la población total (en adelante, relación empleo-población).
Flexibilización y austeridad: una imprudencia peligrosa 9
ductividad8. Habida cuenta de que el crecimiento de la producción es para-
lelo al crecimiento de los ingresos y, por consiguiente, guarda relación con
la distribución de la remuneración de los factores de producción, la bús-
queda de la creación de empleo en un contexto mundial exige un análisis
de la dinámica de la producción y de los cambios de distribución inducidos
de un país a otro.
Dinámica de la producción, de la distribución
y de la formación de los precios
Proponemos una forma general de sistema de producción con rendimientos
de escala constantes derivada de Taylor (2004, capítulo 7), que debería inter-
pretarse como «función del progreso técnico». En símbolos y omitiendo por
el momento los sujos que indican sectores o diferentes economías, la fór-
mula de la tasa de crecimiento de la productividad propuesta es la siguiente:
(4)
donde representa la función del progreso técnico, u X /K representa la
producción por unidad de capital o «utilización de la capacidad de produc-
ción», y representa simultáneamente los costos laborales unitarios y el
componente salarial de la producción real, siendo b la relación entre el tra-
bajo y la producción (como supra), y los salarios reales ( = w/P, donde w
es el salario nominal y P el nivel de los precios)9. Como demuestran Storm y
Naastepad (2012, págs. 79-80), también sería posible derivar una forma lineal
de la ecuación (4) a partir de una función neoclásica de elasticidad de sustitu-
ción constante10. Suponemos que , según el efecto Kaldor-Verdoorn por
el cual el crecimiento de la demanda genera economías de escala que llevan a
un crecimiento más rápido de la productividad. Del mismo modo, suponemos
que para expresar en forma simplicada el hecho de que unos costos
laborales más elevados inducen innovaciones destinadas a economizar dicho
factor y a aumentar, de este modo, la productividad.
Para completar la ecuación (4), suponemos que el crecimiento de los
salarios reales incluye dos componentes, a saber: las reivindicaciones de los
8 Esta conclusión analítica tiene en cuenta la tesis de la oferta ilimitada de mano de obra
propuesta por los primeros teóricos del desarrollo siguiendo a W. A. Lewis. En palabras de Kal-
dor, «un aumento de la demanda de trabajadores en un sector de crecimiento rápido puede causar
una transferencia al mismo de mano de obra procedente de otros sectores sin que ello afecte al
volumen de producción de estos últimos, aunque dicha producción se concentrará en un número
menor de empresas» (1984, pág. 26).
9 La determinación de precios ex-post se explica más abajo. En este apartado, por salarios
reales se entiende el nivel salarial negociado ex-ante que, en la situación estable descrita infra,
conduce a un aumento de los salarios con el crecimiento de la productividad.
10 Cabe destacar que en nuestro sistema de producción hemos omitido intencionadamente
un tercer factor propuesto por estos autores con un efecto estimado positivo en la productividad:
la reglamentación del mercado de trabajo (o, en términos más generales, el nivel de desarrollo
institucional). La razón es evidente: no debemos tomar como supuesto algo que vamos a inves-
tigar en nuestro trabajo.
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trabajadores o presión salarial (h) y lo que queda del aumento de la produc-
tividad después de que una parte haya sido absorbida para incrementar las
utilidades, siendo 0 < < 1 :
(5)
Tras realizar una serie de pruebas econométricas en países de la OCDE, Storm
y Naastepad (2012, capítulo 6) llegan a la conclusión de que varía entre 0,54
y 0,64; esta conclusión es coherente con los resultados de otros estudios em-
píricos.
La presión salarial aumenta con la mayor utilización de la capacidad de
producción y disminuye con el alza de los costos salariales, de manera que
las derivadas parciales del primer término de la parte derecha de la ecuación
son > 0 y < 0. En la medida en que y , la dinámica de la
presión salarial en (5) puede transformarse en una ecuación que relaciona el
componente salarial con las reivindicaciones en materia de distribución:
(6)
La situación se estabiliza cuando el conicto por la distribución naliza debido
a que los salarios reales crecen al mismo ritmo que la productividad, de ma-
nera que . Esto puede representarse grácamente en un plano
(u, ), como se ilustra en el gráco 1.
Una pendiente positiva (y no muy pronunciada) de la curva de la distri-
bución denota el proceso habitual de reducción de los márgenes de utilidad a
niveles más altos de utilización de la capacidad productiva y el correspondiente
proceso de regresión salarial a niveles más bajos de empleo11. Su signicación
económica es análoga a la de la curva de Phillips, que podría representarse
en la forma gráca clásica sustituyendo la utilización de la capacidad produc-
tiva por el desempleo en el eje horizontal. Sin embargo, como señala Taylor
(2004), reducir esto a un nivel de utilización de la capacidad productiva con
una tasa de desempleo no aceleradora de la inación (NAIRU) exigiría su-
puestos mucho más restrictivos de los que se observan en general.
11 Damos las gracias a Servaas Storm por explicitar esta cuestión. Las condiciones para la
pendiente de la curva se derivan de (6):
De conformidad con los supuestos que se proponen supra, el numerador es negativo (para
un análisis completo, véase Taylor, 2004, págs. 235 y ss.). El supuesto crítico para que el denomi-
nador sea positivo, y en consecuencia la pendiente de la curva sea positiva, es . Lo cierto
es que, a medida que las economías se acercan a la plena utilización de su capacidad productiva,
las reivindicaciones salariales probablemente superen durante cierto tiempo la capacidad de los
empleadores de obtener todos los benecios posibles de la innovación, ya que el progreso téc-
nico tarda en madurar. En cambio, podría haber situaciones de gran utilización de la capacidad
productiva en que las empresas logran aumentar la productividad a un ritmo muy superior al de
las reivindicaciones salariales. En estos casos, tal vez más inhabituales, se observará una curva de
la distribución casi vertical o incluso negativa.
Flexibilización y austeridad: una imprudencia peligrosa 11
Las reducciones exógenas de los costos laborales unitarios, resultantes,
por ejemplo, de la derogación de leyes protectoras de los trabajadores, concre-
tamente en materia salarial, desplazarán hacia abajo el punto de estabilidad de
la distribución (como se observa en el movimiento de a 1 en el grá co 1).
Los intentos subsiguientes de los trabajadores para volver a obtener aumen-
tos salariales proporcionales al incremento de la productividad partirán de un
nivel inferior del componente salarial.
