Editorial. La Academia de Derecho Internacional, evoluciones y repercusiones

AuthorYves Daudet
Pages13-18
REDI, vol. 69 (2017), 2
EDITORIAL
LA ACADEMIA DE DERECHO INTERNACIONAL,
EVOLUCIONES Y REPERCUSIONES
Desde 1923, sin contar la interrupción de la Segunda Guerra Mundial, la
Academia de Derecho Internacional de La Haya imparte cursos de verano
muy conocidos 1. Debe decirse que, en su creación, la iniciativa era original
e impulsada por juristas de gran renombre. Anclada en el movimiento de «la
paz por medio del Derecho», asociada físicamente a la Corte Permanente
de Arbitraje y a la Corte Permanente de Justicia Internacional, con la que
compartía los locales del Palacio de la Paz, la Academia, con tantas hadas de
buen augurio alrededor de su cuna, solo podía conocer la celebridad. Esta
fue rápida y justamente adquirida. Desde entonces los años han pasado y el
momento de celebrar su centenario ha llegado 2.
Es hora de subrayar los ejes mayores de su evolución, observando que la
Academia ha conocido durante su historia un doble movimiento, constituido
a la vez de conservadurismo y modernización, que le ha permitido adaptarse
a las circunstancias nuevas y evolutivas de manera prudente. Así, ha podido
desempeñar el papel que le había sido asignado de favorecer la difusión del
Derecho internacional. La cuestión sigue abierta, y por ella terminaremos de
saber si ha permitido también su desarrollo.
1. El conservadurismo aparece de manera evidente en la f‌idelidad al es-
quema de curso general retenido inicialmente por sus creadores —aunque no
1 Deseo expresar mi agradecimiento por la traducción efectuada a Jacobo RÍOS RODRÍGUEZ, Maître
de Conférences HDR de la Universidad de Perpignan Via Domitia y Vice-Decano de la Facultad de De-
recho de Perpiñán, cuyos excelentes trabajos aprecio desde hace años.
2 Teniendo el honor de escribir estas líneas en la Revista Española de Derecho Internacional, desea-
ría expresar aquí mi gran reconocimiento a la memoria del Profesor Juan Antonio CARRILLO SALCEDO.
Este gran jurista, universalmente reconocido como tal, ha pertenecido al Curatorium de la Academia.
Sus intervenciones siempre motivadas y marcadas por su perspicacia y razón, así como por una pro-
funda honestidad intelectual, eran el fruto de una excepcional comprensión de las situaciones y de una
gran humanidad. Se las echa en falta profundamente en el Curatorium. ¡Tanto como al hombre en sí
mismo, cuya atención a los demás y la amistad eran tan notorias! Personalmente, no olvidaré nunca
la amabilidad con la que me acogió como secretario general, y hoy, desde donde ocupo la plaza que
hubiera debido ser la suya tras la desaparición de Boutros BOUTROS-GHALI, debo expresarle reconoci-
miento y respeto.

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