¿Qué es la demoarquía?. Ontología constitutiva y complejidad en la democracia

AuthorRafael Rodríguez Prieto
PositionUniversidad Pablo de Olavide de Sevilla
Pages65-87
REVISTA INTERNACIONAL DE PENSAMIENTO POLÍTICO - I ÉPOCA - VOL. 5 - 2010 - [65-87] - ISSN 1885-589X
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¿Qué es la demoarquía?
Ontología constitutiva y complejidad
en la democracia
What is Demarchy? Constitutive Ontology and Complexity
in Democracy
Rafael Rodríguez Prieto
Universidad Pablo de Olavide de Sevilla
e.mail: rrodpri@upo.es
Recibido: marzo de 2009
Aceptado: mayo de 2009
Palabras clave:Palabras clave:
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Palabras clave: Democracia, Demoarquía, Universalización, Procedimientos, Complejidad.
Kewords: Kewords:
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Kewords: Democracy, Demarchy, Universalization, Procedures, Complexity.
Abstract: Governments should coordinate the actions of the citizenry
and not decide policy unilaterally. Complexity is the paradigm where
democracy makes sense. Attempting to reduce complexity is to
simplify democracy. Democracy is synonymous with respect towards
human and social complexity. The concept of demarchy attempts to
integrate that complexity. In this paper, I analyze the concept of
demarchy, and I point out to its main contributions to the philosophy
of democracy. Citizen action within this paradigm should be
complemented by a new constitutive ontology which makes creative
and prescriptive subjectivity the engine for the construction of self-
government and its procedures.
Resumen: Los gobiernos deberían coordinar las acciones de la ciuda-
danía y no decidir las políticas de forma unilateral. La complejidad
es el paradigma donde la democracia tiene sentido. Tratar de reducir
la complejidad significa simplificar la democracia. Democracia debe
respetar la complejidad humana y social. El concepto de demoarquía
intenta integrar esa complejidad. En este trabajo analizo el concepto
de demoarquía y señalo sus principales contribuciones al estudio de
la filosofía de la democracia. La acción ciudadana en este paradigma
ha de completarse con una ontología constitutiva que hace de una
subjetividad prescriptiva y creativa el motor de la construcción del
autogobierno y sus procedimientos.
REVISTA INTERNACIONAL DE PENSAMIENTO POLÍTICO - I ÉPOCA - VOL. 5 - 2010 - [33-64] - ISSN 1885-589X
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I. Introducción
Doris Lesing refleja en su libro Memo-
rias de una superviviente una idea de
gran actualidad. La protagonista de la
narración afirma que el uso de formas
impersonales es siempre un signo de
crisis, de ansiedad colectiva.
Para la narradora el «ello» posee la
acepción de algo vivido, como amenaza
inmediata, que no se puede conjurar1.
La situación que atravesamos en estos
momentos ha sido bautizada como «la
crisis». Con este concepto se justifica
todo. Crisis asume todas las culpas.
Crisis es el gran ello de nuestro tiem-
po. No obstante, algunas de las conse-
cuencias encarnadas en el paro, la ca-
rencia de expectativas, el sufrimiento
de parejas con dificultades para ali-
mentar a sus hijos o el cierre masivo de
pequeños y medianos negocios son epi-
sodios muy palpables, muy materiales.
La crisis también asume un halo de
inevitabilidad que incide en la dificul-
tad para pensar en las alternativas; en
programas y estrategias capaces de
devolvernos la esperanza. Consecuen-
cias de dicha dinámica es la muy re-
petida desafección de la ciudadanía a
la democracia y sus instituciones.
En un contexto como éste, tenemos
noticia de una sentencia del Tribunal
Supremo de EE.UU. en que se permite
a los lobbies pagar campañas a favor o
en contra de un candidato2. De esta
manera, las grandes corporaciones tie-
nen las puertas más abiertas que nun-
ca para inundar con su dinero una de
las pocas herramientas que aún que-
dan en manos de los ciudadanos en
nuestros regímenes representativos: la
elección de las élites que van a gober-
narnos durantes un periodo de tiempo
establecido. La quiebra de esta míni-
ma posibilidad certifica, en una medi-
da muy notable, la defunción de un
modelo de representación política cada
vez más elitista y alejado de las pre-
ocupaciones ciudadanas.
Muchos pensaron que la poliarquía
electoral en el contexto capitalista po-
día ser un punto de partida para pro-
fundizar en la constitución de gobier-
nos más participativos donde se em-
poderara a la ciudadanía. Incluso ex-
periencias como la de la Unidad Po-
pular chilena buscaron la transforma-
ción social desde las instituciones de
la democracia capitalista. Todo ello fue
abortado.
En los últimos años, si somos realistas,
la ciudadanía ha quedado progresiva-
mente expulsada de las decisiones po-
líticas. Con algunas excepciones, la
separación entre la ciudadanía y los
gobiernos que deberían representarse
se torna en un abismo que no deja de
crecer. Se publican cientos de libros
sobre la crisis de la democracia, la cri-
sis de la representación, la gobernanza
y la globalización; todo, de nuevo, re-
fleja un ello, al que los ciudadanos pa-
recen acostumbrase. Puede que inclu-
so muchos de ellos asuman este lamen-
«Hay un abismo entre:
¿Por qué diablos tienen que ser tan
incompetentes?
Y ¡Las cosas están muy mal!»

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