Chile: hacia un multilateralismo efectivo.

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Exposición realizada por el subsecretario de Relaciones Exteriores, Embajador Alberto van Klaveren, en la inauguración del año académico del Instituto de Estudios Internacionales de la Universidad de Chile, 27 de abril de 2006.

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Tal vez para muchos de ustedes, el que me haya permitido la licencia de abordar el tema del multilateralismo en la inauguración de este año académico parezca sorprendente o, tal vez, curioso. Lo normal, me imagino, era esperar del subsecretario de Relaciones Exteriores una visión panorámica de la política exterior del recién asumido gobierno de la Presidenta Michelle Bachelet, sus escenarios principales o sus prioridades bilaterales.

La opción, sin embargo, no es antojadiza. Por una parte, ya hace unas semanas tanto el ministro Foxley como el que habla hemos tenido oportunidad de entregar una visión general sobre la política exterior del Gobierno de la Presidenta Bachelet ante ambas Cámaras de nuestro Congreso Nacional. La versión final de esta intervención está disponible. Ahora, lo que corresponde es enfocar con algo más de profundidad las principales áreas de nuestra política exterior.

No puedo concebir un tema más apropiado para una entidad académica como el multilateralismo. Por una parte, porque se trata de un tema crucial para el futuro de la comunidad internacional.

Y, por el otro, permítanme decirlo, porque responde quizá de la mejor manera a la herencia de quien fuera, hace ya más de 162 años, el primer rector de la casa de estudios que nos acoge. Porque si tuviera que destacar uno de los más extraordinarios legados de ese notable y prolífico humanista venezolano y chileno que fuera don Andrés Bello, no dudaría en mencionar su ferviente espíritu integrador, tanto en términos regionales como globales, y su convicción de que la integración real de los pueblos solo es posible mediante el camino del entendimiento y la cooperación, de la voluntad y del esfuerzo común y, sobre todo, del derecho internacional. Bello creía en la factibilidad de la unión de las naciones para alcanzar aquellos > aparentemente tan esquivos, como son el logro de una paz segura y estable, un mayor bienestar económico, la imprescindible justicia social y el libre comercio. Ideas, todas ellas, plenamente vigentes en la actualidad.

Los cambios que experimenta el sistema internacional son de magnitud suficiente como para sugerir la emergencia gradual de nuevas estructuras y procesos globales. No solo la constelación de las grandes potencias y de sus alianzas está variando de manera muy profunda. La soberanía y la cohesión de los Estados, y la autoridad y la eficacia de sus gobiernos tampoco son las de antes.

Los parámetros básicos del sistema internacional se están alterando. Esta tendencia se hace evidente en tres niveles diferentes. En primer lugar, en la distribución del poder entre los principales actores del sistema internacional: Estados, organizaciones internacionales, organizaciones no gubernamentales, personas. En segundo lugar, en las relaciones de autoridad mediante las cuales los gobiernos y otros actores internacionales se relacionan con sus ciudadanos. En tercer lugar, en la actitud de los ciudadanos frente a los fenómenos internacionales, en la forma en que estos responden frente a los estímulos externos.

Por más de tres siglos, la estructura del poder mundial se basó en un sistema anárquico de unidades soberanas que no respondían ante autoridad superior alguna y que enfrentaban sus conflictos mediante la acomodación o el conflicto. Los Estados no eran los únicos actores del sistema, pero tradicionalmente ocupaban el lugar central en su estructura. Este mundo centrado en los Estados desarrolló su propia jerarquía, basada en la forma en que se distribuía el poder militar, económico y político. Ahora, sin embargo, este mundo de Estados ya no tiene el predominio de antes. Debido a una serie de procesos económicos, políticos y tecnológicos, se está bifurcando. Por una parte, subsisten elementos muy importantes del mundo de antes. Por la otra, ha surgido una red muy densa de actores no tradicionales y relativamente autónomos, que poseen sus propias estructuras y dinámicas. Por cierto, estos actores no tradicionales no han desplazado a los Estados del escenario global, pero sí comienza a erosionar el virtual monopolio que ejercían en el pasado.

Las relaciones de autoridad entre los gobiernos y sus ciudadanos también están experimentando modificaciones muy profundas. Los gobiernos y otras unidades relevantes en el sistema internacional están viendo socavada su autoridad. Ello se expresa en lo que conocemos como crisis de la gobernabilidad, problema que se da en prácticamente todo el orbe y que, en caso alguno, se limita al ámbito latinoamericano o del mundo en desarrollo.

Como consecuencia de las crisis de gobernabilidad, los Estados y los gobiernos se han hecho menos eficaces para enfrentar sus desafios e implementar sus políticas. Su habilidad para solucionar problemas sustantivos se ve reducida. Las crisis de autoridad no se limitan a los Estados y los gobiernos. También se manifiestan en unidades subnacionales, en organizaciones internacionales y en entidades transnacionales. Muchas unidades que integran el sistema internacional se ven expuestas a fuerzas centrífugas y a problemas de legitimidad.

Los individuos, las personas, también han modificado su actitud frente a los fenómenos internacionales. Factores tan diversos como la interdependencia, la globalización, la revolución tecnológica y la ampliación de los derechos y de las libertades de las personas han llevado a un cambio gradual en sus formas de relacionarse con el mundo. La capacidad de acción internacional de los individuos se está ampliando, sus mapas mentales se están expandiendo y sus expectativas se están internacionalizando. No se trata de que los pueblos del mundo estén convergiendo en torno a los mismos valores. Más bien, están compartiendo una mayor capacidad para articular sus propios valores y proyectarlos en términos internacionales. Por cierto, estos pueden expresarse en el apoyo a la lucha por los derechos humanos y las...

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