Fuera del estado estable, la dinámica de la distribución depende simul-
táneamente de la tasa de crecimiento de las dos derivadas parciales, a saber:
(7)
y
(8)
Supongamos que la dinámica distributiva es estable a nivel local: los movi-
mientos de la curva de la distribución hacia la derecha a puntos que represen-
tan la sobreutilización de la capacidad darán lugar a presiones in acionarias,
en tanto que los movimientos de la curva de la distribución hacia la izquierda
a puntos que representan una subutilización de la capacidad darán lugar a
presiones de acionarias. Ambos tipos de presiones llevarán nuevamente a la
economía a un estado estable. Analíticamente, la dinámica de la distribución
es localmente estable si los movimientos que empujan fuera de este estado se
corrigen a sí mismos:
(9)
De la ecuación (7) se desprende que esta condición exige que la proporción de
aumentos de productividad asignada a utilidades, , sea relativamente grande
y/o que la variación en el componente salarial produzca una reacción en térmi-
nos de progreso técnico superior a la presión salarial. Además, de la ecuación (8)
se deriva que la dinámica de transición deberá tener en cuenta la relación efec-
tiva entre , el componente salarial, y u, la utilización de la capacidad, que son
Gráco 1. Curva de distribución estable para una utilización de la capacidad
de producción y unos costos laborales unitarios determinados
Revista Internacional del Trabajo
12
los elementos que determinan la demanda. Este punto se examina más dete-
nidamente en el apartado siguiente.
Por último, para obtener una representación lo más estricta posible de la
formación de precios ex-post, un punto de partida útil es la identidad corres-
pondiente al valor añadido de la economía agregada:
(10)
donde P es el nivel general de los precios, w es la tasa salarial nominal (por lo
que wL será la masa salarial) y
es la utilidad o benecio total. Deniendo
la parte correspondiente a las utilidades como
y recordando que
b = L/X, si dividimos ambos términos de la ecuación (10) por X, se obtiene
la ecuación siguiente12:
(11)
Puede suponerse que esta ecuación representa la formación del precio con un
margen de utilidades en condiciones oligopólicas, en que los empresarios jan
el margen, m, por encima de los costos básicos:
(12)
Dinámica de la demanda agregada y estado estable
El análisis de la producción, los costos y los precios que se propone supra sigue
siendo pertinente cuando se toma en cuenta que la demanda puede satisfa-
cerse parcialmente con importaciones, M, que no generan salarios ni utilidades
internos. La identidad ingresos-demanda se postula como:
(13)
donde Y representa el PIB (para simplicar se excluyen los pagos y las trans-
ferencias transfronterizos), C el consumo privado, I las inversiones, G el gasto
público en bienes y servicios, E las exportaciones y M las importaciones. Al
deducir los impuestos T del PIB, podemos utilizar la fórmula Yp = Y – T para
representar los ingresos privados disponibles:
(14)
Ahora podemos introducir la premisa crítica de que la orientación de la política
macroeconómica tiende a la austeridad scal. Para simplicar las ecuaciones al-
gebraicas adoptaremos una versión prudente de esta hipótesis, suponiendo un
presupuesto neutro, es decir G = T. Deniendo las exportaciones netas como
las exportaciones menos las importaciones (Z = E – M), obtenemos:
(15)
12 Otra opción sería dividir ambas partes por P. Si la parte correspondiente a las utilida-
des se dene como , esto da por resultado . Esta fórmula por lo general se
asocia con una función neoclásica del costo real, en que la regla del margen de utilidad se deriva
de la maximización de las utilidades en un marco de competencia monopólica; esto llevaría a una
regla de jación de precios con margen de utilidades semejante a la que se propone en este tra-
bajo (véase Walsh, 2003, págs. 232 y ss.)
Flexibilización y austeridad: una imprudencia peligrosa 13
En el supuesto de una austeridad scal moderada, el nivel de imposición scal
deja de ser una variable de política económica y podemos tomarnos la libertad de
considerar Y
p
como una expresión de la producción después de los impuestos o a
precio de mercado13. Así pues, para simplicar: X = Yp, donde X es la oferta total
de bienes y servicios privados (como supra). Este supuesto no modica nuestro
análisis, ya que los componentes de la demanda agregada tendrán un compor-
tamiento semejante una vez determinada la postura scal. Además, considera-
mos un único factor de deación de precios para cada economía, que también
se aplica a las importaciones, e ignoramos las uctuaciones del tipo de cambio14.
Tras denir el ahorro como S = X – C, la ecuación (15) pasa a ser:
S = I + Z (16)
A su vez, estas variables pueden representarse independientemente mediante
relaciones de comportamiento ampliamente aceptadas. Postulamos una fun-
ción simple de aceleración de las inversiones, coherente tanto con la función
de progreso técnico propuesta supra como con un conjunto de otras formu-
laciones de la oferta. Si representamos la economía mundial mediante dos
grupos de países o dos países (i, j), las exportaciones netas dependen de los
ingresos internos y externos y del costo relativo (que en este entorno es el
tipo de cambio real sin variaciones nominales); las importaciones de cada país
dependerán de los ingresos internos, y sus exportaciones, de los ingresos del
otro país15. Por último, postulamos que el ahorro es una fracción de los ingre-
sos por utilidades16. En términos analíticos:
(17)
(18)
(19)
donde g0 representa las inversiones autónomas, el parámetro de aceleración
y s la tasa de ahorro sobre los ingresos por utilidades. Según Taylor (1991 y
2004), e incorporando las ecuaciones (17) a (19) en la ecuación (16), obtene-
13 Una interpretación alternativa, considerando que G = T, sería Yp = Y – G X. En este
caso, X sería la oferta de bienes y servicios privados, siempre dejando de lado la cuestión scal.
14 Inicialmente, la hipótesis puede parecer extrema, pero todo el análisis que sigue puede
replicarse analítica y grácamente considerando las modicaciones en los tipos de cambio como
desplazamientos casi paralelos de las funciones de costos y de distribución.
15 Cabe destacar, como subrayó Francis Cripps en observaciones formuladas en relación con
una versión anterior del presente artículo, que la función de exportaciones netas depende en gran
medida de las estructuras económicas de cada país, incluido el nivel y la variación de los ingresos,
el capital disponible y, por supuesto, el grado de apertura. En el análisis que sigue es importante
tener en cuenta que los cambios institucionales en economías más pequeñas o relativamente ce-
rradas tendrían un efecto mucho más marginal en las variaciones de la demanda y de la distribu-
ción en el resto del mundo. Este aspecto se analiza especícamente infra.
16 El lector debe tener en cuenta que al dejar de lado los ahorros de los asalariados, hay
una mayor probabilidad de que una economía sea impulsada por los salarios, y no por las uti-
lidades. Precisamente por esto, el análisis infra contempla especícamente los casos impulsados
por las utilidades.
Revista Internacional del Trabajo
14
mos una función explícita de la demanda agregada en términos de capacidad
de producción y costos laborales unitarios17:
; donde (20)
Se entiende que la curva de la demanda agregada en el plano (u, ) puede
tener pendientes distintas en países diferentes, según si las variaciones de los
costos laborales unitarios tienen un efecto dominante en el consumo (a tra-
vés de los ingresos salariales totales) o en las inversiones y las exportaciones
netas. Los casos en que la demanda agregada está dirigida por los ingresos
salariales se denominan impulsados por los salarios. En ellos la curva de la
demanda tiene una pendiente positiva. En cambio, los casos impulsados por
las utilidades se reeren a las situaciones en que una reducción de los márge-
nes de utilidad o un aumento de los costos laborales unitarios tiene un efecto
predominantemente negativo en la demanda agregada porque se contraen las
inversiones y las exportaciones. Habida cuenta de los límites obvios del cre-
cimiento impulsado por las inversiones sin perspectivas sólidas de ventas en
algún lugar, las exportaciones netas tenderán a ser más sensibles en estos casos
que las inversiones, por lo que estos regímenes muchas veces son impulsados
por las exportaciones y la curva tiene una pendiente negativa.
