Chile y Nueva Zelandia.

* Palabras de la embajadora Rosemary Paterson

El año 2012 marca el cuadragésimo aniversario del establecimiento de las misiones diplomáticas en Chile y Nueva Zelandia, respectivamente, por lo que es oportuno hacer un balance de cómo ha evolucionado la relación y cómo esta ha contribuido al desarrollo de cada país.

El inicio de los años setenta fue un período importante para ambos países. En Nueva Zelandia obedeció a razones económicas; en el caso de Chile, los desafíos enfrentados fueron mucho más profundos.

La incorporación de Gran Bretaña a la Comunidad Económica Europea en 1973, para la cual Nueva Zelandia se había estado preparando desde hacía tiempo, la impulsó a buscar mercados alternativos para sus exportaciones. Aunque Asia fue, y continúa siendo, la perspectiva más atractiva para los exportadores neozelandeses, América Latina se mostraba prometedora como mercado para los productos lácteos, por lo que en 1972 Nueva Zelandia abrió embajadas en Chile y Perú. El pronunciamiento militar en Chile y la dictadura posterior cambió el matiz de la relación y no fue hasta los años ochenta, con Chile aún bajo régimen militar, que se realizaron las primeras inversiones neozelandesas significativas: en el sector lácteo por la New Zealand Dairy Board y en silvicultura por Carter Holt Harvey.

En 2012, el contexto de la comunidad internacional de la que son miembros Nueva Zelandia y Chile es diferente. Si este es el siglo de Asia Pacífico, Nueva Zelandia y Chile están firmemente comprometidos a ser parte de él. Mientras que en 1972, Chile, al igual que el resto de América Latina, tenía un enfoque más orientado al interior, hoy se ha unido a Nueva Zelandia en mirar hacia la región Asia Pacífico. Al mismo tiempo, ambos comparten el firme compromiso de enfrentar los desafíos globales actuales incluyendo el cambio climático, la seguridad alimentaria, la protección de los recursos naturales, los conflictos y la crisis financiera.

Si tuviéramos que considerar la relación entre ambos países centrándonos exclusivamente en cifras comerciales, podríamos concluir que no ha sido particularmente significativa. Al término del año financiero neozelandés, en junio de 2011, las exportaciones de Chile a Nueva Zelandia alcanzaron a US$50.7 millones y las de Nueva Zelandia a Chile a US$50.1 millones. El rápido crecimiento de Chile lo ha transformado en un competidor para Nueva Zelandia en, por ejemplo, productos hortícolas y forestales, sectores en los que hubo inversión neozelandesa temprana en Chile.

Hoy en día, la relación económica es más sofisticada y en ella cabe destacar las importantes inversiones de Nueva Zelandia en agricultura (tanto producción como procesamiento de lácteos) y energía (exploración y extracción de petróleo, gas y geotermia). Asimismo, en estas áreas existe una significativa prestación de servicios por Nueva Zelandia, incluyendo educación.

El pilar fundamental de la relación es ahora el Acuerdo Estratégico Trans-Pacífico de Asociación Económica, o > como se conoce comúnmente. El P4 fue negociado como un acuerdo de libre comercio con visión específica y la denominación de > fue deliberada. En lo que se refiere a Chile y Nueva Zelandia, sin duda significó un reconocimiento de la prolongada relación entre los dos países,, marcada por la confianza y las ideas afines. Las partes, Chile, Nueva Zelandia, Singapur y luego Brunei, comenzaron las negociaciones conscientes de que posiblemente los beneficios tangibles a corto plazo de un acuerdo entre países que ya se caracterizaban por sus economías abiertas, no serían espectaculares. No obstante, estos cuatro miembros del APEC esperaban que el Acuerdo, diseñado para permitir la adhesión de otros países, pudiera dar lugar a una alianza más amplia en la región.

Debido a lo anterior y al estancamiento de la ronda de Doha, se considera que las negociaciones de la denominada Asociación Trans-Pacífica (TPP) sean las más importantes de la actual agenda comercial y económica. Inicialmente agregando Australia, Perú, Estados Unidos y Vietnam a los cuatro miembros originales (aunque la estructura no es igual a una simple adhesión), Malasia se unió al grupo en 2010. Durante la reunión de los líderes del APEC en noviembre del 2011, Canadá, Japón y México manifestaron su intención de comenzar conversaciones formales con los miembros de la TPP, Nueva Zelandia y Chile, países pequeños y relativamente aislados, no pertenecen al Grupo de los 20 aunque ambos son miembros de la OCDE y han demostrado ser capaces de compartir y promover una visión estratégica que está próxima a convertirse en realidad y que probablemente tendrá significativo impacto en la región.

Desde un punto de vista bilateral, a nivel de gobierno, ambos países trabajan en una agenda muy centrada en áreas en que la colaboración es una clara ventaja para promover el crecimiento económico. Chile es país prioritario en la Estrategia para América Latina del Gobierno de Nueva Zelandia, que establece un marco orientado a promover los vínculos del país con la región.

