Posibles escenarios que configuran modelos de una nueva arquitectura de seguridad en el Cono Sur de America.

AuthorCheyre Espinoza, Juan Emilio
PositionTranscripcion

Documento

El documento aquí transcrito forma parte del capítulo VIII de la Tesis Doctoral presentada en 2001 por el general Juan Emilio Cheyre Espinoza, en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociología de la Universidad Complutense de Madrid.

Basándose en las premisas básicas ya establecidas y utilizando los diferentes componentes reseñados en esta tesis, a continuación se delinearán dos posibles escenarios para la configuración de una nueva arquitectura de seguridad. Pareciera que este intento constituye una demanda incuestionable a la que llama el estado de las relaciones y la variación de los vínculos, tanto geopolíticos como estratégicos, en el Cono Sur de América.

Sin duda, el objeto central del análisis corresponde al área geográfica que se estableció como el referente para este trabajo. De allí que estos escenarios --en lo fundamental-- buscarán circunscribirse a ella. Sin embargo, como ha quedado establecido, la subregión no se puede aislar de América Latina, habida consideración de la gravitación de los países que conforman el Cono Sur (especialmente Argentina, Brasil y Chile); la importancia geopolítica del área, y la existencia del Mercosur como organización reconocida y en proceso de búsqueda en su consolidación como referente importante de vínculos económicos y políticos. Adicionalmente, es incuestionable que las tendencias dominantes que han configurado una "nueva realidad geopolítica y estratégica" han tenido su expresión más nítida en el Cono Sur de América, lo que hace presumir como factible la proyección del modelo hacia la región, donde hay otras áreas, como Centroamérica, en que no se expresan con la misma nitidez las señales antes reseñadas.

En dicha perspectiva, es posible establecer que América Latina constituye una región con bajo gasto militar, donde prima la solución pacífica de controversias y un clima de distensión, así como políticas de desarme importantes. Sin embargo, pareciera del todo claro que es necesario avanzar en la reformulación de una institucionalidad compartida en los temas de seguridad.

En materia de mecanismos de solución pacífica de conflictos, entre los primeros avances figuran: la instrumentalización de las MM.C.M. entre Argentina, Brasil y Chile y la proscripción de armas nucleares, químicas y biológicas. Sin embargo, existe consenso en que se requiere de un marco conceptual común en torno a lo que significa y abarca la seguridad y la defensa, que sirva como medida para todos los países de la región. Ello se ve respaldado por el plan de acción aprobado en la Segunda Cumbre de las Américas (abril de 1998), que considera en su sección 11 la necesidad de "aumentar aún más el clima de confianza y seguridad entre los Estados del hemisferio", y la "promoción de la transparencia en materia de políticas de defensa", en especial en lo referido a la "modernización de las Fuerzas Armadas, a la comparación del gasto militar en la región y al perfeccionamiento del registro de armas convencionales de las Naciones Unidas" (1).

En cuanto a los principales actores involucrados, Estados Unidos representa una fuerte influencia en materia militar, tanto desde el punto de vista estratégico como doctrinario, tecnológico y operativo, Numerosas han sido las muestras de interés estadounidense sobre la región sudamericana, las que han encontrado un punto de apoyo en Argentina, bajo el gobierno de Carlos Menem, y en Colombia, frente al problema de la virtual guerra civil, que llevó a la formulación del controvertido y polémico "Plan Colombia".

Por otra parte, se reclama la inexistencia de un concepto común de seguridad, o bien de una perspectiva de seguridad hemisférica que englobe los problemas de este tipo en cada una de las regiones. La gran heterogeneidad es la característica en América Latina, pese a lo cual existe la necesidad de construir un marco de suma variable entre los distintos actores. Prima un régimen unipolar en la región, por el poderío económico, político y militar de Estados Unidos, principal abastecedor de armas y, a su vez, promotor del control de armamentos. Existiendo espacios para explotar la importancia de las regiones y subregiones que brinda el sistema unipolar, esto no ha tenido voluntad de concretarse en el área de América Latina.

