Una nueva fase en la lucha Internacional contra el Tabaquismo: La entrada en vigor del convenio marco para el control...

AuthorJosé Roberto Pérez Salom y Begoña Palanca Valera
Pages1017-1023

Una nueva fase en la lucha Internacional contra el Tabaquismo: La entrada en vigor del convenio marco para el control del Tabaco

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El 21 de mayo de 2003, la quincuagésima sexta Asamblea de la Organización Mundial de la Salud (OMS) adoptó el primer convenio internacional contra el tabaquismo, el Convenio Marco para el Control del Tabaco (CMCT). El CMCT entrará en vigor el 28 de febrero de 2005, de conformidad con su artículo 36 y tras el depósito, por parte de la República de Perú, el 30 de noviembre de 2004, del cuadragésimo instrumento de ratificación.

Dicha rápida entrada en vigor confirma la preocupación internacional por los devastadores efectos ambientales, sanitarios, sociales, y económicos que el consumo de tabaco y la exposición a su humo provocan en el mundo entero. Efectivamente, el consumo y la exposición son los responsables de numerosas enfermedades y causan la muerte cada año a casi 5 millones de personas, según la OMS. Esta cifra, según fuentes de la misma organización, podría alcanzar, si continúan las tendencias actuales de consumo, los 10 millones de fallecidos en el 2020. Ningún otro producto de consumo es tan pernicioso ni causa tantas muertes como el tabaco. En España provoca diez veces más muertos que los accidentes de tráfico. Y se estima que en nuestro país el número de fallecimientos debidos al tabaco en 2004 ha superado los 60.000. En definitiva, el tabaquismo es la segunda causa de muerte y la primera causa evitable en el mundo.

En otro orden de reflexiones, las personas que sufren los efectos nocivos del tabaco son una carga considerable para los sistemas nacionales de salud. En ese sentido, el Banco Mundial ha estimado que los Estados más ricos dedican del 6 al 15 por 100 de sus presupuestos sanitarios a financiar los tratamientos para enfermedades causadas por el consumo de tabaco. Otros efectos económicos del consumo de productos de tabaco en las economías nacionales derivan de los costes de la importación de los mismos, ya que la mayoría de los Estados son importadores netos, la pérdida de ingresos en concepto de impuestos a causa del comercio ilícito o contrabando, o los daños al medio ambiente que el cultivo de tabaco provoca. Precisamente, entre los efectos dañinos para el medio ambiente que derivan del cultivo del tabaco hay que mencionar la utilización extensiva como pesticida del bromuro de metilo, cuya fabricación empobrece la capa de ozono.

Por otro lado, la OMS ha demostrado que el número de fumadores es mayor entre las capas sociales más desfavorecidas, tanto en los Estados en desarrollo como en los países indus-Page 1018trializados y ha llamado la atención sobre cómo el consumo de tabaco agrava la precaria situación económica de dichos grupos sociales, que dedican una parte de sus escasos ingresos a la adquisición de productos de tabaco, en detrimento de otras necesidades básicas. Además la OMS también ha subrayado las pésimas condiciones de trabajo de los pequeños cultivadores de tabaco, debido al bajo precio del tabaco crudo, y los riesgos para su salud que proceden de su exposición a productos altamente tóxicos empleados en el cultivo.

La propagación de la epidemia del tabaquismo es un grave problema de salud pública de alcance mundial. En la actualidad se calcula que el número de fumadores supera ampliamente los mil millones. Aproximadamente la mitad de ellos podrían fallecer a causa del tabaco. La OMS ha alertado sobre el serio aumento del número de fumadores y de consumidores de tabaco en otras formas, especialmente entre los más jóvenes, así como del incremento de la producción de tabaco y otros productos tabaqueros, en particular, en los Estados en desarrollo, donde vive el 84 por 100 de los fumadores del mundo.

La lucha contra el tabaquismo exige una cooperación internacional efectiva e integral. La comunidad internacional, consciente de las graves consecuencias del tabaquismo, ha adoptado diferentes iniciativas, en particular en el seno de las Naciones Unidas, para hacerle frente. En concreto, la OMS se ha ocupado de esta pandemia en 19 resoluciones, mantiene en la actualidad la iniciativa «Liberarse del Tabaco» y ha lanzado la campaña «Tabaco y pobreza: un círculo vicioso». Otros organismos del sistema de las Naciones Unidas han abordado la cuestión del tabaquismo. Asimismo el Consejo Económico y Social se ha hecho eco de estos esfuerzos y el 23 de julio de 2004 adoptó una nueva resolución sobre el control del tabaco (doc. E/2004/L.49). En ella el ECOSOC reconoce los efectos adversos del tabaco en los ámbitos social, económico, sanitario y ambiental y el vínculo entre el consumo de tabaco y la pobreza. También el Secretario General de las Naciones Unidas ha llamado la atención sobre los estragos que el tabaco causa. En su informe sobre las actividades del Grupo de Trabajo Interinstitucional Especial sobre la Lucha Antitabáquica (doc. E/2004/55) subraya que el control del tabaco debería ser reconocido como un componente esencial en los esfuerzos para reducir la pobreza, fomentar el desarrollo y para alcanzar los Objetivos de Desarrollo del Milenio. En ese informe se identifican cinco áreas de interés: los efectos del tabaco sobre la salud, sobre el crecimiento económico, la pobreza, sus consecuencias en el plano fiscal y el impacto de la globalización en el consumo de tabaco en el ámbito nacional y se afirma la necesidad de abordar dichos problemas desde un enfoque multisectorial.

A pesar de los esfuerzos encomiables de las organizaciones internacionales y no gubernamentales y de ciertos Estados, la propagación del tabaquismo ha alcanzado unas dimensiones alarmantes...

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