Bolivia: Crisis sanitaria, elecciones y polarización política

AuthorFranz Flores Castro
Pages43-59
BOLIVIA: CRISIS SANITARIA, ELECCIONES
Y POLARIZACIÓN POLÍTICA
Franz FLORES CASTRO
RESUMEN: El capítulo estudia cómo Bolivia enfrenta la crisis sani-
taria provocada por la COVID-19, tomando en cuenta factores como el
inacabado proceso de reconguración de su sistema político por unas
elecciones declaradas en suspenso y un gobierno transitorio presidido
por Jeanine Áñez que no goza del apoyo de la Asamblea Legislativa ni de
la mayoría de los gobiernos subnacionales. A la vez, se analiza cómo la
efectividad de la respuesta está limitada por factores estructurales como
un Estado débil, con problemas de dotación de servicios de salud y con
una población con fuertes carencias económicas y de acceso a empleos de
calidad.
Palabras clave: COVID-19, Bolivia, Estado débil, sistema político, go-
bierno subnacional.
1. INTRODUCCIÓN
Bolivia afronta la pandemia de coronavirus en medio de una compleja
e inacabada reconguración de su sistema político. El 10 de noviembre de
2019 y luego de una elección declarada fraudulenta por la OEA, el enton-
ces presidente Evo Morales abandonó el gobierno en un contexto de mul-
titudinarias protestas urbanas, el amotinamento de la policía y la sugeren-
cia del jefe de las fuerzas armadas para que dejara la presidencia (Flores,
2020). El vacío de poder fue ocupado por la senadora Jeanine Áñez, a
quien se asignó las tareas de pacicar el país —la Comisión Interameri-
cana de Derechos Humanos (CIDH) contabilizó 23 personas fallecidas y
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715 heridos como saldo del enfrentamiento entre las fuerzas de seguridad
y los seguidores de Morales—, renovar por completo el Tribunal Supremo
Electoral (TSE) y convocar a elecciones presidenciales y legislativas en el
plazo más corto posible.
Los comicios nacionales se convocaron para el 3 de mayo de 2020. Se
inscribieron ocho candidaturas: el expresidente Carlos Mesa (Comunidad
Ciudadana); Luis Arce (MAS), exministro de Economía del gobierno de
Morales; el expresidente Jorge Quiroga (Libre 21); el exlíder cívico Fernan-
do Camacho (Creemos); Felix Patzi (MTS); Ruth Nina (Pan-Bol), y Chin
Hyug Chung (FPV). En un giro sorprendente, la presidenta, Jeanine Áñez,
presentó su candidatura bajo la sigla Juntos.
Las encuestas colocaban a Luis Arce como favorito para ganar las elec-
ciones. En la última medición realizada, por la empresa Cies Mori antes
de la declaración de la emergencia sanitaria, Arce tenía una intención de
voto del 33,3 por 100, seguido por Mesa (18,3 por 100) y Áñez (16,5 por
100). Estos datos anunciaban un triunfo en primera vuelta para el MAS y
una fuerte disputa entre Mesa y Áñez por el segundo lugar. No era para
menos, ya que el sistema electoral boliviano prevé la realización de un
balotaje en caso de que ninguno de los candidatos logre superar en la pri-
mera vuelta el 50 por 100 de los votos (o el 40 por 100 más una diferencia
de 10 puntos sobre el segundo). Si Arce no llegaba a superar el 40 por 100,
tendría que enfrentarse a una oposición cohesionada en torno al segundo
candidato más votado.
Todos los actores estaban en los afanes proselitistas cuando, a raíz de la
llegada de la pandemia, el 23 de marzo el TSE decidió postergar, sin fecha,
las elecciones. En este contexto, los actores políticos dejaron de pedir votos
de manera explícita pero, sin duda, sus acciones y estrategias durante la
crisis sanitaria nunca dejaron de tomar en cuenta las elecciones futuras.
Todo este proceso se desarrolló en el contexto de una profunda cri-
sis de las instituciones democráticas. La conanza en los partidos había
tenido un sostenido descenso desde el año 2006, pero sobre todo desde
el año 2017 cuando el entonces presidente, Evo Morales, dio señales de
desconocer la Constitución Política y afectar la independencia de las ins-
tituciones, entre ellas, del TSE y del Tribunal Constitucional Plurinacional
(TCP) (Zuazo, 2020: 72).
Cuando llegó la pandemia a Bolivia, lo hizo a un país donde, al igual
que toda América Latina, que pasa por un proceso de fatiga democrática
iniciado en 2014 (Alcántara, 2020: 538) y que se expresa en «la pérdida de
conanza en las instituciones, en el retraimiento de lo público y en la insa-
tisfacción con la propia democracia» (Alcántara, 2019: 11).
2. CÓMO SE PRESENTÓ LA PANDEMIA. LA PARSIMONIA
DEL GOBIERNO FRENTE AL PÁNICO DE LA POBLACIÓN
En un primer momento, la pandemia fue tratada como algo lejano que
no afectaría a Bolivia de manera directa. Se calculaba una severa contrac-

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