En determinadas condiciones, estos sistemas pueden volverse inestables.
Un ejemplo plausible es el de una economía fuerte impulsada por los salarios,
donde un pequeño incremento (o caída) del componente salarial causa un gran
incremento (o caída) de la demanda agregada, mientras que un incremento
(o caída) relativamente pequeño de la utilización de la capacidad productiva
causa una fuerte presión sobre la distribución, que incrementa (o disminuye)
las reivindicaciones salariales. En estas condiciones relativamente restrictivas
(una curva de la demanda inelástica con una pendiente positiva frente a una
curva de la distribución con una pendiente positiva pronunciada), una pertur-
bación temporal que cause una disminución del componente salarial podría
hacer disminuir rápidamente la utilización de la capacidad de producción y
llevar el componente salarial a una espiral descendente. A continuación nos
centraremos en casos estables de economías impulsadas por los salarios o por
las exportaciones, en los que se aplican las siguientes condiciones de estabili-
dad en relación con la pendiente de las curvas18:
(21)
17 Para obtener la relación implícita entre u y , dividimos por K, reemplazamos u por X/K
y recordamos que la ecuación (11) implica que
.
18 Debemos esta observación a Francis Cripps y a Lance Taylor, quienes la formularon por
separado en relación con una versión anterior de nuestro artículo. La condición de estabilidad
ignora el caso «extremo» de una economía impulsada por los salarios en que la pendiente de la
curva de la distribución es mayor que la de la demanda, así como el caso «extremo» de una
economía impulsada por las utilidades en que la pendiente de la curva de la demanda es menos
negativa que la de la curva de la distribución.
Flexibilización y austeridad: una imprudencia peligrosa 15
El gráco 2 representa la dinámica de la demanda y de la distribución
en cada uno de estos regímenes cuando se aplican políticas de exibilización
laboral. Estas políticas generan un desplazamiento hacia abajo de la curva
costo-distribución, provocando movimientos hacia un nuevo estado estable a
lo largo de las curvas de la demanda de A a B. Por ahora el gráco no tiene
en cuenta las retroacciones a nivel internacional.
En un régimen impulsado por los salarios, du / d > 0, una reducción exó-
gena de los costos laborales unitarios causa una caída del consumo, lo cual en úl-
tima instancia lleva a una reducción de la demanda agregada neta. La economía
alcanza un nuevo estado estable en B, punto en el que tanto la utilización de la ca-
pacidad productiva como el componente salarial son inferiores a su nivel anterior.
En una economía impulsada por las exportaciones, du / d > 0, el creci-
miento de las exportaciones netas compensa el impacto negativo de la exibili-
zación sobre el componente salarial y el consumo, lo cual tiene un efecto neto
positivo en la demanda agregada. En el nuevo estado estable hay una mayor
utilización de la capacidad productiva, aunque el componente salarial sea menor.
No está claro si los casos como este de economías impulsadas por las exporta-
ciones existen realmente o son solo hipotéticos. Los amplios estudios empíri-
cos de Storm y Naastepad (2012) y de Galbraith (2012) sobre los países de la
OCDE y algunos países en desarrollo importantes conducen a pensar que los
regímenes impulsados por las exportaciones son raros o mal identicados como
tales, en el sentido de que deben su buen desempeño a factores distintos de la
exibilización del mercado de trabajo, como la política industrial, el desarrollo
de la infraestructura o la diversicación regional, entre otros19.
19 Como nos sugirió Matías Vernengo en un comentario, los Estados Unidos tal vez sean
un caso de crecimiento impulsado por la deuda, en el que la compresión de los salarios puede
conducir a un incremento de la demanda si el endeudamiento crece a un ritmo más rápido. Este
caso podría incorporarse a nuestro marco analítico reformulando la función del ahorro (consumo)
para incluir el crecimiento del endeudamiento, como hicieron Godley (1999) y sus colaborado-
res en estudios sucesivos.
Gráco 2. Dinámica de la demanda agregada y de la distribución en economías
impulsadas por los salarios y en economías impulsadas
por las exportaciones, omitiendo las retroacciones a nivel internacional
Economías impulsadas por los salarios Economías impulsadas
por las exportaciones
A
A
BB
Revista Internacional del Trabajo
16
A largo plazo, la economía mundial estará impulsada
por los salarios
Utilizaremos el marco analítico expuesto anteriormente para examinar la eca-
cia de las políticas de exibilización laboral en un contexto mundial de austeri-
dad scal. Primero analizaremos el caso de que sea un solo país el que adopte
políticas de exibilización (es decir, que sus interlocutores comerciales no lo
harán). Posteriormente, abordaremos los casos en que las políticas de exibi-
lización se «contagian» a los interlocutores comerciales y llevan a un proceso
de nivelación a la baja en el que todos los países procuran obtener ventajas
competitivas rebajando las normas del trabajo.
Flexibilización laboral en un solo país
Según las deniciones establecidas supra, es evidente que en las economías
impulsadas por los salarios, las políticas de exibilización destinadas a reducir
los costos laborales unitarios conducen a una contracción neta de la demanda
agregada aun si aumentan las exportaciones netas. Solían plantear este pro-
blema los economistas y dirigentes políticos que se oponían a los programas
de ajuste estructural promovidos por las instituciones de Bretton Woods adu-
ciendo que las devaluaciones tendrían efectos netos expansivos. En economías
que están claramente impulsadas por los salarios, las políticas de exibilización
del mercado de trabajo que provocan reducciones exógenas del componente
salarial se traducen en una contracción de la demanda, no solo de productos
internos sino también de productos importados, lo cual afecta a los interlocu-
tores comerciales. Podría darse un caso tal vez más interesante si una economía
impulsada por los salarios reaccionara con una apreciación real de su moneda
tras la disminución inicial de su competitividad externa provocada por las re-
ducciones de los costos laborales de sus principales interlocutores comercia-
les20. Si la economía en cuestión está rmemente impulsada por los salarios,
una apreciación sucientemente importante de la moneda puede compensar
la pérdida comercial inicial por medio del aumento de los salarios reales y el
componente salarial, impulsando así considerablemente la demanda interna.
No obstante, a lo largo del tiempo esta economía acumulará una deuda externa
insostenible, cuya reabsorción ha demostrado ser problemática. En suma, las
economías impulsadas por los salarios deben abstenerse de tratar de obtener
benecios a corto plazo que alteren su pauta de crecimiento.
