El Sector Educativo del MERCOSUR en el marco de la integración regional: Una mirada evaluativa al Plan de Acción 2006-2010

AuthorAna María C. De Donini
Pages57-71

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Introducción

En 1992 comenzó a funcionar orgánicamente el Sector Educativo del MERCOSUR (SEM). En todos los países signatarios del Tratado de Asunción se percibió con claridad que la educación debía jugar un rol principal, y que el MERCOSUR no podía quedar supeditado a meras transacciones comerciales y económicas.

El SEM, como definimos en un trabajo anterior (Cambours de Donini, 2006), constituye una instancia de concertación de políticas que integran la educación a los procesos económicos, sociales y políticos necesarios para el desarrollo de las personas y las sociedades; diseña y ejecuta programas que promueven una educación de calidad para todos, contribuyendo así a los objetivos del MERCOSUR.

La concertación de políticas se desarrolla en distintos niveles, tales como:

- en los distintos países que conforman el MERCOSUR;

- en las distintas instancias del MERCOSUR;

- en las relaciones del Sector Educativo con los otros sectores sociales y económicos;

- en los distintos ámbitos y actores de la educación;

- dentro de cada país, y

- en la vinculación con otras regiones o países.

En tal sentido, la misión del SEM es conformar un espacio educativo común, a través de la concertación de políticas que articulen la educación con el proceso de integración del MERCOSUR, estimulando la movilidad, el intercambio y la formación de una identidad y ciudadanía regional, con el objeto de lograr una educación de calidad para todos, con atención especialPage 58a los sectores más vulnerables en un proceso de desarrollo con justicia social y respeto a la diversidad cultural de los pueblos de la Región.

A partir de las grandes áreas identificadas en el Protocolo de Intenciones suscrito por los Ministros de Educación en diciembre de 1991, se diseñó un primer Plan Trienal, que comenzó a ejecutarse para encontrar soluciones conjuntas a las necesidades nacionales y a las de la integración. Tres años más tarde, en Ouro Preto, se ratificó la vigencia de ese Plan por otro periodo, hasta 1997. En 1998 entró en vigor un segundo Plan Trienal, cerrando con él los primeros diez años de operación del Sector Educativo del MERCOSUR.

Un tercer Plan de acción —para el periodo 2001-2005— incorporó una serie de innovaciones definiendo la misión del SEM, sus objetivos y estrategias; al mismo tiempo entró en funcionamiento una nueva estructura orgánica del Sector.

A partir del proceso de evaluación del Plan 2001-2005 iniciado en noviembre de 2004, se elaboró el documento que ahora se presenta y que constituye el marco ordenador de los emprendimientos, proyectos y acciones a llevarse a cabo en los próximos años.

El mismo reúne las sugerencias formuladas a partir de la reflexión que realizaron las distintas comisiones regionales, también de los foros y seminarios desarrollados con participación abierta de distintos actores.

El propósito de este trabajo es ponderar los avances y dificultades del Plan Estratégico 2006-2010 del Sector Educativo del MERCOSUR (SEM) y brindar elementos para su seguimiento y reorientación, haciendo un corte en la mitad del 2008 o sea en la primera mitad del quinquenio planificado. También intenta, a través de un balance de las diferentes áreas de trabajo, proponer una agenda de investigación-acción que ayude a la racionalidad, la sinergia y la sostenibilidad de las acciones emprendidas.

El nuevo contexto social y educativo

El comienzo del nuevo siglo nos muestra que el alcance de las transformaciones que estamos viviendo señala la necesidad de pensar los procesos sociales en términos globales y regionales, ya que la interdependencia es tan evidente como las profundas desigualdades y asimetrías entre países y regiones. Según el Informe sobre Desarrollo del Banco Mundial (2003) «El ingreso medio en los 20 países más ricos es 37 veces mayor que el de los 20 más po-Page 59bres; y esta brecha se ha multiplicado en los últimos 40 años. Además — agrega esta misma fuente— entre 2,5 y 3 mil millones de personas viven en la actualidad con menos de dos dólares».

Este proceso de desigualdad se produce también en el interior de los países y de las regiones, y tiene su correlato en la educación. En América Latina, por ejemplo, las diferencias de la escolarización registran que el 10% más rico tiene 11 o más años de educación, mientras que el 30% más pobre tiene menos de 4 años de estudios (Brunner, 2000).

En este contexto, la educación debiera constituirse en un factor central de los procesos de desarrollo e integración regional, como el ámbito propio para la formación de la identidad y la conciencia política, la producción de conocimientos científico-tecnológicos y la capacitación de recursos humanos para incorporarse adecuadamente a los nuevos requerimientos del mundo productivo. La heterogeneidad de los seis países que integran el MERCOSUR en aspectos culturales, perfiles demográficos y grados de desarrollo, hace que los desafíos para lograr una educación de calidad para todos, también presenten características particulares en cada contexto nacional (Cambours de Donini, A.M., Gorostiaga, J. y Pini, M., 2005). Tal vez el principal reto del Sector Educativo del MERCOSUR sea lograr que los problemas o desafíos de cada uno de los países, sean desafíos de la Región.

En este sentido, fortalecer las redes de cooperación y articulación permitirá enfrentar estos desafíos con un mejor aprovechamiento de los recursos existentes y con una planificación estratégica hacia un horizonte de mayor calidad y equidad en los sistemas educativos (López, 2005).

Las políticas económicas seguidas durante los años 90, fueron cuestionadas en su orientación y prioridades por las diferentes crisis que ocasionaron en las sociedades de la Región.

En este escenario, la educación sigue siendo reconocida como una condición indispensable y clave para fortalecer el proceso integrador y asegurar su continuidad. Como se afirma en el Plan estratégico del SEM, el MERCOSUR no se restringe a la mera construcción de un mercado común, sino que implica una eficaz coordinación —desde un nivel macro hasta las instancias de las políticas sectoriales— para la mejora de la calidad de vida de los habitantes de la Región.

Para este propósito no es posible esperar que se profundice el proceso de integración para superar las asimetrías, sino que, a través de una voluntad integracionista sostenida, se deben promover intervenciones que permitan, desde ya, obtener mejores efectos distributivos.

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Existe plena conciencia en nuestros países acerca del papel central que la educación cumple en los procesos de desarrollo con justicia e inclusión social; sin embargo, y a pesar de los avances cuantitativos producidos en estos años, las realidades de nuestros sistemas educativos son muy desiguales y con serios rezagos comparativos con otras regiones.

El mayor desafío educativo en nuestros países no está dirigido solo a incorporar más niños, niñas, adolescentes y jóvenes al sistema educativo, sino a darles una educación de calidad y pertinencia a la realidad en la que viven. Se considera fundamental la vinculación del mundo productivo con la educación y especialmente con la formación profesional, más aún con los cambios que comienzan a vislumbrarse en la Región.

Un factor común a los países de la Región —aun con matices importantes— es el proceso de desprofesionalización y pauperización que ha vivido el sector docente, el cual comienza a encontrar caminos de diálogo...

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