La diplomacia bilateral chilena hacia Bolivia en la decada de 1950 en torno al canje territorial vista desde debate realista y sus criticos/The bilateral Chilean diplomacy towards Bolivia in the 1950s around the territorial exchange seen from realistic debate and its critics.

AuthorSantana, Cristian Ovando
PositionEnsayo

INTRODUCCION

En este trabajo buscamos hacer una interpretacion de algunos hitos de las relaciones diplomaticas desde Chile hacia Bolivia emprendidos en el siglo XX, a partir de la optica del debate entre corrientes racionalistas y reflexivas de las Relaciones Internacionales. Es decir, intentamos hacer una lectura alternativa de dichos acontecimientos, particularmente una que se distancie de la tradicional idea de equilibrio de poderes que senala que los Estados buscan un mayor acercamiento diplomatico hacia otro Estado, con el objetivo de formar alianzas ante un tercero que amenace su seguridad (badwoning). La diplomacia chilena en perspectiva historica apelo a estrategias de equilibrio como el principal instrumento para la mantencion de la paz entre las nacientes republicas sudamericanas y, posteriormente, como guia de entendimiento y negociacion bilateral. Una paz exigua que se limitaba a preservar la soberania y el territorio heredado tras los procesos de independencia y sus ajustes posteriores.

En cambio, dentro de los nuevos estudios sobre diplomacia se recoge, entre otros aspectos, una lectura critica de aquella y que cuestiona la idea de que este reservada solo al Estado y a sus agentes autorizados (Constantinou, 2013). En cambio, reivindica la idea de la existencia de un pluralismo diplomatico o un abanico de actores sociales que reivindican un quehacer diplomatico a partir de experiencias sociales reales, que expongan relevancia politica inmediata de nuestra vida diaria (Cornago, 2013). Surge asi, durante las ultimas dos decadas, una lectura renovada de la diplomacia, que toma en cuenta la subjetividad, los actores no oficiales ubicados a distintas escalas, el contexto historico en que opera y la posibilidad de un mayor entendimiento.

Desde estas consideraciones, en este trabajo nos centramos en las relaciones diplomaticas chilenas hacia Bolivia entre 1950 y 1962, desde las escalas nacional y regional, epoca donde primo un dialogo y negociacion entre ambas sociedades y que giro en torno a la idea de cesion de soberania a cambio de agua dulce del Titicaca para regar el Norte de Chile. En concreto, busca responder a como las regiones chilenas, en tanto actores diplomaticos no oficiales abordaron estos hitos y demandas, constituyendose en una expresion de pluralismo diplomatico inedito, basado en una mirada regional y humanista de la diplomacia, particularmente en su involucramiento en lo referido a una expresion de la > : el canje o la cesion territorial.

Con todo, conjeturamos que, a partir de constatar algunas experiencias regionales de acercamiento entre actores politicos y sociales de Chile y Bolivia en el periodo recien senalado, coexisten distintas logicas y sentidos dentro de su quehacer internacional, a pesar de que la diplomacia oficial colma el campo politico en que se expresan. Por tanto, sostenemos que habria experiencias sociales -paradiplo-maticas- que dan cuenta de identidades que se construyen desde el compromiso con el otro, pero que carecen de reconocimiento oficial. Sostenemos que los aportes de dicha pluralidad social y politica se despliegan, en parte, debido a un entorno transfronterizo, dotandola de un significado particular.

  1. La perspectiva realista de la diplomacia y algunas criticas reflectivistas vistas desde el caso chileno

    Desde las perspectivas realistas, centradas tanto en la naturaleza y caracteristicas del Estado (Niebuhr, 1946; Kissinger, 1994; Carr, 2004), como en la estructura internacional anarquica y descentralizada (Walt, 1987; Waltz, 1989), solo el Estadonacion es considerado el protagonista que puede encarar el desafio que impone el sistema internacional anarquico. Categoricamente, para el realismo > (Zeraoui, 2011: 76).

    Dentro de las estrategias para afrontar un sistema internacional anarquico, el Estado emprende iniciativas diplomaticas que deben responder a ciertos principios de politica exterior -como la integridad territorial y el respeto a la soberania irrestricta- y tender hacia una posicion privilegiada en las relaciones de poder, garantizando asi su seguridad y sobrevivencia (Waltz, 1989). A juicio de Morgenthau, entre los factores que permiten alcanzar esta posicion, sobresale la diplomacia, a la que definia como > (Morgenthau, 1986: 177). En este sentido, la actividad diplomatica no podia ser desarrollada o implementada por entidades distintas a las estatales, puesto que el Estado debe colmar todas las actividades clave que abarcan su territorio, incluyendo las concernientes a la moral nacional, la calidad del gobierno y, particularmente, la calidad de la diplomacia (Morgenthau, 1986). En suma, en ocasiones para esta corriente, la accion internacional emprendida por otros actores, como es el caso de las unidades regionales, se entiende > (Botero Ospina y Cardozo, 2009: 630). Por ello, estas corrientes > (Botero Ospina y Cardozo, 2009: 619).