Evaluar los efectos denitivos de las políticas de exibilización laboral
adoptadas por las economías supuestamente impulsadas por las exportaciones
es menos evidente21. En principio, una economía impulsada por las exporta-
ciones puede beneciarse de una reducción de los costos laborales pero pa-
20 Damos las gracias a Lance Taylor por señalar este caso a nuestra atención.
21 Como se observó supra, varios estudios empíricos señalan la falta de datos sucientes
y dedignos que demuestren la existencia de regímenes impulsados por las exportaciones, pero
supondremos su verosimilitud y deduciremos las implicaciones analíticas en un entorno mundial.
Flexibilización y austeridad: una imprudencia peligrosa 17
decer asimismo las retroacciones que su política tendrá en sus interlocutores
comerciales, cuyos ingresos y demanda se verán debilitados. Para investigar
estos casos, hemos incluido en el modelo una condición suplementaria de equi-
librio comercial, concretamente la idea de que a nivel mundial los superávits
de exportación de algunos países se compensan con los superávits de importa-
ción de otros. En un esquema de dos países, el benecio externo neto de uno
de ellos, debido por ejemplo a una reducción de los costos laborales, corres-
ponderá a una pérdida neta equivalente de su interlocutor comercial, es decir:
(22)
Ahora podemos expresar nuestro postulado central: cuando se tienen debida-
mente en cuenta las retroacciones a escala mundial, desaparecen los benecios
potenciales de reducir los costos laborales para aumentar la competitividad
de las exportaciones. El concepto intuitivo básico de nuestro análisis recuerda
el «problema de la agregación» planteado por J. M. Keynes, Joan Robinson,
Nicholas Kaldor y otros. El superávit comercial logrado por una economía
mediante la reducción de los costos laborales tiene un doble impacto en la
economía mundial a nivel agregado. En primer lugar, provoca en los interlo-
cutores comerciales una disminución de los ingresos netos por exportaciones
que a su vez genera una disminución de los salarios reales, ya que las reivin-
dicaciones salariales de los trabajadores se debilitan debido a la menor utili-
zación de la capacidad productiva. En segundo lugar, la contracción en estas
economías menos competitivas se propaga a la economía más competitiva. A
medida que disminuyen los ingresos en las primeras, también lo hacen sus im-
portaciones, con lo que se socavan los benecios iniciales de la exibilización
en la segunda. Además, la reducción endógena de los costos laborales en las
economías menos competitivas puede traducirse en reducciones subsiguientes
de los costos en las economías que tienen éxito, menoscabando aún más la de-
manda interna en estas últimas y exacerbando la contracción. Con el tiempo,
la reducción de los ingresos procedentes del trabajo y la caída de la demanda
en todas las economías será superior al aumento inicial de las exportaciones
netas, llevando a una pérdida neta de demanda agregada. En otras palabras,
cualquier régimen impulsado por las exportaciones terminará impulsado por
los salarios debido a la lógica y al peso de su propia dinámica.
El gráco 3 ilustra bien esta dinámica mediante una representación sim-
plicada de la economía mundial compuesta por dos países impulsados por las
exportaciones. Suponiendo que inicialmente el sistema se encuentre en un es-
tado estable (A1, A2), analizamos qué sucede cuando el país 1 adopta una po-
lítica de exibilización laboral con la consiguiente reducción del componente
salarial. Al igual que en el gráco 2, a medida que se aplica esta política au-
menta la demanda de exportaciones, lo cual favorece una mayor utilización de
la capacidad productiva según la ecuación (20). El país 1 estará en situación de
equilibrio local en B1, con una utilización de la capacidad productiva superior
y unos costos laborales unitarios inferiores. Sin embargo, a diferencia de lo que
Revista Internacional del Trabajo
18
se observaba en el caso de un solo país ilustrado en el gráco 2, de la ecua-
ción (22) se desprende que el país 2 experimentará una reducción de las ex-
portaciones netas que conducirá a un punto como B2. Este punto entraña una
pendiente más pronunciada de la curva de la demanda, según la ecuación (20),
porque ahora se requiere una mayor reducción de los costos laborales para
alcanzar un determinado incremento de la capacidad productiva. En los pun-
tos B1 y B2 la magnitud de la variación inicial en la producción de cada país
depende de la elasticidad del ahorro, las exportaciones netas y las inversiones,
así como de sus multiplicadores. En general, no hay razón para pensar que la
disminución de la utilización de la capacidad productiva en un país tenga que
ser igual a su aumento en el otro, por lo que el nivel de utilización global de
la capacidad no tiene por qué mantenerse.
El problema, sin embargo, está lejos de terminar aquí, pues B
2
no es un
punto estable a nivel local para el país 2. Habida cuenta de que la curva de
su distribución, que viene determinada por sus instituciones, no ha cambiado,
la menor utilización de su capacidad productiva conduce a presiones dea-
cionarias, según la ecuación (9). Los costos laborales unitarios bajan enton-
ces a partir de B2 hacia la curva de distribución del estado estable del país 2
hasta que este encuentra un nuevo equilibrio local en C2 con condiciones
comerciales relativamente menos desventajosas, con lo que el país 2 consi-
gue un aumento de las exportaciones netas. Las consiguientes pérdidas de
las exportaciones netas del país 1 lo llevan a C1, lo que implica que la dismi-
nución de los costos laborales unitarios del país 2 (de B2 a C2) causa una ro-
tación de la curva de la demanda del país 1, que adopta una pendiente más
pronunciada. Dado que C1 no es localmente estable, las presiones deacio-
narias provocan un movimiento a lo largo de la nueva curva de la demanda
Gráco 3. Evolución de la demanda agregada y de la distribución en regímenes
impulsados por las exportaciones teniendo en cuenta los fenómenos
de retroacción a nivel mundial
País 2
(impulsado por las exportaciones) País 1
(impulsado por las exportaciones)
A2B2
C2D2
F2
G2F1
G1
D1
C1
B1
A1
Flexibilización y austeridad: una imprudencia peligrosa 19
hacia D1, punto en que el país 1 obtiene de nuevo una ventaja competitiva
respecto del país 2 (que estaba en equilibrio local en C2). El proceso se per-
petúa en una espiral descendente de contracción de la producción, reduc-
ción del componente salarial y aumento del desempleo. De este modo, no
puede existir un estado mundial de estabilidad porque los sucesivos ajustes
de cada país perturban la estabilidad del otro y, en las condiciones de aus-
teridad scal supuestas, los gobiernos no pueden aumentar el gasto público
para frenar de forma exógena la caída de la demanda agregada. Cabe desta-
car que a medida que este proceso avanza, ambas economías dejan de estar
impulsadas por las exportaciones.
