El turismo y la aviación, en crisis

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GINEBRA

Las cosas ya iban mal para el turismo y la aviación cuando los sucesos del 11 de septiembre empeoraron gravemente la situación de estos dos sectores. Desde entonces, se han enfrentado a caídas repentinas y generalizadas de su actividad que se traducen en pérdidas de puestos de trabajo, presentes y futuras.

En este contexto, la OIT convocó dos reuniones de crisis en octubre con la intención de evaluar la repercusión de los ataques y formular recomendaciones para la acción en el futuro. Quedó claro, ya desde un principio, la imposibilidad de aplicar una solución inmediata o indiscriminada. Sin lugar a duda, ambos sectores se enfrentan a tiempos difíciles.

'[Los ataques] han tenido un efecto inmediato y devastador, único y sin precedentes', señaló Jean-Jacques Elmiger, un alto funcionario de la Secretaría de Estado para Asuntos Económicos de Suiza, que presidió ambas reuniones.

EL TURISMO Y LA AVIACIÓN PREVÉN IMPORTANTES PÉRDIDAS DE PUESTOS DE TRABAJO

En un informe elaborado para la reunión se estimó que unos 9 millones de trabajadores de la economía hotelera y turística, afectados previamente por la recesión, pueden perder sus trabajos tras los ataques del 11 de septiembre. En el informe se afirma que una reducción estimada del 10% en la actividad turística daría lugar a una pérdida de 8,8 millones de puestos de trabajo en todo el mundo, incluidos 1,1 millones en Estados Unidos y 1,2 millones en la Unión Europea.

En el estudio se plantea que la pérdida de empleo podría ascender a 3,8 millones de puestos de trabajo, en función del modo en que reaccionen los usuarios en los meses venideros. Unos 207 millones de perso- nas trabajan en todo el mundo en el sector de los viajes y el turismo, lo que equivale al 8% del empleo global, estimado en 2.500 millones de puestos de trabajo.

Entre los puestos afectados de inmediato, tanto en los países desarrollados como en los más pobres, se cuentan las actividades marginales y los trabajos a tiempo parcial o por turnos en hoteles, las empresas dedicadas a circuitos y excursiones, las empresas de restauración, las agencias de viaje, los mayoristas turísticos, las agencias de cruceros y empresas de servicios como las dedicadas al comercio minorista especializado, el empleo auxiliar en aeropuertos y los servicios de taxis. En el informe se asegura que, mientras que la repercusión de la crisis a corto plazo será grave, el efecto a largo plazo dependerá del acaecimiento de nuevos sucesos y de la capacidad del sector para recuperarse con rapidez de un desplome sin pre- cedentes y del impacto mundial del 11 de septiembre.

Con anterioridad a tal fecha, la recesión económica debilitaba ya la demanda de viajes, según se afirma en el informe. Después de un crecimiento del 7,4% en 2000, la Organización Mundial del Turismo había previsto la consecución de un 2,5 a un 3% en 2001, pero posteriormente ha reducido su estimación al 1,5 . 2%. En el informe se añade que el efecto ha empeorado desde el 11 de septiembre, puesto que los viajes y el turismo en general constituyen 'de común acuerdo, el sector más vulnerable de todos a la amenazas de la inseguridad'.

De acuerdo con el informe, 'a este contexto económico ha venido a sumarse la incertidumbre: ahora, al viajero le dicta su instinto que no se aleje de su hogar'.

En el sector de la aviación, las noticias son igualmente sombrías. La industria del transporte aéreo emplea a unos cuatro millones de personas en todo el mundo, de los que más de 200.000 han perdido su puesto de trabajo, o lo perderán en un futuro inmediato. La OIT ha señalado además que, con arreglo a las previsiones, la crisis posterior al 11 de septiembre tendrá un efecto perjudicial en todos los segmentos del sector, desde el empleo a los ingresos, pasando por la tecnología y la inversión, y propiciará su reestructuración mediante el establecimiento de asociaciones y alianzas de ámbito mundial.

¿QUÉ HACER?

La respuesta planteada en las reuniones de la OIT ha consistido en instar a que se adopte un conjunto de medidas.

En el sector hotelero y del turismo en general, expertos representantes de gobiernos, empleadores y L Keystone trabajadores abogaron por la adopción de medidas operativas entre las que se cuentan subrayar la necesidad de cooperación y de evitar la confrontación, la conveniencia de reconocer la importancia del turismo para las economías nacionales y mundiales y la puesta en marcha de acciones auxiliares que complementen las redes de seguridad social existentes.

