La denuncia del tratado ABM (diciembre de 2001) por Estados Unidos

AuthorM. J. Cervell Hortal
Pages509-514

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El 13 de diciembre de 2001, Estados Unidos hacía oficial su ya anunciada decisión de retirarse del Tratado sobre limitación de sistemas de misiles antibalísticos, más conocido como Tratado ABM (ILM, XI, núm. 4, julio 1972, pp. 784 y ss.), desterrando así de la esfera internacional uno de los Tratados clave de la política de disuasión que dominó el período de la Guerra Fría.

El Tratado ABM, fruto de las conversaciones SALT I (Strategic Arms Limitation Talks), obligaba a sus dos Estados partes (Estados Unidos y la extinta URSS) a limitar sus sistemas de cohetes antibalísticos (ABM) y a no desplegarlos para defender sus respectivos territorios (art. I), excepto en dos zonas concretas designadas a tal efecto, que incluían, según el artículo III, un radio de 150 kilómetros en torno a las capitales de los Estados y un radio de igual distancia en la zona en la que existieran silos de lanzamiento de ICBMs (misiles balísticos intercontinentales). Una enmienda de 1974 al Tratado limitó a tan sólo un área la posibilidad de instalar sistemas ABM. La Unión Soviética optó porque fuera Moscú la zona beneficiada, mientras que Estados Unidos prefirió instalar un sistema de este tipo en Dakota del Norte, clausurado en 1976, después de funcionar durante sólo cuatro meses (RHINELANDER, J. B., Page 510

The ABM Treaty. Past, present and future

, Journal of Conflict and Security Law, vol. 6, núm. 1, pp. 91-114; p. 95).

Desde esta fecha, el clima entre los dos polos fue bastante sosegado, sabedores de que la balanza de la disuasión quedaba a salvo siendo igualmente vulnerables ambos territorios, ante la ausencia de sistemas ABM que actuaran como escudos. De hecho, con mayor o menor fortuna, continuaron los esfuerzos en desarme y así, los acuerdos SALT II se firmaron en Viena en 1979, aunque finalmente Estados Unidos se negó a ratificarlos a causa de la invasión soviética de Afganistán. En la era Reagan-Gorbachov se firmó el Tratado sobre Fuerzas Nucleares Intermedias (Tratado INF, de 1987), que prohibía una categoría completa de armas nucleares ofensivas. Parecía el momento justo para comenzar a discutir la reducción de armas estratégicas, pero una nueva idea surgió en 1983 en Estados Unidos: la SDI (Strategic Defence Initiative), también conocida como Guerra de las Galaxias y destinada a interceptar misiles durante su fase de lanzamiento mediante un complejo sistema de láseres y haces de partículas. La incompatibilidad de este proyecto con el Tratado ABM se vislumbró pronto y el 6 de octubre de 1985 Estados Unidos hizo pública una interpretación amplia del Tratado ABM, según la cual se podrían desarrollar y probar (aunque no colocar), no sólo sistemas de base terrestre fija, sino también sistemas móviles y con base aérea, todo ello después de una acusación por Estados Unidos (julio-agosto de 1983) de que la URSS construía un radar fuera de la zona en principio permitida para ello y que sólo en 1989 aceptaría desmantelar (para una cronología de acontecimientos relevantes para los ABM, http://www.fas.org/nuke/control/abmt/chron.htm).

El Presidente G. Bush optó por el desarrollo de lo que se denominó GPALS (Global Protection Against Limited Strikes) en enero de 1991, menos ambiciosa que la SDI y que pretendía la puesta en marcha de 1.000 interceptadores en el espacio y 1.000 más de base terrestre, junto con otro número variable, de carácter transportable, como parte de misiles balísticos antitácticos. Pese a todo, esta iniciativa no impidió la firma del START I (Strategic Arms Reduction Treaty) en 1991, que suponía la reducción de cabezas nucleares de las dos superpotencias, si bien, el 13 de junio de 1991, la Unión Soviética declaraba que este Tratado podía ser «efectivo y viable únicamente bajo condiciones de cumplimiento del Tratado ABM» (http://www.fas.org/nuke/control/abmt/chron.htm).

W. Clinton, por su parte, optó por desplegar 100 misiles interceptadores de base terrestre, para asegurar así la protección de todo el territorio americano. Por primera vez se acuña el concepto de Defensa Nacional Antimisiles (NMD), y también por primera vez se dirige, ya no al enemigo ruso, debilitado y sin sentido tras el fin de la Guerra Fría, sino a los rogue States, esos Estados irresponsables entre los que figuran Corea del Norte, Irán, Iraq o Libia y que son el nuevo foco conflictivo que...

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