La colaboración en el área económica se centra principalmente en la cooperación agrícola. Lo que estamos haciendo en el plano bilateral refleja nuestros intereses comunes en la Organización Mundial del Comercio, particularmente en la necesidad de una mayor liberalización en el sector agrícola, que ambos defendemos como miembros del Grupo de Cairns. Chile también se sumó a la iniciativa de Nueva Zelandia y otros países en la reunión sobre cambio climático que tuvo lugar en Copenhague en el 2009, para promover el aumento de la producción de alimentos al mismo tiempo que reducir las emisiones de gases de efecto invernadero: la Alianza Global de Investigación. Nuestros científicos, ya bien relacionados entre sí, están combinando sus recursos de investigación para encontrar soluciones inteligentes a este problema global.

La inversión de Nueva Zelandia en la producción lechera de pastoreo en el sur de Chile y en la elaboración de productos lácteos a través de la propiedad de Soprole, se une al creciente interés de Chile en los servicios de capacitación agrícola que ofrece Nueva Zelandia. Este país es considerado un proveedor de categoría mundial de estos servicios y los jóvenes chilenos son bien acogidos en él, donde se les considera buenos trabajadores deseosos de aprender técnicas que luego pondrán en práctica en su país de origen. Últimamente ha habido mayor énfasis en aplicar en Chile el modelo neozelandés de capacitación.

Las actividades de gobierno a gobierno en este sector se han definido por medio de la adopción de una agenda a corto plazo a nivel oficial.

En el ámbito económico y en términos más generales, los dos países han trabajado juntos para romper las barreras burocráticas, especialmente las que afectan a las Pequeñas y Medianas Empresas. Esta es un área de importancia tanto para el APEC, que propone el programa de >, como para las negociaciones del TPP donde, como parte del concepto de un acuerdo estilo siglo 21, existe preocupación por garantizar que las barreras > no impidan obtener los beneficios de la liberalización del comercio.

La cooperación entre Chile y Nueva Zelandia en materia de medio ambiente es de larga data. La colaboración entre los científicos en el campo de la biodiversidad se inició en la década de los años ochenta, conocida como > (Southern Connection), que sigue activa. Los dos países también formaron parte del grupo del hemisferio sur a nivel de gobierno en el ex >. Hoy, además de la colaboración activa en los organismos multilaterales, hay considerable actividad en el plano bilateral. Esta obedece en gran medida al Acuerdo de Cooperación Ambiental del P4 (ACA). La actividad actual de Nueva Zelandia y Chile se centra en el cambio climático, las energías renovables, el manejo del agua dulce y la biodiversidad.

La primera misión de Nueva Zelandia en materia de comercio de energía limpia e inversión llegó a Chile en marzo de 2009 bajo el ACA. Ahora, la energía es uno de los pilares de la relación bilateral. La empresa neozelandesa Greymouth Petroleum tiene cuatro concesiones de petróleo y gas en la región de Magallanes. La empresa estatal Mighty River Power, que en Nueva Zelandia opera la mayor planta de energía geotérmica del mundo, ha invertido en energía geotérmica en Chile. La asociación geotérmica también se refleja en la investigación y la vinculación de las políticas públicas, así como en la prestación de servicios. Además, el gobierno de Nueva Zelandia ofrece becas a profesionales chilenos para programas de postgrado y técnicos en la Universidad de Auckland.

Ambos países han reconocido el potencial de la energía marina y con dos proyectos en marcha en Nueva Zelandia, han aprovechado la oportunidad para intercambiar experiencias a nivel de expertos.

La visita del entonces Ministro de Energía Ricardo Raineri a Nueva Zelandia en 2010 resultó en una declaración conjunta sobre energía con su homólogo a la sazón, el Ministro Gerry Brownlee. Para poner en práctica esta declaración, los dos gobiernos elaboraron una agenda futura cuyas primeras actividades ya se han llevado a efecto.

La importancia de una gestión responsable de los recursos naturales del mundo ha sido durante mucho tiempo un tema que ha unido a Nueva Zelandia y Chile. Fue esta preocupación la que llevó a los dos países, de la mano con Australia, a patrocinar las negociaciones sobre la creación de la Organización Regional del Pacífico Sur de Ordenación Pesquera. La creación de esta Organización, una vez que el tratado entre en vigor, cerrará una brecha en que la explotación de los recursos marinos vivos en una vasta área de océano no estaba regulada. El tema más crítico por resolver dentro de este marco es el de la pesca del jurel, en peligro de extinción y de gran importancia económica para Chile.

Ambos países reconocen el valor del capital humano. El Programa de Vacaciones y Trabajo entre Nueva Zelandia y Chile, en vigor desde 2001, permite que mil chilenos...

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