SEYSSEL, Claude; La Gran Monarquía de Francia, 1541

Pages63-66

Page 63

compuesta por el Señor Claude de Seyssel, obispo de Marsella & luego Arzobispo de Turín, dedicada al Rey Francisco Primero con este nombre,

París, Denys Ianot.

(1450-1520)

[10 bis] Capítulo VIII, Como la autoridad & el poder del Rey están regulados y controlados en Francia por tres frenos.

Hay otra cosa que estimo la principal para la conservación y crecimiento de esta monarquía. Se trata de que el jefe y todos los miembros de la misma estén regulados por un orden tan bueno que apenas puedan llegar a disentir, al menos hasta que -por voluntad de Dios y por el curso común de la naturaleza que no puede crear ni producir ninguna cosa perpetua y que no esté sujeta a su corrupción y mutación- el tiempo de su declive y disolución llegue, lo que sucederá tarde o temprano, como sobre el resto de las cosas. Pero así como los hombres, aun siendo mortales, viven más tiempo y con mejor salud si tienen una buena complexión y llevan un buen régimen, de igual forma duran más y de mejor manera las señorías y Estados que son mejor establecidos y gobernados.[...]

[11 bis] Puestos a hablar del desorden que puede acaecer por la imperfección de los jefes y monarcas, hay varios remedios para re-

Page 64

frenar su autoridad absoluta, en caso de que sean depravados y volubles o más aun si aquellos que podrían tener el manejo del reino son imbéciles por falta de edad o cualquier otra causa. Sin embargo, siempre conservarán entera la dignidad y la autoridad real ya que, si bien ésta no es absoluta, tampoco está demasiado restringida, sino refrenada y regulada por buenas leyes, ordenanzas y costumbres establecidas de tal manera [12] que apenas se puedan romper y aniquilar, incluso si en algún lugar y en algún momento surge alguna infracción o violencia. Hablando de dichos frenos por los cuales el poder absoluto de los reyes de Fran-cia está regulado, encuentro tres principales: el primero es la religión, el segundo la Justicia y el tercero la Política.

[12] Capítulo IX, De la religión como primer freno de los reyes.

En cuanto al primer freno, es cosa cierta que el pueblo de Francia ha sido siempre, y aun lo sigue siendo entre todos los otros pueblos, devoto y religioso. [...]

[13] Viviendo el rey, al menos en apariencia, según la ley y la religión cristiana, le es imposible hacer cosas tiránicas y, si hiciese una, le está permitido a cualquier prelado o a cualquier otro hombre honesto religioso que le tenga alguna estima al pueblo, el aleccionarle e...

To continue reading

Request your trial

VLEX uses login cookies to provide you with a better browsing experience. If you click on 'Accept' or continue browsing this site we consider that you accept our cookie policy. ACCEPT