Declaración de la OIT sobre la justicia social para una globalización equitativa

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GINEBRA - Los gobiernos, trabajadores y empleadores de la OIT han adoptado una histórica Declaración con el objetivo de fortalecer la capacidad de la Organización para promover el Programa de Trabajo Decente y forjar una respuesta efectiva a los crecientes desafíos de la globalización. La "Declaración sobre la justicia social para una globalización equitativa" y su respectiva resolución fueron adoptadas por consenso por los Estados miembros, los trabajadores y los empleadores presentes en la 97a Conferencia Internacional del Trabajo, tras meses de negociación entre sus mandantes tripartitos en representación de sus 182 Estados miembros.

"Las demandas del mundo laboral moderno están cambiando, y esta Declaración fortalece nuestros esfuerzos para generar respuestas a través del Programa de Trabajo Decente", dijo el Director General de la OIT, Juan Somavia. "No sólo representa un gran cambio hacia políticas socioeconómicas más equilibradas, sino que también le otorga a la OIT una herramienta formidable para promover una globalización equitativa basada en el Trabajo Decente".

A través de esta Declaración, los gobiernos, empleadores y trabajadores de todos los Estados miembros realizan un llamamiento a favor de la adopción de una nueva estrategia para sostener a las economías y las sociedades abiertas basándose en la justicia social, el empleo pleno y productivo, las empresas sostenibles y la cohesión social. La Declaración reconoce los beneficios de la globalización, pero insta a que se realicen nuevos esfuerzos para la ejecución de políticas de trabajo decente como medio para alcanzar resultados mejores y más justos para todos.

De manera específica, la Declaración sienta nuevas bases sobre las que la OIT puede apoyar de manera efectiva los esfuerzos de sus mandantes para promover y alcanzar el progreso y la justicia social mediante los cuatro objetivos del Programa de Trabajo Decente: empleo, protección social, diálogo social y tripartismo, y los principios y derechos fundamentales en el trabajo. Es más, al resaltar la naturaleza interdependiente y de mutuo sostenimiento de estos cuatro objetivos, la Declaración subraya que la falta de apoyo a cualquiera de ellos entorpecería el avance en la promoción de los demás.

Al mismo tiempo, la Declaración otorga a los mandantes de la OIT la gran responsabilidad de contribuir, mediante sus políticas socioeconómicas, a la realización de una estrategia global e integrada para la ejecución del Programa de Trabajo Decente. La Declaración también solicita a la OIT a que invite a otras organizaciones internacionales y regionales a promover el trabajo decente, y añade que: "debido a que las políticas comerciales y de los mercados financieros repercuten en el empleo, el papel de la OIT consiste en evaluar esos efectos para lograr su objetivo de colocar al empleo en el núcleo de las políticas económicas".

La Declaración pone de relieve que la globalización provoca una profunda reforma en el mundo laboral. Por un lado, afirma que la globalización ha ayudado a que muchos países se vean beneficiados con altas tasas de crecimiento, creación de empleo, la absorción en zonas urbanas modernas de una gran parte de la población rural pobre, y el fomento de la innovación para el desarrollo de productos y la circulación de ideas. Por otro lado, la globalización ha llevado a que muchos países y sectores afronten grandes desafíos en términos de desigualdad del ingreso, altos niveles de desempleo y pobreza, vulnerabilidad económica ante las crisis externas, y el crecimiento del trabajo sin protección y de la economía informal, Page 41 que repercute en la relación de empleo y en las protecciones que la misma ofrece.

La "Declaración sobre la justicia social para una globalización equitativa" marca la renovación más importante de la Organización desde la adopción de la histórica "Declaración de Fila-delfia", en 1944. Además, representa un importante paso adelante en el respeto, la promoción y la realización de la Declaración relativa a los Principios y Derechos Fundamentales en el Trabajo, adoptada por la OIT en 1998.

Esa Declaración subraya que los principios fundamentales de la libertad sindical y el derecho de negociación colectiva, la eliminación de toda forma de trabajo forzoso, la erradicación efectiva del trabajo infantil, y la eliminación de la discriminación en materia de empleo y ocupación, son los principios básicos de la Organización. La Declaración adoptada este año subraya la importancia particular de estos derechos como condiciones que hacen posible la realización de los cuatro objetivos estratégicos de la OIT.

"Ahora tenemos una brújula" para la OIT y sus mandantes, dijo Jean-Jacques Elmiger, presidente de la Comisión sobre el Fortalecimiento de la Capacidad de la OIT, quien agregó que "ahora depende de todos nosotros que le demos forma al futuro, mientras que la Declaración y la Resolución nos mostrarán el camino a seguir".

En su presentación ante el plenario, el ponente de la Comisión, Sergio Paixao Pardo, dijo que la Declaración tendrá "un impacto directo en las condiciones de vida y de trabajo de hombres y mujeres en países desarrollados y en desarrollo". Paixao Pardo se refirió a la Declaración como "una guía para las futuras generaciones".

El vicepresidente de los trabajadores, Ebrahim Patel, dijo que la Declaración "aborda grandes temas que seguramente harán eco en las preocupaciones actuales de las sociedades, los trabajadores, los empresarios y los gobiernos, y esperamos que también anticipe las cuestiones que surgirán en el futuro".

El vicepresidente de los empleadores, Emmanuel Julien, dijo que "con esta Declaración, la Organización queda equipada con las mejores herramientas que jamás haya tenido para afrontar los desafíos de la globalización", y agregó que la Declaración le permitirá a la OIT "lograr más cosas sin desprenderse de nuestros valores fundamentales".

La Declaración incluye un mecanismo de seguimiento para asegurar los medios con los cuales la Organización asistirá a sus Miembros en sus esfuerzos por promover el Programa de Trabajo Decente, incluida una revisión de las prácticas institucionales de la OIT y su gobernabilidad; discusiones en el seno de la Conferencia Internacional del Trabajo sobre las realidades y necesidades de los Estados miembros y los resultados de las actividades de la OIT; evaluaciones voluntarias por parte de países, asistencia técnica y servicios de aseso-ramiento; y el fortalecimiento de las capacidades de investigación, y la compilación e intercambio de información.

Declaración de la OIT sobre la Justicia Social para una Globalización Equitativa y Resolución sobre el fortalecimiento de la capacidad de la OIT para prestar asistencia a los miembros en la consecución de sus objetivos en el contexto de la glo-balización. http://www.ilo.org/global/What_we_do/Officialme- etings/ilc/ILCSessions/97thSession/pr/lang--en/docName--WCMS_094042/index.htm

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