Este modelo brinda una interpretación de la evolución de la situa-
ción de Alemania con respeto a sus principales interlocutores comerciales,
es decir, el resto de la Unión Europea. El país sufrió un revés importante
cuando se contrajo la demanda mundial durante la crisis de 2008-2009. Pos-
teriormente, el comercio mundial se recuperó de forma más rápida y rme
que otros indicadores: tras una contracción aproximada del 10 por ciento en
2009, el volumen del comercio aumentó casi el 14 por ciento en 2010. Este
estímulo externo, junto con las medidas de protección del empleo adoptadas,
los efectos de los estabilizadores automáticos y otros incentivos contribu-
yeron a la recuperación del crecimiento del PIB y del empleo en Alemania
(véase Naciones Unidas, 2010). No obstante, la divergencia reciente en cuanto
a las tasas de crecimiento del PIB y el empleo entre Alemania y los países
de la zona del euro afectados por la crisis de la deuda ha llevado a algunos
analistas a describir el caso de Alemania como un ejemplo del éxito de la
exibilización del mercado de trabajo y del crecimiento impulsado por las
exportaciones. En efecto, los principales impulsores del crecimiento del país
han sido las inversiones y las exportaciones en y hacia los demás países de la
zona del euro, China y Federación de Rusia. Cierto es asimismo que, a pesar
de sus políticas activas de protección del empleo y de sus estabilizadores au-
tomáticos durante la crisis, el mercado de trabajo alemán viene siendo objeto
de una importante exibilización desde mediados de la década de 1990, que,
dicho sea de paso, se ha traducido en un marcado aumento de la desigual-
dad (OCDE, 2011). Sin embargo, según el análisis propuesto supra, este éxito
ejemplar podría durar muy poco, y de hecho ciertos datos recientes sugieren
que los benecios de la estrategia alemana podrían no ser sostenibles, ya que
la debilidad de las economías de sus interlocutores comerciales reducirá la
demanda de importaciones procedentes de Alemania. En el último trimes-
tre de 2011, después de diez trimestres positivos, el PIB alemán se contrajo
y el ritmo de crecimiento del empleo comenzó a invertir su tendencia. En el
segundo trimestre de 2012 el país registró una pérdida neta de 19.000 pues-
tos de trabajo. A pesar de que las perspectivas son aún inciertas y de que la
economía alemana tiene un mejor desempeño que el de sus interlocutores
comerciales de la zona del euro, es improbable que recobre un ritmo rme
mientras la región en su totalidad no abandone la austeridad scal y consiga
estabilizar el crecimiento del empleo y la demanda.
Revista Internacional del Trabajo
20
Nivelación a la baja
¿Sería distinto el resultado si el país impulsado por las exportaciones tuviera
como interlocutor a un país impulsado por los salarios? Aparentemente no,
pues el proceso se origina por un desplazamiento inicial de la curva de la dis-
tribución del país 1 y se perpetúa con los cambios sucesivos en las curvas de
la demanda de ambos países, sea cual fuere la pendiente de la curva de la de-
manda del país 2. Sin embargo, merece la pena analizar un caso semejante,
que ilustramos en el gráco 4.
A diferencia del caso anterior, en una economía impulsada por los sa-
larios la pendiente de la curva de la demanda es positiva. Suponiendo una
disminución exógena de los costos laborales en el país 1, la utilización de la
capacidad productiva del país 2 descenderá, como en el caso anterior (de man-
tenerse sin cambios los demás factores, como la curva de la distribución). A
partir de la situación transitoria (B
1
, B
2
), el país 2 experimentará presiones de-
acionarias y su economía se dirigirá hacia C2 a lo largo de la nueva curva de
la demanda, cuya pendiente se acentuará a causa de la depreciación relativa
de la moneda en el país 1. Esta situación tiene un efecto contractivo mayor
que la transición del caso anterior, porque aun si el país 2 lograra de alguna
forma compensar la devaluación competitiva del país 1, los multiplicadores tí-
picos de su economía impulsada por los salarios amplicarían la perturbación
inicial con mayores pérdidas de demanda interna. Además, el país 2 podría
seguir el ejemplo del país exportador que tuvo éxito y exibilizar también el
mercado de trabajo, desencadenando así la espiral negativa que conlleva toda
nivelación a la baja. Actualmente son habituales las situaciones de este tipo:
forzados por las circunstancias o en un intento de recuperar la competitivi-
Gráco 4. El caso de una economía impulsada por las exportaciones que busca
ganancias netas derivadas de las exportaciones aumentando
su competitividad respecto de las economías impulsadas
por los salarios del «resto del mundo»
País 2
(impulsado por los salarios) País 1
(impulsado por las exportaciones)
A2
B2
C2
C2
D1
C1
B1
A1
D2
Flexibilización y austeridad: una imprudencia peligrosa 21
dad perdida, los exportadores con menos «éxito» recurren a la rebaja de los
derechos laborales y a la reducción de los salarios mínimos y otras garantías
para los trabajadores22. Una reacción de este tipo generaría un cambio des-
cendente de la curva de la distribución del país 2, como muestra el gráco 4,
que a su vez provocaría un cambio en la curva de la demanda de C2 a C2. En
ese punto, la disminución de la producción global y del componente salarial
en el país 2 son aún mayores, lo cual provoca un desplazamiento importante
en la curva de la demanda del país 1 hacia C1. Durante el proceso de restable-
cimiento de un nuevo equilibrio, el país 1 se desplaza a lo largo de una curva
de la demanda más pronunciada hacia el nuevo equilibrio local en que .
No obstante, puede suponerse que las respuestas mercantilistas continúen y
que el nuevo equilibrio se encuentre en D1, en el punto distributivo . El
resultado de esta nivelación a la baja es una espiral recesiva acelerada sin nal
a la vista, ya que no puede recurrirse a políticas scales anticíclicas. Además,
la economía del país 1 terminará impulsada por los salarios más rápidamente
que en el caso anterior debido a las respuestas mercantilistas sucesivas y a la
estructura impulsada por los salarios del país 2.
Este caso recuerda el enfoque adoptado por los países afectados por
la crisis de la deuda en la zona del euro que, para afrontar las dicultades -
nancieras y económicas, no pueden recurrir ni a la exibilidad de los tipos de
cambio ni a políticas monetarias autónomas y se ven confrontados a un inter-
locutor comercial impulsado por las exportaciones cuyo mercado de trabajo
es cada vez más exible. Las políticas adoptadas por esos países han consistido
en reducciones drásticas del gasto público y en una reorientación expeditiva
hacia la exibilización laboral, es decir, desmantelamiento del sistema de ga-
rantías laborales y recorte considerable de los salarios en un intento de resta-
blecer la competitividad externa. Como anticipa el análisis propuesto supra,
este proceso ya habitual de nivelación a la baja ha agravado la recesión y ha
provocado un desempleo generalizado en esos países; lo más probable es que
también exacerbe la tendencia a la exibilización en Alemania. Recientemente
ha empezado a reconocerse que, de continuar con la sucesión de medidas de
exibilización y de austeridad scal, las perspectivas de la región empeorarán,
por lo que ya comienzan a oirse voces que deenden un cambio hacia políti-
cas favorables al crecimiento.