    Particularmente para el caso de la diplomacia chilena, las estrategias de equilibrio fueron el principal instrumento para la mantencion de la paz entre las nacientes republicas sudamericanas, asi el conocimiento de los diplomaticos oficiales sistematicamente tendio, en coyunturas especificas, a la busqueda > (Rubilar, 2012). Para este mismo autor, la construccion del Estado-nacion chileno durante el siglo XIX, en clave interes nacional, estuvo marcada por un juego diplomatico que busco evitar trastornos a los equilibrios de poder entre los Estados sudamericanos (Rubilar, 2012), pese a los constantes desajustes en la distribucion del poder producto de los afanes y alianzas emprendidas por los distintos paises del continente. Ejemplo de esta tendencia fue la denominada Politica Boliviana, llevada a cabo por diplomaticos chilenos entre 1891-1899. Esta planteaba que, en un marco post-guerra del Pacifico inestable, se requeria poner en marcha estrategias que mantuvieran las ventajas materiales junto al prestigio obtenidos tras el fin de la guerra y asi evitar el aislamiento de Chile. Para ello era imprescindible buscar el establecimiento de una alianza con Bolivia y obtener una reduccion sustantiva de cuotas de inseguridad en la subregion. Para ello se busco una estrategia de acercamiento hacia el Gobierno de Bolivia, seguida por el Gobierno de Chile entre los anos 1879 a 1899 (Garay y Concha, 2009: 222). Consistio en una politica exterior llevada a cabo por diplomaticos, que deben implementar medidas compensatorias, > (Concha, 2005: 2,3).

    Surge, en este marco, la cesion territorial para Bolivia como una variante de la Politica Boliviana, que buscase atenuar la animosidad belica entre los protagonistas de dicha guerra (Garay y Concha, 2009: 222).

    Se trato de una estrategia compleja, debido a que ademas de las vicisitudes territoriales de inicios y mediados del siglo XIX, que afectaron al Cono Sur de America (la escasa delimitacion de las fronteras y la formacion de alianzas), el inicio de la Guerra del Pacifico marco los vinculos transfronterizos presentes en el extremo norte de Chile. No obstante que, como senalan algunas criticas hacia esta tendencia, > (Garay y Concha, 2009: 230).

    Con todo, este rol de la diplomacia constituye una afirmacion de verdad objetiva, constatable desde una concepcion lineal de la historia (Herranz, 2009), en que se inscribe la centralizacion o territorializacion de la actividad diplomatica por parte de Estado. Este proceso, desde la Paz de Westfalia, creo un mito en torno al estadocentrismo (1) que perdura y se exacerba en el siglo XIX y XX, sobre todo en los Estados naciones en formacion, como es el caso de las nacientes republicas latinoamericanas. Quizas uno de los documentos mas explicitos, que trae a colacion la diplomacia como un arte exclusivo del Estado y su finalidad de responder al interes nacional, es precisamente la obra Diplomacia, del ex secretario de Estados Unidos, Henry Kissinger (1994).

    Desde la critica reflectivista de la disciplina (Der Derian, 1987; Smith, 1995), la intervinculacion de la narrativa realista, binaria, estadocentrica, en torno a sus pilares soberania y anarquia, durante todo el siglo XX, contribuyo a blindar las Relaciones Internacionales de pensamientos alternativos (Herranz, 2009). No obstante, esta aproximacion plantea salir de estas categorias universales, puesto que desconfia de categorizaciones y de aproximaciones que pretendan encontrar verdades universales, una propuesta incompatible con la busqueda de >, pluralidad y diversidad en todas las dimensiones de la vida social (Salomon, 2002: 29), a la que no se escapan las relaciones internacionales ni, particularmente, la trama diplomatica. Desde estas premisas, el reflectivismo posmoderno plantea, en respuesta, que el objeto de estudio de las Relaciones Internacionales ya no seria el mundo como es, sino la competencia entre discursos sobre la realidad internacional y las relaciones de poder que estos discursos implican y esconden (Huysmans, 2005; Herranz, 2009).

    Por su parte, la perspectiva realista ha dejado en la penumbra los acercamientos que historicamente han emprendido de manera paralela actores no tradicionales de la diplomacia, especialmente actores subestatales de los que se puede inferir una serie de practicas internacionales particulares, silenciadas por la diplomacia oficial.

  2. DIPLOMACIA BILATERAL COMO HETEROLOGIA. UNA RESPUESTA A LA DIPLOMACIA TRADICIONAL ESTADOCENTRICA

    Como...

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