La seguridad internacional en las relaciones exteriores de America Latina: elementos para una discusion.

AuthorLombardo, P
PositionChile y el mundo

La vinculación entre seguridad internacional y relaciones internacionales ha sido objeto de un débil, si no inexistente, debate en nuestra región. Antes de abordar cualquier reflexión que apunte a este vacío, es necesario explicitar dos ideas.

La primera dice relación con el hecho de que, en el ámbito teórico es más factible encontrar nuevas ideas, metodologías e investigaciones europeas o estadounidenses, que latinoamericanas. En nuestra región, lo más probable es que se encuentre una serie de discusiones acerca de los elementos específicos que habría que considerar como materia propia de la seguridad --límites mucho más claros y legitimados en el ámbito de la seguridad ciudadana, por ejemplo-- o que debieran etiquetarse como un >, replicando así un debate ya conocido acerca de la securitización de la agenda del desarrollo en nuestra región. Un gran ejemplo de inclusión y escaso pragmatismo es la Declaración de Seguridad Hemisférica, suscrita el 2003 en México (1). De esta manera, el concepto multidimensional de seguridad no hace más que agrupar bajo un mismo término incluyente todos los elementos que son abordados en distintos contextos y con fundamentos teóricos disímiles, que van desde la seguridad nacional a la seguridad humana. Con ello se logra un concepto aglutinador pero muy poco práctico en cuanto a elaboración de política, puesto que no se llega a definir exactamente con qué prioridad deben abordarse los temas y por cuánto tiempo se estima que deben considerarse prioritarios.

En este intento por definir qué es seguridad y qué no lo es, el diseño de la agenda política relativa a este ámbito intenta construir desde una perspectiva negativa largas listas de aspectos que, desde el punto de vista normativo debieran ser objeto de financiamiento y prioridad política. Sin ánimo de restarle importancia al impacto del desarrollo en el grado de seguridad, el problema que se percibe en este juego de posturas aparentemente irreconciliables tiene mucho más que ver con visiones ideológicas y juegos de política interna que con los aspectos propios de la naturaleza de la seguridad. Esta dinámica ha resultado muy útil para ciertos círculos políticos y de lobby, pero muy inútil para construir desde la academia un diagnóstico real acerca de las implicaciones de una visión de seguridad internacional y qué papel debe desempeñar realmente este ámbito en la agenda de política exterior de un Estado, en este caso de Chile.

La segunda consideración tiene que ver con el debate clásico acerca de los enfoques para el estudio de la seguridad internacional y las discusiones sobre el concepto región. En este punto, es necesario hacer una pequeña digresión respecto de lo que se entiende como enfoques de la seguridad internacional a nivel de sistema y lo que se ha entendido tradicionalmente en nuestra región. Para ilustrar este punto en particular, y sin pretender un examen exhaustivo de las diferentes interpretaciones, resulta interesante realizar el ejercicio de avanzar de lo global a la región. Al respecto, y a pesar de que no es difícil encontrar opiniones sobre la materia, hay autores y artículos claves que se relacionan con la búsqueda de un método de reflexión, con preguntas orientadoras y con líneas de base para comenzar un debate, que representan el tipo de interrogante que nos debe ser propia al momento de reformular el contexto político del Cono Sur. Comenzando por Buzan y Weaver (2), las tres perspectivas teóricas principales para el estudio de las estructuras de seguridad internacional posteriores a la Guerra Fría serían la neorrealista, la globalista y la regionalista, que ponen mayor énfasis en los niveles de análisis de acuerdo con los principios orientadores proporcionados por Kenneth Waltz (3). Por otra parte, para Andrew Hurrell (4), en la región la discusión se daría en torno a las escuelas realista y neorrealista, neomarxista y neodependentista, y la de la sociedad internacional y liberales.

La influencia de los debates clásicos sobre las relaciones internacionales de la región ha permeado sin duda la reflexión acerca de la seguridad internacional. Es así que las distintas interpretaciones de seguridad han tenido, tienen y probablemente seguirán teniendo, un fuerte componente político en función de los equilibrios clásicos de la región. En los escritos relativos a este tema solo pueden identificarse dos grandes consensos: la necesidad de considerar a Estados Unidos como un factor fundamental en el cálculo de seguridad de la región, y la dinámica política y de seguridad de tipo pendular que va desde realistas, pasando por liberales hasta llegar a los críticos, y de vuelta. Ya sea porque Estados Unidos resulte el gran protector o el gran enemigo, la historia de América Latina se ha desarrollado sobre la base de la construcción identitaria en contraposición a otro determinado, más que en las certezas acerca de lo que realmente somos y lo que queremos ser, partiendo desde el nivel interno hacia el...

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