Reservas potenciales al análisis expuesto
El examen de todos estos casos nos proporciona una respuesta general a la
pregunta planteada en la ecuación (3), a saber, si es posible que la ganancia de
empleo obtenida en las economías más competitivas compense las pérdidas de
22
En nuestra opinión, este ejemplo recuerda demasiado lo que está sucediendo actualmente
en Europa, donde los países con economías en general impulsadas por los salarios están aplicando
reformas laborales, como las mencionadas en el primer apartado de este artículo, destinadas a
salvar la distancia competitiva que los separa de sus vecinos exportadores con más éxito, ya que
no tienen otro recurso para estimular la demanda, en vista de la austeridad scal sincronizada.
Revista Internacional del Trabajo
22
empleo en las economías menos competitivas, de forma que no disminuya la
relación empleo-población global. Para que las reducciones de los costos labo-
rales se traduzcan en un mayor nivel de empleo mundial, la producción mun-
dial debe incrementarse a un ritmo superior al de la productividad laboral en
algunas economías; en suma, el crecimiento de la producción y la creación de
empleo en economías en expansión deben ser más rápidos que la contracción
y la pérdida de empleo en economías menos competitivas. Nuestra conclusión
es inequívoca. Sin la posibilidad de expansión scal y partiendo de supuestos
realistas de la dinámica de la distribución y de la demanda efectiva, las políti-
cas de exibilización llevarán, tarde o temprano, a una contracción de la pro-
ducción mundial. Además, los benecios iniciales obtenidos por las economías
más competitivas serán, en el mejor de los casos, de corta duración.
Admitimos, sin embargo, que pueden formularse ciertas reservas a nues-
tro análisis y a su conclusión. Primero, se trata de un análisis agregado, que
además carece de precisión en lo que respecta a la cronología de los fenó-
menos. Sin embargo, si suponemos que ningún otro factor intervendrá en el
proceso, la cronología y la velocidad del ajuste no afectarán al resultado nal.
En lo que respecta al nivel de agregación, la descomposición propuesta en la
ecuación (3) podría aplicarse fácilmente a un modelo de dos países y repli-
carse a nivel sectorial en cada país con resultados similares. Después de todo,
el falso remedio de la exibilización laboral se maniesta de por sí como un
problema de generalización, por lo que el análisis agregado es pertinente para
la investigación. Ello queda demostrado por las experiencias nacionales con-
cretas de exibilización, que pueden parecer satisfactorias durante un tiempo
y, sin embargo, ese éxito transitorio probablemente se deba a una combinación
de medidas de impulso económico más que a los propios recortes salariales.
En segundo lugar, no hemos considerado la posibilidad de que los paí-
ses que hacen frente a pérdidas de exportaciones netas puedan sostener la
demanda de importaciones recurriendo a un mayor endeudamiento o a la
venta de activos. Mediante el desahorro o el endeudamiento estas economías
podrán mantener las importaciones y evitar durante algún tiempo que su si-
tuación repercuta en sus interlocutores comerciales (véase la nota 19 supra).
En efecto, el proceso que desencadenó la crisis mundial reciente puso en evi-
dencia que, cuando una economía disfruta de una posición privilegiada en el
mercado nanciero mundial, puede recurrir a préstamos compensatorios du-
rante mucho tiempo (Cripps, Izurieta y Singh, 2011). No obstante, a medida
que la deuda se acumula, esta estrategia se vuelve insostenible. Por otro lado,
la alternativa de la venta de activos para sostener la demanda puede resultar
fácilmente desestabilizadora.
En tercer lugar, dado que nuestro modelo explicativo de esta dinámica
se basa en una representación del mundo reducida a dos países, corremos el
riesgo de pasar por alto casos de economías impulsadas por las exportaciones
de pequeña envergadura cuyo comportamiento no afecte a la distribución en
el resto del mundo. Sin embargo, cabe plantear a este respecto una cuestión
inherente a la tesis de la falacia de composición, a saber, que en el mundo mo-
Flexibilización y austeridad: una imprudencia peligrosa 23
derno una estrategia satisfactoria concebida por un país, por pequeño que sea,
probablemente sea replicada por otros países, pequeños y grandes23. Por con-
siguiente, sería un error considerar una economía de este tipo aisladamente.
Además, la difusión relativamente rápida de los adelantos tecnológicos a las
pequeñas economías en desarrollo facilitará aún más la convergencia de las
estrategias impulsadas por las exportaciones (Patnaik, 2010).
En cuarto lugar, los adelantos técnicos asociados a la industrialización rá-
pida podrían acentuar las ventajas en términos de exportaciones netas y soste-
ner así a los exportadores que tienen éxito durante un período bastante largo.
Esta cuestión fue planteada desde la perspectiva analítica por Taylor (1991)
y desde la empírica por Razmi y Blecker (2006), y se ha examinado muchas
veces en la literatura sobre desarrollo, especialmente por los defensores de la
liberalización del comercio. La abordamos a continuación.
Dinámica mundial de la distribución y de la demanda
con tecnologías de rendimientos crecientes a escala
Kaldor cuestionó la tesis de la ventaja comparativa que había dominado la teo-
ría del comercio internacional desde David Ricardo. En su conferencia «The
effects of competition» (Los efectos de la competencia) argumentó que «si se
elimina la hipótesis de los costos constantes […] habida cuenta de […] los ren-
dimientos crecientes resultantes de las economías de escala, el supuesto (de
que el volumen total de empleo no es menor después de la apertura del comer-
cio) no se verica» (1984, pág. 61). En el apartado anterior demostramos que
disminuir los costos laborales unitarios para obtener una ventaja competitiva
internacional podría llevar en última instancia a una caída de la producción
y del empleo mundiales, incluso con rendimientos constantes a escala en la
industria. Siguiendo el análisis de Kaldor, el razonamiento se aplica aún más
en el caso de rendimientos crecientes a escala. Lo cierto es que ni Kaldor ni
los economistas del desarrollo niegan la posibilidad de que conquistar nue-
vos mercados gracias a los intercambios con rendimientos crecientes a escala
puede impulsar el crecimiento en determinadas circunstancias. Pero los teó-
ricos del libre mercado y los partidarios de exibilizar el mercado de trabajo
para sostener el crecimiento hacen caso omiso de las objeciones de Kaldor.
La primera de ellas se deriva del principio de «causación circular acumula-
tiva» de Gunnar Myrdal, según el cual «a causa de los rendimientos crecientes
de la industria, los éxitos generan nuevos éxitos y los fracasos engendran más
fracasos» (Kaldor, 1984, pág. 64). En segundo lugar, Kaldor señala que la idea
keynesiana de que el multiplicador del comercio exterior puede llevar a la eco-
nomía hacia el pleno empleo se basaba en el supuesto de que «el comercio ex-
terior de países principalmente exportadores de manufacturas (lo que implica
tecnologías con rendimientos crecientes a escala) llega a un equilibrio por los
23 Esta observación fue formulada por Jayati Ghosh en un comentario acerca de una ver-
sión anterior de este artículo.
