Los jóvenes árabes aspiran a la justicia social y al trabajo decente

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8| Mayo 2012, N.º 74 |En portada
En portada
EL DESEMPLEO
AFECTA POR IGUAL A
LA EDUCACIÓN SUPERIOR
E INFERIOR, ASÍ COMO
A LOS NIVELES
DE INGRESOS
Ofrecer a los jóvenes un
© H. Homayounpour/OIT
Los jóvenes árabes aspiran a la
justicia social y al trabajo decente
Mayo 2012, N.º 74 |En portada |9
comienzo mejor
En 2011, las tasas de desempleo juvenil
en el mundo árabe alcanzaron una media
preocupante: más del 27,3%. Para las
mujeres jóvenes la situación es aún peor,
con una tasa media de desempleo del
41,1%, además del hecho de que su
participación en el mercado de trabajo
ya es mucho menor que en cualquier
otro país del mundo. Aunque los jóvenes
tengan trabajo, las condiciones son a
menudo muy deficientes, señala la Sra.
Dorothea Schmidt, especialista de la OIT
en empleo en África del Norte.
De acuerdo con la experta de la OIT, los salarios en
el mundo árabe son bajos, apenas existe protección
social, los acuerdos de trabajo son deficientes y las
perspectivas profesionales son limitadas. “De modo
que no es de extrañar que haya tantos jóvenes
furiosos”, concluye la Sra. Schmidt.
Ocurre con demasiada frecuencia que la realidad
de los jóvenes de la región no les permite ver
cumplidas sus aspiraciones. “El desempleo afecta
por igual a la educación superior e inferior, así como
a los niveles de ingresos. Además, la cobertura
de la seguridad social, incluida la protección por
desempleo y los planes de pensiones, normalmente
solo existe para funcionarios públicos. Una persona
que se quede en paro se deslizará muy rápidamente
hacia la pobreza”, afirma la experta de la OIT.
El sentimiento de frustración entre los jóvenes se
agrava por el hecho de que los padres invierten
mucho dinero en la educación de sus hijos y
esperan garantizar así un futuro mejor para ellos.
De acuerdo con la experta de la OIT, los
problemas del mercado de trabajo son muy
similares en la región, aunque difieren en
muchos aspectos según el país. Por ejemplo, la
educación que reciben los jóvenes en Túnez es
mucho mejor que la de Egipto. Del mismo modo,
Túnez ha hecho más avances en la lucha contra
la discriminación de la mujer en el mercado de
trabajo que en otros países de la región.
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Pero la situación general en Túnez sigue siendo
muy problemática. “La revolución puede haber
derribado al régimen, pero no ha liberado a
Túnez del desempleo, en especial entre los
jóvenes y los que han recibido formación. Uno
de cada tres jóvenes está desempleado. Y una
tasa que ronda el 30% es extremadamente alta
para un país con una mano de obra tan bien
formada”, explica la Sra. Schmidt.
El mercado de trabajo no puede
absorber a los jóvenes
Túnez añade cada año 20.000 nuevos aspirantes a
un mercado de trabajo que no puede absorberlos.
Resulta paradójico, pero aquí es más fácil encontrar
trabajo si no tienes título universitario, ya que la
mayoría de los puestos se crean en la economía
informal y en los sectores de baja cualificación,
como la agricultura o el comercio. Pero en estos
puestos, los salarios son bajos y las condiciones de
trabajo pueden ser peligrosas.
Las personas con preparación y cualificación altas
tienen unas expectativas igualmente altas cuando
se gradúan en la universidad: desean un trabajo
decente. Como señala Lassaad Labidi, Director del
Instituto Nacional de Trabajo y Estudios Sociales
de Túnez: “La gran dificultad está en encontrar
trabajo después de finalizar los estudios. Nuestros
estudiantes se matriculan en los cursos, pero en el
fondo no dejan de plantearse la incómoda pregunta
de «¿qué oportunidades va a haber después?»”.
También en Egipto la mayoría de los nuevos puestos
de trabajo se crean en la economía informal.
“Aunque la creación de empleo es una prioridad
para los nuevos gobiernos en los dos países, no es
algo que vaya a producirse de la noche a la mañana.
No obstante, se podría lograr ya mucho a medio
plazo si la formación de jóvenes se centrara más en
las necesidades de los empleadores y las empresas.
Por su parte, los empresarios deben mejorar las
condiciones de trabajo para los jóvenes y su actitud
con respecto a éstos”, afirma la Sra. Schmidt.
Otra cuestión importante que planteó la experta de
la OIT es que las políticas en materia de mercado
de trabajo deben garantizar una correspondencia
entre la oferta y la demanda. En este sentido, los
servicios de empleo públicos y privados deben ser
mucho más fuertes para que puedan realizar sus
funciones de ajuste entre las personas que buscan
empleo y los puestos de trabajo disponibles.
Por último, afirmó que “debe alentarse a los
jóvenes emprendedores a que establezcan sus
propias empresas. Las pequeñas y medianas
empresas son las que crean la mayoría de los
puestos de trabajo en el mundo actual”, y añadió
que es esencial apoyar al sector privado, en
especial para el desarrollo de microempresas
y pequeñas empresas que tienen un elevado
potencial de creación de empleo para los jóvenes.
Los programas de la OIT para promover el empleo
juvenil se están extendiendo por muchos países
de Oriente Medio y el Norte de África (MENA). Su
objetivo es mejorar la transición entre la escuela y
el trabajo, por ejemplo, mediante la formulación y
la aplicación de paquetes completos de políticas
activas en materia de mercado de trabajo dirigidas
a los jóvenes desfavorecidos. La OIT presta apoyo
también a las reformas institucionales con vistas a
la mejora de la gobernanza del mercado de trabajo.
Los programas de empleo juvenil de la OIT en el
Norte de África reciben financiación en la actualidad
de Canadá, Italia, España, los Estados Unidos y la
Unión Europea. “Debido a la magnitud del reto del
empleo juvenil en la región, estamos intentando
en este momento extender nuestros programas
mediante el establecimiento de asociaciones de
amplia base”, concluye Gianni Rosas, Coordinador
del Programa de Empleo Juvenil de la OIT.
Hay proyectos con Australia, Dinamarca, Finlandia,
Noruega y Suiza que están a punto de finalizar.
Su enfoque integrado garantizará que el reto del
empleo se aborde desde todos los lados: el de la
oferta, a través de la formación para adquirir las
cualificaciones profesionales, y el de la demanda,
con la creación de puestos de trabajo y el proceso de
ajuste entre solicitantes de empleo y empleadores.
Al mismo tiempo, los proyectos reforzarán el diálogo
social y la protección social, y promoverán las
normas internacionales del trabajo.
©OIT/APEX

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