La adhesión de China a la organización mundial del comercio (OMC)

AuthorRomualdo Bermejo García/Laura San Martín Sánchez De Muniáin
Pages686-692

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China ya está en la OMC, y la esperanza de que el país más poblado del planeta se adhiriera a la Organización, que es la señera de la globalización, es hoy día una realidad. En efecto, el 10 de noviembre de 2001, en plena Conferencia Ministerial de la OMC en Doha, China notificó al Director General, el señor Mike Moore, el siguiente mensaje: «Tengo el honor de informarle de que el 11 de noviembre de 2001 el Gobierno de la República Popular China aceptó el Protocolo de referencia. De conformidad con el párrafo 2 de la Parte III del Protocolo, la República Popular China pasará a ser Miembro de la Organización Mundial del Comercio el 11 de diciembre de 2001. La presente notificación se hace de conformidad con el párrafo 3 de la Parte III del Protocolo» 1. La República Popular China (en adelante China) expresaba así su voluntad de convertirse en 143.° Miembro de pleno derecho de la OMC a partir del 11 de diciembre de 2001. Conviene resaltar que, justamente después de la ceremonia de firma de China, se procedió igualmente a la aprobación de la admisión del Taipei Chino, es decir Taiwan (tradicionalmente Formosa). Así, pues, al contrario que en las Naciones Unidas, en donde sólo está representada China, la OMC, más práctica y más pragmática, acoge a los dos Estados.

No todos los Miembros de la OMC recibieron con los brazos abiertos la adhesión de China. A este respecto, la reacción de El Salvador fue contundente al comunicar el 5 de noviembre, es decir, antes de la notificación de adhesión de China, al Director General de la OMC lo siguiente: «... deseo informarle que mi Gobierno, de conformidad al artículo 13 del Acuerdo de Marrakech (Acuerdo constitutivo de la OMC) ha decidido no aplicar los Acuerdos Comerciales Multilaterales entre El Salvador y China, en el caso de que ésta ingrese a la Organización» 2.

El hecho de que China se adhiera a la OMC no tiene nada de extraño. No hay que ignorar que China ya fue Miembro originario del GATT al firmar el Acuerdo General el 30 de octubre de 1947, Acuerdo que entró en vigor el 1 de enero de 1948. Pero los acontecimientos políticos iban a hacer una mala jugada a China. En efecto, el 1 de octubre de 1949 se creó la República Popular China, lo que suscitó una serie de reacciones de todo tipo en el seno de algunas Partes Contratantes del GATT. Fue precisamente el 5 de mayo de 1950, cuando el Gobierno de Taiwan anunció que China abandonaba el sistema del GATT, algo a lo que la República Popular China nunca accedió 3. En 1965, el Gobierno de Taiwan consiguió obtener el estatuto de «observador» en el GATT, que le fue retirado en octubre de 1971 a raíz de la adopción por la Asamblea General de la ONU de la Resolución 2758, de 26 de octubre de 1971, por la que se reconocía como Gobierno legí-timo de China al de la República Popular 4.

Tras un período de suspensión de relaciones que duró treinta años, en 1982 la Repú-blica Popular China envió por primera vez una delegación para que asistiera a una Con- Page 687 ferencia de las Partes Contratantes del GATT en calidad de observador. Restauradas las relaciones, el 10 de julio de 1986 -por lo tanto antes de que se iniciara la ya más que famosa «Ronda Uruguay»- China presentó una solicitud para recuperar su antiguo estatuto de Parte Contratante en el seno del GATT. La solicitud china se basaba, precisamente, en que la notificación de retirada llevada a cabo por el Gobierno de Taiwan en su día era nula, razón que no dejaba de tener un cierto peso.

Ante esta situación, el GATT no se demoró, y el 4 de marzo de 1987 estableció un Grupo de Trabajo con el fin de someter al Consejo las recomendaciones pertinentes, entre las que se incluían la posibilidad de elaborar un Proyecto de Protocolo sobre el estatuto de China. Conviene insistir sobre el hecho de que China pretendía retomar el estatuto de Miembro originario en un momento crucial para el GATT, debido a la ya citada Ronda Uruguay. Y es que si China hubiera recuperado el antiguo estatuto en ese momento en el GATT, hoy día sería Miembro originario de la OMC 5, cosa que no ha podido ser por razones que no podemos analizar aquí, pero que son obvias dadas las circunstancias económicas y políticas que por aquel entonces imperaban en aquel país, por mucho que se hablara de reformas.

En realidad, dadas estas circunstancias, pronto se echaron por tierra las esperanzas que se habían suscitado, sobre todo a raíz de los acontecimientos de la plaza de Tiananmen en el verano de 1989. El aplastamiento de la revuelta por parte de los tanques del ejército ofreció una imagen de barbarie difícil de olvidar, teniendo como consecuencia inmediata la paralización de las negociaciones durante tres años y, más exactamente, hasta la primavera de 1992 6.

La suerte, sin embargo, estaba ya echada y China, que no pudo lograr su objetivo en el GATT, continuó la lucha con paciencia oriental, obteniendo el estatuto de «observador» en la OMC el 11 de julio de 1995. No obstante, su deseo no sólo era ése, sino el de llegar a ser Miembro de esa fuerte Organización que acababa de crearse 7. Para realizar ese sueño, tenía que dar el paso de la solicitud de adhesión al Acuerdo por el que se establece la OMC, cosa que hizo el 7 de diciembre de 1995, siguiendo lo previsto en el artículo 12 de dicho Acuerdo, firmado en Marrakech el 15 de abril de 1994 8. Era necesario, pues, transformar el Grupo de Trabajo creado en el GATT para la readmisión de China como Parte Contratante, en un Grupo de Trabajo sobre la adhesión de China a la OMC, aunque éste fuera el mismo 9. El citado Grupo de Trabajo se reunió en veinte ocasiones entre 1987 y 1995, y en veintiuna Page 688 tiuna entre 1995 y enero de 2001 10, lo que indica la cantidad de dificultades que planteaba la adhesión china, sobre todo en relación con el acceso de los productos al mercado de este país, a pesar de las políticas de reforma y apertura al mundo exterior iniciada por Deng Xiaoping. Este problema, que era real, no impedía que todos los grandes Estados comerciales del mundo pusieran su punto de mira en las potencialidades del gran mercado chino.

Las negociaciones nunca se presentaron fáciles, pero la...

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