Análisis discriminante de predictores del comportamiento de posponer una relación sexual en mujeres

AuthorSilvia Susana Robles Montijo/Diana Moreno Rodríguez
Pages19-34

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Introducción

En investigaciones conducidas en diferentes países se ha encontrado que tener relaciones sexuales a temprana edad contribuye de manera significativa al incremento en la práctica de comportamientos instrumentales de riesgo para la infección por el Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH), dentro de los cuales destacan mantener relaciones con múltiples parejas —estables u ocasionales— y usar preservativo de manera inconsistente (Mansergh y Marks, 1998; Grémy y Beltzer, 2003; Manning, Longmore y Giordano, 2000; Moreno, Robles, Frías y Rodríguez, 2003; Pettifor, van der Straten, Dunbar, Shiboski y Padian, 2004; Tydén y Rogala, 2005).

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Toda vez que se vive una época en la que día con día cientos de miles de personas alrededor del mundo resultan infectadas con el VIH, en la mayoría de los casos debido a la nula adopción de medidas de protección al momento de tener relaciones sexuales con penetración, en las actuales circunstancias se ha vuelto un imperativo el diseño, instrumentación y evaluación de programas dirigidos a la prevención de la infección por VIH en los sectores más vulnerables de la población. De acuerdo con el Programa Conjunto de las Naciones Unidas para el VIH/sida (ONUSIDA, 2005), dos de esos sectores que se encuentran más expuestos al riesgo son el de las mujeres y el grupo de personas cuyas edades oscilan entre los 15 y 24 años.

En México, según el Centro Nacional para la Prevención y Control del sida (CENSIDA), del total de 112 830 casos de sida que las autoridades sanitarias tenían contabilizados hasta junio de 2007, poco más de 90% correspondía a personas que resultaron infectadas por la vía sexual (96.1% y 88.8% a hombres y mujeres, respectivamente),mientras que 78.6% se tenía registrado en personas entre los 15 y 44 años (CENSIDA, 2007). Siendo el nuestro un país en el que los adolescentes inician su vida sexual a una edad promedio de 15.6 y 15.4 años en hombres y mu-jeres, respectivamente (Gayet, Juárez, Pedrosa y Magis, 2003), no cabe la menor duda que es necesario que los investigadores se aboquen al estudio de las variables que pudieran ser pertinentes para entender el problema del comportamiento sexual en general, y en particular de aquel que tiene que ver expresamente con la infección por VIH.

Gracias a estudios realizados desde un punto de vista epidemiológico ha sido posible establecer que el inicio del comportamiento sexual activo entre los adolescentes de nuestro país se relaciona con variables como la edad, el ingreso familiar y la escolaridad, entre otras (González, Rojas, Hernández y Olaiz, 2005), aunque partiendo del entendido de que estamos frente a un problema multifactorial, junto con esas variables es preciso dar cuenta de otras de igual relevancia para los propósitos de promover un conocimiento más rico y completo de aquellas que facilitan o impiden la práctica de dicho comportamiento; nos referimos a las variables psicológicas en los términos planteados desde una perspectiva conductual (Bayés, 1990, 1991, 2001), cuyo desarrollo se ha cristalizado en un modelo de prevención aplicado al sida (Bayés y Ribes, 1992) y en un modelo psicológico de salud biológica (Ribes, 1990).

Para los profesionales de la psicología interesados en el problema del VIH, la práctica de investigación debe plantearse para obtener un mejor conocimiento de qué y cómo diferentes variables psicológicas facilitan o dificultan el ejercicio instrumental de los comportamientos de riesgo —i.e., iniciar a temprana edad las relaciones sexuales o tener relaciones con múltiples parejas— o de prevención —i.e.,

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evitar o posponer una relación sexual con penetración y, en caso de tenerla, usar consistente y eficientemente el preservativo—. Consecuentes con dicho objetivo, en los últimos cinco años en nuestro país se han dado pasos en esa dirección (Piña, 2004; Piña y Corral, 2001; Piña y Werner, 2004; Robles y Moreno, 2000; Robles et al., 2004; Robles et al., 2006; Robles, Piña y Moreno, 2006).

Sin embargo, hemos de mencionar que esos estudios se han centrado en la evaluación de comportamientos de riesgo y no de prevención. De acuerdo con Bayés y Ribes (1992), la práctica de ambos comportamientos difiere entre sí, no sólo en términos de sus características morfológicas, sino también por sus características funcionales. En el caso de los comportamientos de prevención, por ejemplo, su ejercicio instrumental depende de si una persona lo puede o lo quiere practicar. Que pueda, depende de si dispone de los recursos competenciales —que reconozca cuáles son las señales de estímulo que probabilizan la proximidad de una situación de riesgo y que reconozca cuáles son los comportamientos y/o las situaciones de riesgo, por ejemplo—. Que quiera, por su parte, depende de ciertos estados biológicos momentáneos —excitación o relajación, consumo de sustancias que alteren la funcionalidad biológica del organismo— y de factores situacionales específicos, que pueden ser de naturaleza coyuntural o convencional.

Así, partiendo de lo señalado anteriormente se planteó el presente estudio, que tuvo como su objetivo identificar predictores psicológicos del comportamiento de prevención para posponer una relación sexual con penetración en una muestra de mujeres universitarias.

Método

Participantes

De un total de 1 168 estudiantes pertenecientes a seis carreras de una universidad pública que se localiza en el municipio de Tlalnepantla, Estado de México, seleccionados mediante un muestreo por conglomerados, se trabajó con una submuestra de 461 estudiantes de ambos géneros que reportaron no tener experiencia sexual; en virtud de que las diferencias por género entre los grupos eran importantes en tér-minos porcentuales, se depuró la selección, considerando únicamente a las personas del género femenino que al momento del estudio señalaron que eran solteras y que vivían en casa de sus padres o familiares directos, haciendo un total de 373 mujeres. En la tabla 1 se describen las características generales de las participantes.

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Instrumentos y variables

Conocimientos sobre VIH y sida. Validado con adolescentes (Alfaro, Rivera y Díaz-Loving, 1992) y posteriormente adaptado y validado con estudiantes universitarios (Robles, 1999) (? = 0.74). Contiene preguntas sobre sintomatología relacionada con la infección por VIH y el sida (siete preguntas), vías de transmisión del VIH (11 preguntas) y mecanismos de prevención de la infección por VIH (11 preguntas). Todas se definieron originalmente a partir de dos opciones de respuesta, verdadero o falso; para cada área de conocimientos se determinó el número de preguntas que se respondieron...

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