Entre los > y la realidad.

Authorde la Balze, Felipe
PositionEconomía argentina - Ensayo

(El surgimiento de China: un dilema central de la política exterior argentina)

LA ARGENTINA AISLADA

La Argentina se encuentra aislada del mundo y su reputación internacional ha declinado mucho en los últimos tiempos. El próximo gobierno que asuma en el 2015 deberá realizar profundas modificaciones para corregir los desaciertos de los últimos años.

Toda política exterior es vulnerable a los efectos de una crisis interna de gran envergadura como la que vivió la Argentina entre los años 2001 y 2003. Las repercusiones internacionales más gravosas de la crisis fueron el quebranto del crédito público y el profundo deterioro en la relación con las principales naciones europeas, que vieron malogradas sus inversiones en el país. (2)

La política exterior de los últimos diez años no supo subsanar estos severos reveses. Tampoco fue capaz de crear un clima de renovada confianza con los Estados Unidos, ni supo articular con Brasil una política que destrabe el ya perenne estancamiento del Mercosur.

Después de 10 años, el país sigue en > sin recuperar el acceso a los mercados voluntarios de deuda, lo que encarece la inversión de largo plazo tanto pública como privada.

Los niveles de endeudamiento se redujeron sustancialmente gracias a la renegociación de la deuda instrumentada en el 2005/2010. Pero la prima de riesgo país (el costo de endeudarse)--que es la verdadera medida del acceso al crédito--se mantuvo en niveles altísimos: tres veces más altos que los de Brasil, Chile o México.

Las recientes iniciativas del gobierno para restablecer el crédito argentino llegan tarde y son fruto de una creciente debilidad en materia fiscal y de un disminuido nivel de reservas en el Banco Central.

De todas formas, renegociar las deudas impagas con los bancos de exportación (el Club de Paris), satisfacer los requerimientos del FMI de que se publiquen estadísticas confiables, aceptar responsabilidades en materia de juicios perdidos en el CIADI y postergar hasta el 2015 las decisiones de la justicia norteamericana respecto a los bonistas impagos (los >), son señales en el proceso de volver a integrarse al mundo.

En materia de comercio internacional, a pesar de las favorables circunstancias internacionales, no hemos diversificado el patrón de exportaciones. Del lado de las importaciones, las restricciones discrecionales aplicadas por la Secretaria de Comercio suscitaron numerosas acciones legales en contra de nuestro país ante la Organización Mundial del Comercio (OMC).

Además, perdimos mercados importantes. Pasamos de ser el tercer exportador mundial de carnes a exportar menos que el Uruguay. En el 2010, perdimos el acceso al > en el mercado norteamericano que favorecía a nuestras exportaciones regionales. Ahora, después de transformarnos en líder mundial en la exportación de biodiesel, los europeos nos han cerrado su mercado.

En materia de inversión extranjera directa, la recurrente inestabilidad y discrecionalidad en la aplicación de las reglas del juego redujo dramáticamente el flujo de nuevas inversiones. En el año 2012, Argentina recibió nuevas inversiones extranjeras directas (sin tomar en cuenta la reinversión de utilidades) por solo US$ 4.000 millones, mientras que Brasil recibió por US$ 65.000 millones y Chile por US$ 30.000.

El estilo de conducción que el gobierno practica en la política interna se proyectó al escenario internacional con una agenda reactiva y poco respetuosa de las formas diplomáticas establecidas.

No creo que la diplomacia norteamericana haya olvidado el escándalo que ocurrió en Mar del Plata durante la reunión hemisférica, cuando se discutió el futuro del ALCA. Tampoco creo que olviden la escena de nuestro canciller abordando un avión militar norteamericano para confiscar equipos de comunicaciones y claves secretas.

Tampoco creo que los uruguayos hayan olvidado el prolongado bloqueo al principal puente internacional entre nuestros dos países, ni los chilenos el anuncio intempestivo de los recortes de gas natural a Chile durante el invierno del año 2005.

La politiquería y el amiguismo invadieron el aparato burocrático de la Cancillería. Se desplazó o eliminó a experimentados funcionarios de carrera, nombrando en puestos claves a militantes sin experiencia.

El Instituto del Servicio Exterior de la Nación, uno de los pocos centros de entrenamiento de excelencia creado por el Estado durante los últimos cincuenta años, sufre hoy un grave deterioro en su plantel de profesores y en la calidad del entrenamiento que imparte.

Al Gobierno le cuesta interpretar las nuevas tendencias internacionales y no sabe aprovechar las oportunidades que ofrece el escenario para mejorar la situación de nuestro país en el mundo.

En lo internacional, el país está cada día más aislado y no tiene una estrategia clara y articulada--mucho menos consensuada--en materia de alianzas, relaciones económicas preferenciales y tácticas diplomáticas.

EL ASCENSO DE CHINA Y SUS CONSECUENCIAS EN EL ESCENARIO MUNDIAL

El proceso de globalización que se inició después de la Segunda Guerra Mundial, se extendió vigorosamente durante los últimos 25 años a China, a los ex miembros del bloque soviético y al mundo de los países emergentes en Asia, África y América Latina.

Las reformas pro-mercado introducidas por China, en conjunción con una altísima tasa de inversión, generaron un formidable avance económico durante las últimas décadas. En la actualidad la economía china es la segunda más grande del mundo en términos de PBI y la primera en términos de producción industrial. Su participación en las exportaciones mundiales se incrementó del 2% en 1990 al 4% en el 2000 y al 11% en la actualidad. China ocupa el tercer lugar (después de los Estados Unidos y Japón) en términos de inversión extranjera directa y es el primer tenedor de reservas internacionales (US$ 3.600.000 millones, al 31 de octubre de 2013).

China continuará creciendo en los próximos años, pero a tasas menores que en el pasado. Su modelo de crecimiento > ha generado consecuencias indeseadas. El crecimiento es excesivamente dependiente de la inversión fija y de las exportaciones (en detrimento del consumo) y existen graves ineficiencias en el sector bancario y en el funcionamiento de las grandes empresas públicas.

Los Estados Unidos y China serán durante las próximas décadas las principales potencias mundiales tanto en el campo económico como en el político y militar.

En los centros de poder mundial, el ascenso de China desata temores respecto del futuro equilibrio mundial, ya que constituye una amenaza a la preeminencia de los Estados Unidos y pone en jaque los arreglos > que le dan sustento al sistema internacional creado después de la Segunda Guerra Mundial.

Recordemos, en este sentido, la reacción de Esparta ante el fortalecimiento de Atenas--tan lucidamente descripta por Tucídides en >--y más recientemente las consecuencias del surgimiento de Alemania, Japón y la Unión Soviética durante el tumultuoso siglo XX.

Hasta ahora, China aceptó el > internacional y jugó un rol constructivo y responsable en el escenario mundial. China se incorporó gradualmente al sistema de normas, reglas e instituciones que le dieron sustento a la llamada >.

Se asoció como miembro activo a las principales instituciones económicas multilaterales, como el FMI, el Banco Mundial y la OMC. Participó en el diálogo sobre el control de armas de destrucción masiva y cooperó con las potencias occidentales en el combate contra el terrorismo.

También aumentó su participación en el sistema de las Naciones Unidas, en el Consejo de Seguridad y participó en numerosas Operaciones de Paz. Durante la década de 1990, se incorporó en forma activa a más de diez organizaciones regionales, entre ellas la Asociación de Países del Sudeste Asiático (ASEAN) y la Organización de...

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