L'Empire Euro-Asiatique.

• Author: de Imaz, Jos

L'Empire Euro-Asiatique

Hélène Carrére d'Encausse, París, Fayard, 2006

Siempre me entusiasmaron, en las ciencias sociales, quienes tuvieron visión anticipatoria. Kart Haushoffer, observador en la guerra ruso-japonesa de 1905-1907, quien a su regreso a Alemania formuló la ley geopolítica de que > se desplaza hacia la conjunción del Pacífico y el Indico. John Maynard Keynes, el diplomático de menor rango jerárquico en la Conferencia de Paz de Versalles (1918), quien le escribió al Primer Ministro británico solicitándole, contra la opinión de Clemenceau, que no se constriñera económicamente a Alemania, que los alemanes eran buenos pagadores, pero que si un día se encontraban acogotados financieramente no faltaría el aventurero que dijera > y ahí comienza la Segunda Guerra Mundial. La tercera autora que me interesó es Hélène Carrère d'Encausse, cuando en > anunció la destrucción de los Soviets y su dispersión en varios países independientes.

En este libro, la autora repasa la historia rusa bajo la denominación de Imperio Euro-Asiático, esa unidad geográfica cuya cabeza está en Europa y el cuerpo mayoritariamente en Asia. Este concepto --sostiene la autora-- fue pergeñado por los exiliados rusos en París hacia 1920 y resulta actualmente el de mayor uso por la prensa moscovita.

La autora es de madre rusa y, aunque secretaria permanente de la Academia Francesa, piensa como eslava. Su texto es una morosa reiteración en la que repasa región por región todas las que compusieron este imperio, muy lejos de la > gálica. Esta historia comienza en 1552 cuando la capital rusa se traslada definitivamente a Moscú y se extiende hasta nuestros días. Así se repasa capítulo tras capítulo la conquista europea de los tres Estados bálticos, Finlandia, y sobre todo Polonia, y los paulatinos avances hacia el Este: relata los enfrentamientos con el imperio otomano, las sangrientas luchas en el Cáucaso, la conquista de las tierras orientales del Volga, el cruce de los Urales, las guerras durísimas en torno al Mar Caspio y, a la inversa, la marcha por la tundra siberiana. En estos inmensos espacios ocurrió al revés, primero los cosacos motu propio avanzaron en esas tierras y tras ellos entraron los comerciantes de pieles y finalmente el Estado ruso y la Iglesia ortodoxa. Esto inextricablemente me hizo pensar en Brasil, donde a despecho del Tratado de Tordesillas, > fueron portando la bandera portuguesa hacia el norte y el oeste, para que varios años después el imperio...