Revista Internacional del Trabajo
24
cambios en los niveles de producción y de empleo, y no por los cambios en
los precios relativos de exportaciones e importaciones» (Kaldor, 1984, pág. 67).
Abordaremos aquí la primera de estas objeciones, a n de demostrar que,
si bien el principio de causación circular acumulativa asegura mayores bene-
cios iniciales para los exportadores competitivos en virtud de los rendimientos
crecientes a escala, los efectos de retroacción a nivel mundial pueden invertir
la tendencia, lo que quiere decir que tanto el éxito como el fracaso generarán
fracaso. En nuestras conclusiones abordaremos la segunda objeción, que in-
duce a pensar que el reequilibrio comercial se logra mejor mediante políticas
que actúan sobre la demanda que mediante ventajas competitivas impulsadas
por los precios.
Según Taylor (1991), denimos la producción con rendimientos crecien-
tes a escala mediante una función que no solo depende de los costos variables
(trabajo) sino también de los costos jos:
Costo (23)
en que
σPK
representa el costo marginal del capital y
σ
PK
también puede inter-
pretarse como indicador indirecto de los gastos generales de mano de obra24.
Para que las tecnologías con rendimientos crecientes a escala sean al menos
tan rentables como las de rendimientos constantes, la relación entre trabajo y
producción del país 1 debe ser superior a la del país 2 (b2 < b1).
Como en el caso de que los rendimientos sean constantes, siempre que
el aumento de la producción siga al de la demanda (utilización mayor de la
capacidad productiva), la tasa de utilidad, , tiende a aumentar:
(24)
(25)
La derivación de la curva de la demanda es la que hemos indicado, con la sal-
vedad de que la utilización de la capacidad de producción depende también
de los costos marginales del capital, y los costos laborales unitarios son ahora
diferentes para los distintos valores del salario real,
25:
(26)
Después de estos cambios, en un régimen impulsado por las exportaciones la
pendiente de la curva de la demanda es menos pronunciada, lo cual signica
que la economía se vuelve aún más dependiente de las exportaciones después
de la adopción de tecnologías con rendimientos crecientes a escala (véase el
gráco 5).
Suponiendo que la tecnología esté disponible de inmediato en una es-
tructura de producción globalizada (Patnaik, 2007), los empresarios que aún
trabajen con tecnologías con rendimientos constantes adoptarán las de rendi-
24 Como demostró Lavoie (1992) utilizando una formulación ligeramente distinta.
25 Sin pérdida de generalidad del modelo, hemos dejado de lado el ahorro a partir de los
salarios.
Flexibilización y austeridad: una imprudencia peligrosa 25
mientos crecientes si la tasa de rentabilidad asociada con estas últimas es por
lo menos igual a la de las primeras:
(27)
Así pues, los rendimientos crecientes a escala son factibles si los salarios rea-
les y/o la tasa de utilización de la capacidad productiva son sucientemente
elevados. Grácamente, las opciones viables son las que se encuentran por en-
cima de la hipérbola denida en el plano (u, ):
(28)
Ahora podemos evaluar las repercusiones de las políticas de exibilización
laboral. Partiendo de economías impulsadas por las exportaciones, observare-
mos los efectos de un país que adopta tecnologías con rendimientos crecien-
tes a escala.
En el gráco 6 suponemos un estado inicial estable (A1, A2) en que
ambas economías utilizan tecnologías de rendimientos constantes a escala.
Podemos postular que las políticas mercantilistas que reducen los costos la-
borales unitarios en el país 1 pueden provocar un incremento sucientemente
elevado de la utilización de la capacidad productiva como para hacer viables
las tecnologías de rendimientos crecientes, según la ecuación (27). En este caso,
la economía no se mantendrá en el punto de equilibrio local B1, sino en B1
,
pues la curva de la demanda se desplazará hacia arriba y se aplanará. Hasta
ese punto, la mejora corrobora el principio de causación circular acumulativa,
que se maniesta por las sinergias entre el aumento de la productividad (me-
nores costos laborales unitarios), las nuevas inversiones y la competitividad
de las exportaciones. Sin embargo, a escala mundial, incluso este logro será
efímero. Como en el caso anterior, la caída de las exportaciones netas y los
efectos negativos multiplicados en relación con la utilización de la capacidad
productiva en el país 2 hacen que la curva de su demanda agregada adopte
una pendiente más fuerte y que la economía se desplace hacia B2 y luego a C2.
Gráco 5. Evolución de la curva de la demanda en una economía impulsada
por las exportaciones tras la adopción de tecnologías con rendimientos
crecientes a escala
Economía impulsada por las exportaciones
CRS IRS
Revista Internacional del Trabajo
26
Dado que el país 1 ahora hace frente a costos laborales unitarios mayores que
el país 2, los benecios competitivos desaparecen gradualmente, causando una
rotación exógena hacia la izquierda de la curva de la demanda de tecnologías
con rendimientos crecientes a escala del país 1. Partiendo de C1, esta econo-
mía se desplazará a lo largo de la curva de la demanda a un nuevo estado es-
table en D1. La ventaja competitiva del país 1 lleva a una nueva perturbación
del comercio en el país 2 que causa nuevas reducciones de la utilización de la
capacidad productiva y de los costos laborales, que se retroalimentan. El pro-
ceso lleva a una contracción global y, sin una política scal anticíclica, no hay
forma de evitar la espiral descendente. Además, a medida que evoluciona este
proceso, el país 1 llega a un punto en que las tecnologías con rendimientos
crecientes a escala dejan de ser viables aunque ya estén instaladas. Si exclui-
mos la posibilidad de volver a utilizar las tecnologías anteriores, algo que la
mayoría de los economistas del desarrollo considera impracticable, tras cierto
tiempo el éxito se convierte en fracaso.
Razmi y Blecker (2006) analizan este proceso empíricamente agrupando
a los países en desarrollo en exportadores de manufacturas de baja y alta tec-
nología (es decir, con rendimientos constantes y crecientes, respectivamente).