Se observa, asimismo, una falta de fotos multilaterales efectivos, capaces de generar medidas preventivas y acciones eficientes para hacer frente a conflictos. No existe en la región un tratado internacional con legitimidad política e instrumentos adecuados para hacer frente a situaciones de crisis. En estas circunstancias, se privilegia una ampliación en el uso de las MM.C.M. por todos los países de la región, para de esta manera evitar posibles conflictos como el generado entre Ecuador y Perú por problemas fronterizos. Sin embargo, pareciera que la sola aplicación de esos instrumentos es insuficiente al no estar contenida en un sistema del cual es uno de los medios para aplicar.

Entre los principales obstáculos para una visión integradora de la seguridad regional, se presenta la existencia de una diversidad estructural en América Latina, puesto que recién a partir de los años noventa se da una mayor unidad en torno al sistema económico liberal y al político democrático, los que constituyen en la actualidad, junto con el cuidado al medio ambiente y la condición laboral de los trabajadores, entre otros, limitantes para la firma de acuerdos comerciales de países latinoamericanos con aquellos del mundo desarrollado. En el momento de aumentar la vulnerabilidad económica de algún país, como Argentina o Brasil, se tiende a aplicar medidas arancelarias proteccionistas en forma unilateral, para garantizar una situación de estabilidad interna. Esto último ha puesto en grave peligro la pervivencia de bloques comerciales como el Mercosur, hecho que alcanzó su apogeo a mediados de 1999 y que en el presente está seriamente afectado por la crisis económica y política argentina.

Asimismo, existen percepciones de amenazas de distinta intensidad entre los países de la región, por cuanto hay los que tienen dificultades domésticas: Colombia, Perú, Guatemala (hasta fines de los noventa); fenómenos políticos internos de singularidad (Venezuela-Chávez, Perú-Fujimori); también crisis internacionales (Perú-Ecuador); visiones y situaciones diferentes en intensidad y formas de enfrentar problemas emergentes como drogas y narcotráfico (Colombia, Chile, Argentina, Brasil). Frente a todo ello se vislumbra la necesidad de "efectuar procesos de reingeniería en las organizaciones multilaterales centrales del sistema internacional, además de la creación de mecanismos específicos de prevención, tanto globales como regionales, lo cual pasa por reconocer las diferencias estructurales y de intereses que refleja cada país o subregión. En tanto que las nuevas amenazas, tales como las migraciones, riesgos de protección al medio ambiente, narcotráfico, gobernabilidad económica, política y social, suponen una unión de criterios tendentes a colaborar en materia de su prevención, la que no siempre resulta fácil de consensuar dada la diferente naturaleza de los problemas, el grado de desarrollo que alcanzan y la fórmula de solución que cada Estado vislumbra como la más adecuada.

Hay quienes señalan que se requiere de estrategias que se aboquen al fortalecimiento de instrumentos de alerta temprana, para lo cual se impone la necesidad de un desarrollo de los servicios de información e inteligencia. Junto a esto, es necesario tener a los mandos superiores instruidos en el estado de la situación de la subregión, así como en el contexto regional, a la vez de procurar la existencia de unidades altamente flexibles, con el fin de acudir en caso de que cierto tipo de operaciones así lo impongan.

Finalmente, resulta significativo señalar que tras la Cumbre de Ministros de Defensa realizada entre el 16 y el 18 de octubre de 2000, en Manaos, Brasil, se ha descartado la posibilidad de que las Fuerzas Armadas de Chile participen en actividades referidas al control de narcotráfico, dado que --desde la perspectiva de ese Estado-- es un tema netamente policial. Esta visión se contrapone al intento de Estados Unidos de ver en dicha fórmula un medio viable al ya existente compromiso de Ejércitos como el de Colombia en misiones de esa naturaleza.

Como se desprende del somero análisis antes detallado, se...

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