Además, instaron a las organizaciones de empleadores y de trabajadores a emprender diversas acciones, incluida la asunción de compromisos por parte de los interlocutores sociales respecto a la búsqueda de vías comúnmente aceptadas para ampliar el empleo, evitar y limitar las pérdidas de puestos de trabajo y, siempre que sea posible, otorgar prioridad a la reintegración de trabajadores enfrentados a una pérdida de empleo a corto plazo a consecuencia de la cri- sis.

La reunión instó a la OIT a revisar y evaluar los programas docentes existentes a la luz de las necesidades actuales y la situación de crisis en curso, y en concreto, aquéllos dirigidos a los sectores hotelero y turísti- co, prestando especial atención a las actividades en el seno de las pequeñas y medianas empresas.

En lo que respecta a la aviación, el grupo asesor compuesto por expertos independientes y del sector, así como los representantes de líneas aéreas y sindicatos, hicieron un llamamiento a favor de la adopción de medidas como la revisión del marco económico y normativo de todos los segmentos del sector, la asunción de un nuevo planteamiento respecto a la seguridad capaz de restaurar la confianza, la acción por parte de gobiernos, empleadores y trabajadores encaminada a atenuar las pérdidas de empleo e ingresos y conservar la base de destrezas existente, y el refuerzo de la colaboración entre las organizaciones internacionales, con el objetivo de hacer frente a los efectos de la crisis a medio y largo plazo, respetando los mandatos de las diversas entidades.

¿Cuánto se demorará la recuperación? Para los responsables del sector de la aviación, 'años'. En este sentido, la OIT ha previsto la continuación del debate sobre esta rama de la actividad económica en una Reunión tripartita sobre la aviación civil: consecuencias sociales y para la seguridad de la crisis subsiguiente a los sucesos del 11 de septiembre, que se ce- lebrará en Ginebra del 21 al 25 de enero de 2002.

RECETA PARA EL SECTOR HOTELERO Y TURÍSTICO EN GENERAL

Entre las recomendaciones formuladas por los interlocutores sociales en la reunión figura la acción de los gobiernos tendente a:

• Adoptar políticas encaminadas a ampliar el número de personas que pueden acceder a oportunidades turísticas, incluido el establecimiento de disposiciones especiales dirigidas a animar a los perceptores de ingresos bajos a participar en actividades turísticas;

• Responder a los planteamientos conjuntos adoptados por los gobiernos respecto a las organizaciones de empleadores y de trabajadores del sector, con el fin de adoptar medidas temporales de reducción de costes, incluida la revisión de la tributación vinculada a la actividad turística durante el período de crisis;

• Convenir en que los programas de educación y formación destinados a retener a los trabajadores en el sector no deben suponer un coste para éstos y constituyen una alternativa a las prestaciones de desempleo;

• Entrar en contacto con las instituciones financieras internacionales pertinentes (Banco Mundial y FMI) para que faciliten los recursos necesarios en condiciones favorables a aquellos países que no puedan financiar las medidas de urgencia adoptadas con cargo a sus propios presupuestos nacionales.

RECETA PARA EL SECTOR DE LA AVIACION

• Emprender una revisión del marco económico y normativo de todos los segmentos de la industria (la aviación civil es aún una de las industrias más extrictamente reguladas) que podrían impedir la adopción de soluciones flexibles para superar la crisis. Una crisis que exige también renovar la consideración sobre la función del 'interés público' y la regulación del transporte aéreo con independencia del modelo de propiedad.

• Centrarse en la cultura de la seguridad y en el papel de los factores humanos para abordar las cuestiones de seguridad y protección, habida cuenta de que un personal bien preparado y motivado con vistas a la profesionalización de la seguridad en los aeropuertos podrá ayudar a que se restaure la confianza de los pasajeros;

la formación y la readaptación continuadas tendrán a este respecto un papel muy importante, así como la consideración de las cuestiones relacionadas con las competencias, las licencias y la certificación de aptitud.

• Desarrollar la tecnología y la inversión, sobre todo en este capítulo de la seguridad, que pueden contribuir a mejorar la seguridad y la protección, y a crear nuevas oportunidades de trabajo.

• Impulsar la acción inmediata por parte de los gobiernos, los empleadores y los trabajadores, necesaria para mitigar las pérdidas de empleos y rentas y para retener en la industria a los trabajadores cualificados. El impacto de la crisis sobre el empleo afecta de manera desproporcionada a las mujeres y a las minorías étnicas.

Las partes interesadas pueden compartir las mejores prácticas que entrañen respuestas innovadoras a la crisis.

• Buscar una colaboración más estrecha entre las organizaciones internacionales para tratar de forma coherente los efectos a medio y largo plazo de la crisis, respetando los mandatos de las diferentes organizaciones.

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