Los productores de manufacturas de los países en desarrollo suelen competir
entre sí, aunque en algunos casos lo hacen con productores de países desarro-
llados. Si compiten entre sí, en mercados tanto de baja como de alta tecnología,
los esfuerzos por aumentar la competitividad por medio de una devaluación o
de la represión de los salarios afectarán al crecimiento impulsado por las ex-
portaciones de sus competidores y, en última instancia, frenarán el crecimiento
de todos. En particular, los exportadores de productos manufacturados de alta
tecnología podrían quedar expuestos a una creciente competencia de precios y
Gráco 6. Dinámica de la producción y de la distribución en una economía
impulsada por las exportaciones que compite mediante recortes
salariales y tecnologías con rendimientos crecientes a escala
País 2
(impulsado por las exportaciones) País 1
(impulsado por las exportaciones)
A2
B2
C2D1
C1
B1
A1
D2
B1
IRS
IRS
CRS
IRS
Flexibilización y austeridad: una imprudencia peligrosa 27
correr el riesgo de perder participación de mercado después de la instalación
de tecnologías de ahorro de mano de obra. En cuanto a los pocos países en
desarrollo cuyos productores compiten con fabricantes de países desarrolla-
dos, el crecimiento de sus exportaciones se verá restringido por el crecimiento
limitado de la demanda en estos últimos. En suma, los países en desarrollo se
enfrentarán, en su conjunto, a la caída de la demanda en los mercados de pro-
ductos de los países adelantados, lo cual podría llevarlos a una subutilización
de su capacidad. Se podría considerar que algunos países han eludido este pro-
blema, de los cuales China es el ejemplo más obvio. Sin embargo, la economía
china tiene características distintas de las de nuestro modelo. En primer lugar,
el papel planicador del sector público y su comportamiento anticíclico dis-
tan mucho de la postura de austeridad scal que hemos adoptado en nuestro
análisis como supuesto. En segundo lugar, las exportaciones netas de China
contribuyen mucho menos a su crecimiento que sus inversiones. Independien-
temente de estas salvedades, tanto los dirigentes chinos como otros observa-
dores están de acuerdo en que el eje de la política económica china debería
desplazarse de las inversiones y las exportaciones al consumo interno a n de
evitar que el país sufra los riesgos del debilitamiento inminente del modelo
impulsado por las exportaciones.
Observaciones nales: políticas de la demanda
coordinadas para crear empleo
En este artículo hemos propuesto una representación analítica de un problema
planteado ya por los fundadores de la economía del desarrollo, representación
que permite explicar los datos empíricos a los que hemos hecho referencia.
Nuestra conclusión principal es que exibilizar el mercado de trabajo para in-
crementar el empleo gracias a un crecimiento impulsado por las exportaciones
es una política abocada al fracaso, especialmente si la austeridad scal impide
a los gobiernos actuar para compensar la reducción de la demanda mundial.
En los regímenes impulsados por los salarios, la exibilización tiene efec-
tos recesivos tanto a corto como a largo plazo, porque la disminución de la
demanda causada por un menor consumo (debido a los salarios más bajos)
es mayor que los benecios previstos de las exportaciones. Esta política tam-
bién está destinada al fracaso en los países impulsados por las exportaciones,
pues, a pesar de los efectos iniciales positivos que puede tener, la contracción
de los ingresos y del empleo (por consiguiente, también del consumo) en los
interlocutores comerciales repercute nalmente en la economía que trataba
de mejorar su competitividad. Por último, hemos argumentado que la exi-
bilización es recesiva aun en los países que pueden adoptar tecnologías con
rendimientos crecientes a escala. Pese al hecho de que los benecios iniciales
pueden ser mayores, lo cual ralentizará el retorno a una menor utilización de
la capacidad productiva y el descenso de los salarios, los efectos retroactivos
sobre la demanda mundial terminarán por imponerse y el proceso de contrac-
ción se reanudará como en los demás supuestos, con el agravante de que, en
Revista Internacional del Trabajo
28
este caso, la economía que exporta con éxito también deberá sufragar en un
momento dado el costo de las tecnologías con rendimientos crecientes a es-
cala, que dejarán de ser económicamente viables.
A estas hipótesis habría que añadir que si todos los países emprenden
una exibilización competitiva de sus respectivos mercados de trabajo, los
efectos recesivos se verán exacerbados. En la práctica, la fuerza de los efectos
de contagio variará de un país a otro según los niveles de empleo, la dotación
de capital jo, la capacidad de incorporar nuevas tecnologías, la estructura del
mercado y, sobre todo, la voluntad de los dirigentes políticos de adoptar me-
didas de exibilización competitiva. No obstante, con el tiempo, los los bene-
cios iniciales se convertirán irremediablemente en pérdidas.
En el momento de escribir este artículo, la convergencia de múltiples po-
líticas amenaza la recuperación de la crisis nanciera, y las grandes economías
ya están haciendo frente a los consabidos problemas del sobreendeudamiento
persistente y de la merma de la riqueza. Por un lado, en muchos de estos países
el giro radical de la política scal ha generado despidos en masa, con efectos
multiplicadores profundos en todos los países. Por el otro, la presión a favor
de la exibilización de los mercados de trabajo, con objeto de fomentar el cre-
cimiento impulsado por las exportaciones, llevará en última instancia a la re-
ducción del consumo, las exportaciones netas y el empleo.
De nuestro análisis puede inferirse fácilmente una política alternativa
basada en los principios de Keynes y de algunos de sus contemporáneos y en
consonancia con los resultados de estudios recientes (Davidson, 2002; Palley,
2012; Taylor, 2010; UNCTAD, 2010 y 2011b; Naciones Unidas, 2011 y 2012).
Keynes propugnó la moderación en las relaciones comerciales y puso en guar-
dia contra las «políticas radicales» que pueden conducir a una «competencia
internacional sin sentido», «perjudicial para todos por igual» (1936, págs. 338-
339). Sugirió que los países adoptaran una combinación de políticas monetarias
expansionistas y «un programa nacional de inversiones dirigido a obtener un
nivel óptimo de empleo interno, que tiene el doble benecio de ayudarnos a
la vez que ayudamos a nuestros vecinos» (pág. 349). Además, en su propuesta
formulada en Bretton Woods para el establecimiento de una cooperativa de
ahorro y crédito (unión bancaria) internacional, Keynes insistió en que la
responsabilidad de resolver los desequilibrios externos recaía principalmente
en los países que tenían excedentes, cuyos dirigentes deberían procurar am-
pliar la demanda interna. Lo cierto es que esta tarea puede lograrse más fá-
cilmente que su alternativa, es decir, que los países deudores compriman su
demanda interna y amplíen la oferta (véase, por ejemplo, Pérez-Caldentey y
Vernengo, 2012).
La alternativa propuesta puede inferirse fácilmente a partir de nuestros
grácos: la combinación de políticas de ingresos y de inversiones públicas y
privadas (lo cual corresponde bien a una política industrial típica) daría por
resultado una dinámica que llevaría las curvas de la demanda hacia arriba. La
coordinación de las políticas a nivel internacional es particularmente impor-
tante para emprender una senda de recuperación sostenible y exige irremedia-
Flexibilización y austeridad: una imprudencia peligrosa 29
blemente orientarse hacia un modelo más equilibrado de demanda interna, a la
progresión de los salarios y a medidas de protección social adecuadas para ga-
rantizar la seguridad de los trabajadores como base para un mundo más justo,
como expresó Vos (2010, pág. 143). Después del fracaso por omisión de los di-
rigentes políticos en la gestión de la crisis, correr el riesgo de asociar austeri-
dad y regresión salarial es una imprudencia que el mundo no puede permitirse.
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