La alianza de civilizaciones: primera reunión del grupo de alto nivel (Palma de Mallorca, 27-29 de noviembre de 2005)

AuthorMáximo Cajal
Pages1097-1103

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1. Origen y desarrollo de la propuesta

Los pasados días 27, 28 y 29 de noviembre se reunió en Palma de Mallorca el Grupo de Alto Nivel designado por Kofi Annan para poner en marcha la Alianza de Civilizaciones. Yerran quienes piensan, de buena fe o malévolamente, que esta idea es producto de la ingenuidad o del angelismo. Tampoco es el resultado de un ejercicio analítico o de un proceso histórico. Es la consecuencia inmediata de una dolorosa experiencia, en particular en el mundo occidental y, concretamente, en España. En su raíz están dos ataques terroristas: los del 11 de septiembre de 2001 y del 11 de marzo de 2004. Pero también responde a una opción política del Presidente del Gobierno. El hecho de presentarla en Nueva York, ante la Asamblea General de Naciones Unidas, no fue una casualidad, un capricho o una coincidencia. Obedecía, por el contrario, a una decisión política, que ya estaba prefigurada en el programa electoral del PSOE antes de las elecciones del 14 de marzo, al igual que lo estaba la retirada de las tropas españolas de Irak. Era la apuesta por el multilateralismo, por la legalidad y la legitimidad internacionales que se encarnan en la persona del Secretario General de la ONU. Es una opción concebida como la columna vertebral de una política exterior radicalmente distinta de la practicada hasta entonces en España, centrada como estaba en el unilateralismo, en la irrelevancia de la ONU y en el seguidismo de los Estados Unidos, como puso de relieve la modificación puntualPage 1098 -pero de sustancia- del Convenio defensivo, suscrito el 1 de diciembre de 1988, en materia tan delicada como las autorizaciones de vuelos y sobrevuelos por la fuerza aérea de ese país, por no hablar de la guerra de Iraq.

Tal y como establece el documento que le sirve de marco conceptual, la iniciativa de la Alianza de Civilizaciones responde a «la necesidad sentida más allá de las muchas divisiones que la separan, de que la comunidad internacional emprenda un esfuerzo decidido, tanto a nivel institucional como de la sociedad civil, para superar los prejuicios, las ideas falsas, los errores de apreciación y la polarización. Más adelante, añade que los acontecimientos recientes han intensificado la sensación de que existe una creciente disparidad e incomprensión mutua entre las sociedades islámicas y occidentales [...] por lo cual es necesario crear una coalición amplia para contrarrestar la tendencia al extremismo y evitar el deterioro entre las sociedades, que incluso podría amenazar la estabilidad internacional».

El proceso de reflexión que acaba de arrancar en las Baleares lo hace sin perder de vista el componente de seguridad, que está claramente integrado tanto en aquel texto como en el mandato que los integrantes del Grupo han recibido del Secretario General. La Alianza de Civilizaciones, vuelvo al marco conceptual, tendrá en cuenta «los discursos dominantes en las diferentes sociedades» con el fin de «dar una respuesta eficaz a las nuevas amenazas a la paz internacional derivadas de percepciones hostiles que fomentan la violencia». El mandato, a su vez, parte de la constatación de que existe un amplio consenso acerca de que «todas las sociedades son interdependientes, están unidas entre sí en su desarrollo y seguridad, y en su bienestar medioambiental, económico y financiero», pero también de que en los últimos tiempos se «han exacerbado la desconfianza, el temor y la falta de entendimiento entre las sociedades islámicas y occidentales», por lo que «únicamente una coalición global será capaz de evitar un mayor deterioro de las relaciones entre las sociedades y las naciones, que amenazaría la estabilidad internacional». En coherencia con este diagnóstico, el mandato pide a los miembros del grupo, que su trabajo vaya encaminado a «contrarrestar la amenaza a la paz y la estabilidad mundiales que supone el extremismo y fomentar la conciencia de que la seguridad es indivisible y que la cooperación global es un requisito previo indispensable para la seguridad, la estabilidad y el desarrollo».

Como la amenaza que se trata de combatir es global, también es global, universal, la vocación de esta propuesta, a diferencia de otras que tienen una dimensión regional, como el Proceso de Barcelona o el Broader Middle East and North Africa de los Estados Unidos. Su planteamiento, por otra parte, es eminentemente político. Por eso se distingue de aquellas otras iniciativas de contenido eminentemente cultural, educativo, interconfensional o religioso, sin por ella desconocerlas o menospreciarlas; muy al contrario. Estas son las razones por las que la Alianza de Civilizaciones está incardinada en las Naciones Unidas, y no en la UNESCO o en un marco ecuménico.

2. Próximos pasos

En Palma, los reunidos acordaron encontrarse de nuevo en Doha, Qatar, los últimos días de febrero de 2006. La tercera reunión tendrá lugar a finales de...

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